El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron este sábado su intención de suspender a bancos rusos del mecanismo financiero SWIFT y de paralizar los activos internacionales del Banco Central de Rusia, en la batería de medidas económicas de respuesta contra el Kremlin más duras desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania.
Ambos mandatarios han denunciado al unísono las “acciones bárbaras” de Rusia cometidas contra la población ucraniana, que han motivado esta nueva ronda de sanciones con el consenso del canciller alemán, Olaf Scholz, el presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro de Italia, Mario Draghi, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el primer ministro británico, Boris Johnson.
Por ello, y a la exclusión de “ciertos bancos escogidos” del SWIFT, se suman medidas adicionales contra “el despliegue de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia”, así como la prohibición a los “oligarcas rusos” para realizar operaciones en los mercados occidentales, además de bloquear sus procesos de ciudadanía en función de sus inversiones en el extranjero, los llamados “pasaportes dorados”.
Estas medidas van específicamente destinadas contra el “cofre de guerra” del presidente ruso, Vladimir Putin, en línea de la promesa a las autoridades rusas de que la invasión de Ucrania tendrá como consecuencia “un enorme precio a pagar” que redundará en su “aislamiento internacional”, ha hecho saber Von der Leyen.
“Estamos con el pueblo ucraniano en esta hora oscura”, ha añadido Biden. “Incluso más allá de las medidas que anunciamos hoy, estamos preparados para tomar más decisiones para que Rusia rinda cuentas por su ataque a Ucrania”, ha añadió.