La historia de Rusia desde el fin de la Unión Soviética es clave para entender el surgimiento de Vladimir Putin, Presidente ruso reelecto ayer, como uno de los líderes más poderosos del mundo.

1991, acta de muerte de la URSS

El 8 de diciembre de 1991, Boris Yeltsin, elegido seis meses antes como primer presidente de la Federación de Rusia proclamó, junto a sus homólogos de Ucrania y Bielorrusia, la "muerte de la URSS". El dirigente soviético Mijaíl Gorbachov quedó relegado para siempre y Yeltsin emprendió una larga serie de reformas liberales que transformaron de manera irreversible la sociedad rusa.

1999, llegada de Putin al poder

En agosto de 1999, Yeltsin designó en el puesto de primer ministro a Vladimir Putin, un personaje casi desconocido, pero que se había desempeñado como jefe de la FSB, sucesor del servicio de espionaje KGB.

Casi de forma inmediata, Putin se forjó una imagen de hombre fuerte en un país traumatizado por una ola de atentados atribuidos a los independentistas chechenos, con un saldo de cerca de 300 muertos.

Putin fue elegido en marzo de 2000 como Presidente de Rusia. Durante sus dos primeros mandatos (fue reelegido en 2004), Putin reforzó su influencia en el Parlamento, colocó a los gobernadores regionales bajo el control de Moscú, forzó a los medios a mostrar una lealtad sin condiciones y restituyó todas sus funciones a la heredera del extinto KGB.

2008-2012, entreacto de Medvédev

Debido a que la Constitución le impedía optar a un tercer mandato consecutivo, Putin ungió como delfín a su joven vicepresidente Dmitri Medvédev, elegido el 2 de marzo de 2008 sin una verdadera competencia. Entonces Putin se convirtió en primer ministro y tomó el liderazgo del partido Rusia Unida, que controlaba el Parlamento.

2012, controvertido retorno

En diciembre de 2011, se desató un movimiento de protesta sin precedentes desde la llegada al poder del Putin, tras la victoria en las legislativas de Rusia Unida debido a las denuncias de fraude hechas por la oposición. Esta ola de protestas no impidió que volviera a la presidencia en 2012 por un mandato de seis años, gracias a una reforma constitucional.

2014, restaurar la 'Gran Rusia'

Putin se lanzó en una gesta de restaurador de la "Gran Rusia", anexando en 2014 la península ucraniana de Crimea. Esta operación provocó la peor crisis desde el fin de la Guerra Fría entre Rusia y Occidente, que acusó a Moscú de apoyar militarmente a la rebelión separatista en el este de Ucrania, algo que el Kremlin desmiente. En Siria, Rusia se convirtió en un actor ineludible desde su intervención en 2015, lo que permitió a las tropas y a su aliado Basher Assad ganar terreno frente a la oposición.