La reconfiguración de las alianzas regionales

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La salida de Evo Morales coincide con el triunfo de Alberto Fernández en Argentina y la soledad de Nicolás Maduro.


La renuncia del Presidente de Bolivia, Evo Morales, después de 14 años en el poder, reconfigura las alianzas regionales en América Latina. Su salida del gobierno coincide con el triunfo en las urnas de Alberto Fernández y Cristina Kirchner a Argentina, la liberación de Luiz Inácio Lula da Silva el viernes en Brasil -que ahora se apresta a ser la principal cara opositora a Jair Bolsonaro- los problemas que ha enfrentado Lenín Moreno en Ecuador y la pérdida de protagonismo del Grupo de Lima.

"Sin duda va a tener un impacto en la región, sobre todo tomando en cuenta que cobra mucha fuerza la tesis de que este tipo de regímenes, como existe por ejemplo en Nicaragua y Cuba, solamente salen con un pueblo organizado, con una ruta de coraje y con un objetivo claro y sin ningún tipo de falsos diálogos ni falsas elecciones. Para eso Bolivia se vuelve hoy un ejemplo importantísimo. Además, ocurre justo cuando estábamos presenciando el regreso de fuerzas más progresistas de izquierda, organizadas en el Grupo de Puebla y que parecían que venían arrasando en varios países de la región", explicó a La Tercera el analista venezolano, Miguel Velarde.

En este sentido, el Grupo de Puebla no tardó en reaccionar y señaló en una declaración que "la Constitución y el Estado de derecho de Bolivia fueron violados interrumpiendo un mandato constitucional". Además, expresaron su solidaridad con Evo Morales y exigieron el respeto a la integridad física de todos los miembros del gobierno.

"Lo que ha ocurrido en Bolivia, lo que posiblemente pase en la segunda vuelta en Uruguay, donde también podríamos ver el fin del Frente Amplio y la llegada de la derecha, más algunas otras fuerzas en la región, podría nuevamente reconfigurar los ejes políticos y buscar un nuevo balance y darle a otros liderazgos ya existentes como el de Bolsonaro, si es que Piñera logra estabilidad en Chile, Duque en Colombia, mantener algún tipo de liderazgo que haga frente a estas nuevas fuerzas de izquierda que han ganado fuerza como en México y en Argentina", añadió Velarde.

Los analistas coincidían en que, con la salida de Evo, el Mandatario venezolano, Nicolás Maduro, acentuaba su aislamiento, ya que pese a la reconfiguración del mapa político regional, con la llegada de Fernández al poder en Argentina, ambos líderes no son aliados. Evo era el único aliado que le quedaba a Maduro en la región: cuando la mayoría de los países en el continente rechazaron las elecciones presidenciales en Venezuela celebradas en mayo de 2018, que le dieron el triunfo al Presidente venezolano, Evo Morales fue uno de los pocos que le envió felicitaciones.

"La caída de Evo es el fracaso de una política y de una democracia. Las banderas con las que llegó se pervirtieron. Estamos viviendo una reconfiguracion no de izquierdas y derechas, sino el fracaso de modelos tradicionales de gobierno", dijo a La Tercera el politólogo mexicano, Roy Campos.

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