La trama de María de los Ángeles Duarte, la fugada exministra correísta que tensa las relaciones entre Ecuador y Argentina
Refugiada en la embajada argentina en Quito desde 2020 para evitar una condena de ocho años de prisión por corrupción, su fuga desató una crisis diplomática entre ambos países. Si bien desde Ecuador aseguran que no buscan escalar la situación, declararon persona non grata al embajador transandino, a lo que Buenos Aires respondió de la misma manera con el representante del gobierno de Lasso.
Acusaciones de un supuesto “complot” con el gobierno venezolano de Nicolás Maduro, recriminaciones por el rechazo a un salvoconducto y la expulsión de sus respectivos embajadores son algunos de los elementos de la crisis diplomática que atraviesan Argentina y Ecuador. Tensión desatada tras la fuga de la exministra ecuatoriana María de los Ángeles Duarte este lunes desde la embajada argentina en Quito, quien está acusada y condenada a ocho años de cárcel por hechos de corrupción durante el gobierno del entonces presidente Rafael Correa, también investigado y condenado en dicho proceso.
Desde ambos países aseguran que la intención no es hacer escalar aún más la situación, pero en Ecuador agregan que la salida del embajador argentino en el país, Gabriel Fuks, se debe a que “no es una persona idónea para estar en nuestro país”, consignó el diario quiteño El Comercio.
Cronología de una fuga
Las alarmas se encendieron este lunes, día en el que la exministra de Transportes y Obras Públicas de Ecuador María de los Ángeles Duarte escapó de la embajada argentina en Quito tras mantenerse un poco más de dos años prófuga de la justicia al interior de la sede diplomática para evitar la condena que la obliga a pasar ocho años en una cárcel de su país natal por delitos de corrupción.
Llevaba desde agosto de 2020 en la sede diplomática junto a su hijo, quien tiene la nacionalidad argentina. Si bien en diciembre pasado Duarte recibió la notificación de que Argentina le otorgaba asilo político -por razones humanitarias, afirmaron en la época-, las autoridades de ese país contaban con que Ecuador entregaría un salvoconducto para que la exministra pudiera movilizarse hasta el aeropuerto, pero la administración del Presidente Guillermo Lasso nunca lo entregó, acusan desde Buenos Aires.
Según la policía ecuatoriana, apenas se supo de la fuga, se activaron inmediatamente los protocolos para su captura, pero los intentos fueron en vano: a las 11.00 a.m. hora local, la exministra correísta figuraba al interior de la embajada de Argentina en Venezuela, confirmó la Cancillería transandina momentos después.
Sobre la manera en que logró burlar, en primer lugar, la seguridad interna de la embajada, luego a la policía local y, en tercer lugar, al contingente aduanero de Ecuador, aún no está claro.
“Al final de esta tarde (lunes 13), el canciller argentino Santiago Cafiero se comunicó con el canciller Juan Carlos Holguín y le manifestó que la señora María Duarte escapó de la embajada argentina en la ciudad de Quito sin conocimiento del personal de su embajada, que mantenía en su jurisdicción a la mencionada prófuga de la justicia ecuatoriana”, precisó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador.
La falta de cooperación desde Argentina, acusan desde Ecuador, ha sido parte de los detonantes de la crisis bilateral. El canciller Holguín señaló a CNN que no hay claridad de cómo ni cuándo salieron Duarte y su delegación diplomática, clarificando que la embajada tiene su propia jurisdicción al interior de las tres hectáreas que componen la sede diplomática argentina en Quito. Holguín agregó que la policía solo se encarga de custodiar el perímetro de la embajada, mas no el interior, donde existe seguridad privada.
Autoridades ecuatorianas dijeron a la prensa que no tenían registro del paso de María de los Ángeles Duarte por Migraciones, y criticaron que el gobierno del Presidente Alberto Fernández no les quiso dar acceso a las cámaras de seguridad de la sede diplomática, consignó BBC.
Un conflicto diplomático
Las palabras iniciales de la administración Lasso fueron firmes, pero cautelosas dentro de la gravedad del asunto: “Ecuador ha presentado un enfático reclamo a la Argentina”, explicaron en un comunicado emitido luego de que se hiciera pública la fuga, agregando que tomarían “las medidas más adecuadas ante este incidente”. Pero la situación escaló rápidamente.
