A comienzos de semana, el diario The Wall Street Journal advertía que el líder chino Xi Jinping preparaba al gigante asiático para escenarios “extremos”, incluido el conflicto con Occidente. Todo ello, en el marco de las expectativas ante la pospuesta visita a Beijing del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken. Viaje que finalmente se confirmó este miércoles, pero en un escenario nada prometedor luego que el canciller chino, Qin Gang, instara a Estados Unidos a dejar de inmiscuirse en sus asuntos y de perjudicar su seguridad.

Blinken viajará este viernes a China en el marco de un desplazamiento internacional en el que realizará también una visita al Reino Unido, según confirmó el Departamento de Estado, tras días de especulaciones en torno al viaje del funcionario al gigante asiático.

“El secretario de Estado, Antony Blinken, viajará a Beijing, China, y Londres, Reino Unido, entre el 16 y el 21 de junio”, señaló el portavoz del Departamento, Matthew Miller, que especificó que durante su estancia en China se reunirá con altos cargos del país “para discutir la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación para gestionar de forma responsable las relaciones entre Estados Unidos y China”.

Según The Washington Post, el principal diplomático estadounidense planea reunirse con Qin Gang y “potencialmente” con Xi Jinping. Funcionarios norteamericanos citados por The Associated Press, detallaron que Blinken espera reunirse con Qin el domingo, así como con el principal diplomático de China, Wang Yi, y posiblemente con Xi el lunes.

Todo ello, como parte de un esfuerzo de meses para reabrir las líneas de comunicación entre las dos economías más grandes del mundo en medio de relaciones históricamente malas, dijeron funcionarios citados por el periódico. Blinken canceló un viaje a Beijing en febrero luego de que un supuesto globo espía chino sobrevolara territorio estadounidense. China insiste en que la nave era un globo meteorológico que se desvió de su curso.

Desde entonces, China ha rechazado en gran medida los intentos estadounidenses de realizar intercambios oficiales, aunque se han producido algunos avances. La semana pasada, Daniel Kritenbrink, subsecretario de Estado para asuntos de Asia Oriental y el Pacífico, fue el funcionario estadounidense de mayor rango en visitar China desde el derribo del globo. En mayo, la secretaria estadounidense de Comercio, Gina Raimondo, se reunió con su homólogo Wang Wentao, en Washington para hablar de comercio, recordó The Associated Press.

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, habla durante una conferencia de prensa en la Casa de Huéspedes Estatal Diaoyutai en Beijing, el 14 de abril de 2023. Foto: AP

Asimismo, Miller desveló que Blinken “abordará también asuntos de preocupación bilateral, temas globales y regionales y la potencial cooperación sobre los desafíos transnacionales compartidos”, horas después de que el secretario de Estado mantuviera una conversación telefónica con su homólogo chino, Qin Gang.

“Hablé anoche por teléfono con el Consejero de Estado y ministro de Exteriores de la República Popular de China, Qin Gang”, indicó un mensaje publicado este miércoles en la cuenta oficial de Blinken en Twitter. “Hablamos de los esfuerzos en marcha para mantener abiertos los canales de comunicación, así como de asuntos bilaterales y globales”, agregó.

Los diplomáticos “discutieron la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación para gestionar de manera responsable la relación entre Estados Unidos y (China) para evitar errores de cálculo y conflictos”, según una transcripción de la llamada entregada por el Departamento de Estado. Agregó que Blinken “abordó una variedad de problemas bilaterales y globales, y dejó en claro que Estados Unidos continuaría utilizando compromisos diplomáticos para plantear áreas de preocupación, así como áreas de posible cooperación”.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo en un comunicado en uno de sus perfiles en redes sociales que Qin instó a Estados Unidos a respetar “las preocupaciones centrales de China”, como la cuestión del autogobierno de Taiwán, a “dejar de interferir en los asuntos internos de China y a dejar de dañar la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de China en nombre de la competencia”.

Qin destacó que “desde principios de año, las relaciones sino-estadounidenses han tropezado con nuevas dificultades y desafíos” y que ambas partes son responsables de trabajar juntas para gestionar de forma adecuada las diferencias, promover los intercambios y la cooperación y estabilizar los lazos. En ese sentido, remarcó que la responsabilidad de estas potencias “es clara”.

“China siempre ha considerado y manejado las relaciones sino-estadounidenses de acuerdo con los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación ganar-ganar planteados por el Presidente Xi Jinping”, declaró, antes de recalcar que hizo presente a Blinken “su firme posición sobre las principales preocupaciones de China”, aspectos que indicó que Washington “debe respetar”.

Ante estas declaraciones de Beijing, Washington rebajó las expectativas de lograr avances en el primer viaje de un secretario de Estado norteamericano a China en cinco años.

