La región brasileña de Rio Grande do Sul podría sufrir más inundaciones de nivel récord
El río Guaiba, que recibe el agua de toda la región del valle, podría superar los 5,35 metros registrados la semana pasada y alcanzar los 5,5 metros, una crecida récord para la capital.
Menos de dos semanas después de que las inundaciones devastaran el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, dejando al menos 143 muertos, el estado vuelve a estar en alerta este domingo ante el riesgo de que las aguas vuelvan a subir hasta niveles récord.
Bajo intensas lluvias desde el viernes, cuatro ríos situados a unos 100 kilómetros al oeste de la capital, Porto Alegre, registran niveles crecientes, según datos del gobierno. El lago Guaiba, en las afueras de Porto Alegre, ya se ha desbordado en varios puntos y está subiendo.
El Guaiba, que recibe el agua de toda la región del valle, podría superar los 5,35 metros registrados la semana pasada y alcanzar los 5,5 metros, una crecida récord para la capital, según declaró a la emisora local Radio Gaucha el investigador Fernando Fan, del Instituto de Investigaciones Hidrológicas de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.
“Ya tenemos noticias de inundaciones en varias ciudades. Y esta agua llegará a Guaiba y Porto Alegre”, dijo Fan.
El estado ha sufrido lluvias abrumadoras desde el 29 de abril. Tormentas, corrimientos de tierras e inundaciones han desplazado a más de 538.000 personas y dejado sin hogar a 81.000 en 446 de las 497 ciudades del Estado.
Cerca del valle del río Taquari, uno de los cuatro donde el agua está volviendo a subir, los residentes intentaban volver a sus casas mientras una nueva alerta pedía a la gente que abandonara la zona una vez más.
“Estamos retirando a la gente de las zonas de riesgo. Tendremos otro gran evento”, dijo a Reuters Mateus Trojan, alcalde de Mucum, una de las localidades afectadas.
El sábado, los habitantes de Mucum empezaron a retirar el barro del interior de sus casas. Al día siguiente, la limpieza se interrumpió ante el riesgo de la cuarta inundación en siete meses.
Cerca de Porto Alegre, acampados bajo la lluvia junto a una carretera, los desplazados miraban con aprensión el resurgir de una inundación que esperaban que empezara a remitir.
“Ya está subiendo otra vez”, dijo Fernando Ayres, que huyó de su casa cuando un dique se rompió e inundó su barrio. “Si sube más, no sé si no se inundará hasta donde estamos”
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