Para el martes, cuando Duarte ya se encontraba en la capital de Venezuela, desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina detallaron que “la señora Duarte Pesantes informó que actualmente se encuentra en Caracas -sin brindar explicaciones sobre el modo en el que lo hizo, ni si se encuentra junto a su hijo- y realizó averiguaciones sobre la documentación que nuestro país le pudiera extender. Asimismo, manifestó no tener intenciones de viajar a la Argentina en el corto plazo”. La arquitecta guayaquileña, de 60 años, tiene tres hijos, uno con el cantante argentino Marcelo Pastore, con quien se casó en segundas nupcias en agosto de 2016 y con quien vivió un tiempo en Buenos Aires luego de dejar la función pública.
Consultado por CNN, el embajador argentino en Ecuador, Gabriel Fuks, manifestó que “no ha hablado” con la exministra, ni tampoco sabía de antemano de sus planes de fuga. Desde Ecuador no están de acuerdo.
El gobierno de Lasso declaró persona non grata a Fuks, pidiéndole que se retire del país, amparado en el artículo 9 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. “Se le ha dado un tiempo prudente (al embajador Fuks) para su salida del país”, dijo a la prensa el canciller Holguín. “Nos apena mucho llegar a este punto, pero las inconsistencias en algunas de las informaciones relacionadas con la situación de la señora María de los Ángeles Duarte nos han hecho tomar esta decisión”, agregó.
Subiendo el tono en las acusaciones, el jefe de la cartera de Relaciones Exteriores aseguró que, al menos, “hubo una violación a la debida diligencia que debía tener el gobierno argentino dentro de su jurisdicción, y en el peor de los casos complicidad en la fuga de la señora Duarte”, detalló el medio argentino A24, pero la autoridad también dijo que esperaba “que este impasse sea solucionado pronto”.
Mientras, el diario Clarín aseguró que tanto para el gobierno de Lasso como para la prensa ecuatoriana, los actos de Argentina forman parte de un “complot” entre la administración de Alberto Fernández y la de Nicolás Maduro para lograr sacar a la mujer a escondidas. Tesis que se abrazaría, afirma el periódico, a que la exministra habitaba la misma casa que Fuks, además de la negativa a entregar los registros de video y la bitácora de ingresos y salidas del recinto diplomático. Fue el mismo medio el que afirmó que el hijo de Duarte se encontraría ahora en Guayaquil.
La réplica argentina no se demoró en llegar. A través de un comunicado de la Cancillería, el ministro Santiago Cafiero dijo que la expulsión de Fuks los tomaba por “sorpresa” y que les generaba una “profunda tristeza” la decisión de “escalar” el conflicto entre ambas naciones.
“Lamentando la incomprensible decisión del gobierno ecuatoriano de solicitar el retiro de Ecuador del embajador Gabriel Fuks, se ha decidido adoptar por nuestra parte la misma situación con respecto al embajador ecuatoriano en Argentina”, se leía en el comunicado.
Y si bien ratificaron su disposición al “diálogo” para “encontrar respuestas mutuamente aceptables para esta situación, con el objetivo permanente de fortalecer nuestras relaciones”, y que el “profundo aprecio al pueblo del Ecuador no habrá de variar con esta situación coyuntural”, también escribieron que la situación se debía a la “inoperancia” de las autoridades ecuatorianas.
“En modo alguno se entiende que se pretenda atribuir a un accionar expreso del gobierno argentino que la persona mencionada haya podido, por inoperancia de las autoridades ecuatorianas, circular por Ecuador y partir desde ese país hacia el extranjero eludiendo los sistemas de control dispuestos por dichas autoridades alrededor de la residencia de la embajada argentina en Quito”, decía el texto de Cancillería.
María de los Ángeles Duarte también habló. La exministra condenada por el caso conocido como “Sobornos 2012-2016″, donde empresas hacían aportes económicos irregulares al partido Alianza País, liderado por el expresidente Rafael Correa –también condenado y asilado actualmente en Bélgica–, escribió a través de Twitter que agradecía a Argentina por haberla “cobijado ante la persecución de los gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso”. También se le juzgó por ser parte de una organización para cobrar sobornos por US$ 7,3 millones para favorecer a contratistas, recordó BBC.
“Decidí dejar la embajada, porque al negarme el salvoconducto que me correspondía como asilada política, de acuerdo a la Convención de Caracas de 1954, e impedir mi salida segura (salvoconducto), el gobierno ecuatoriano me convirtió en su rehén política”, aseguró Duarte en la red social. “Tuve que salir bajo riesgo, pero ejercí el derecho que me asistía”, cerró.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.