Funcionarios estadounidenses citados por Reuters dijeron que Blinken presionará para establecer canales de comunicación abiertos que garanticen que la competencia con los chinos no se convierta en un conflicto. “No vamos a Beijing con la intención de lograr algún tipo de avance o transformación en la forma en que nos tratamos unos con otros”, comentó Daniel Kritenbrink, el principal diplomático del Departamento de Estado para Asia Oriental, a los periodistas en una reunión informativa.

“Acudimos a Beijing con un enfoque realista y confiado, y con el sincero deseo de gestionar nuestra competencia de la forma más responsable posible”, afirmó. Kritenbrink dijo que espera que Blinken “reitere el interés permanente de Estados Unidos en el mantenimiento de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán” y que también hable de la situación en Ucrania.

“Barreras de seguridad”

La largamente demorada visita de Blinken pretende estabilizar las relaciones entre las dos mayores economías y rivales estratégicos del mundo. Las relaciones se han deteriorado en todos los ámbitos y se teme que algún día puedan enfrentarse militarmente por la isla de Taiwán, que China reclama como propia. Las dos partes también están enfrentadas por el comercio, los esfuerzos de Estados Unidos por frenar la industria china de semiconductores y cuestiones de derechos humanos.

De hecho, China aseguró este miércoles que Estados Unidos estaría dispuesto a dejar a Taiwán a su suerte después de varios meses convirtiendo a la isla en un “campo de minas” y hacer de ella una suerte de “peón” para contener a Beijing. “La isla no es más que un peón en la estrategia de Estados Unidos para contener a China y puede descartarse en cualquier momento”, aseguró la portavoz de la Oficina para los Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, Zhu Fenglian, quien acusó a Washington de haber empeorado la situación en los últimos meses.

El Presidente estadounidense, Joe Biden, ha pedido “barreras de seguridad” para evitar que la competencia de los países se convierta en un conflicto, apunta The Associated Press. Su par chino Xi Jinping, por otro lado, ha criticado lo que él ve como la “contención y supresión integral” de su país por parte de EE.UU., luego de que Washington el año pasado restringiera el acceso de China a tecnología valiosa como los microchips.

Washington también advirtió a Beijing de las consecuencias si arma a Rusia en su guerra contra Ucrania. Beijing se ha comprometido a no hacerlo, aunque se niega a condenar la invasión de Rusia.

“Somos realistas sobre la República Popular China”, dijo Kurt Campbell, el principal experto en Asia del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. “Sabemos que los esfuerzos para dar forma o reformar a China durante varias décadas han fracasado y esperamos que China siga presente y sea un actor importante en el escenario mundial por el resto de nuestras vidas”, comentó, citado por The Associated Press.

“A medida que continúe la competencia, la República Popular China tomará medidas provocativas, desde el Estrecho de Taiwán hasta Cuba, y nosotros retrocederemos”, dijo Campbell. “Pero la competencia intensa requiere una diplomacia intensa si vamos a manejar las tensiones. Esa es la única forma de aclarar las percepciones erróneas, señalar, comunicar y trabajar juntos donde y cuando nuestros intereses se alineen”.

“El peligro de guerra”

Desde fines del mes pasado, asegura The Wall Street Journal, Xi Jinping ha instado dos veces a la nación a prepararse para lo que describió como escenarios o condiciones extremas, sacando a relucir una fraseología que implica las posibilidades de que aumenten las tensiones a medida que se intensifica la competencia entre Estados Unidos y China.

En una reunión de alto nivel centrada en la seguridad nacional el 30 de mayo, el líder chino dijo: “Debemos estar preparados para los peores escenarios y escenarios extremos, y estar listos para resistir la gran prueba de fuertes vientos, aguas agitadas e incluso tormentas peligrosas”.

El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le da la mano al Presidente de China, Xi Jinping, mientras se reúnen al margen de la cumbre de líderes del G20 en Bali, Indonesia, el 14 de noviembre de 2022. Foto: Reuters

Una semana después, Xi extendió ese concepto al ámbito económico. Mientras inspeccionaba un parque industrial en Mongolia Interior, dijo que los esfuerzos para desarrollar el mercado interno tienen como objetivo “garantizar el funcionamiento normal de la economía nacional en circunstancias extremas”.

Jin Canrong, un influyente estudioso de la política exterior, no se anduvo con rodeos sobre su interpretación y le dijo al Global Times, un periódico nacionalista del Partido Comunista, que los escenarios extremos a los que se refería Xi significan “el peligro de guerra”. Bill Bishop, autor del boletín Sinocismo centrado en China, señaló que el uso del lenguaje por parte de Xi representa “una actualización significativa del sentido de riesgo, peligro y la necesidad de prepararse”.