Los líderes europeos aceptaron formalmente el jueves a Ucrania como candidata a la adhesión a la UE, un audaz movimiento geopolítico provocado por la invasión rusa a su vecino pero que recuerda que el bloque de 27 países necesita una importante revisión para volver a ampliarse.

Si bien Ucrania y la vecina Moldavia podrían tardar más de una década en cumplir los requisitos de adhesión, la decisión tomada en una cumbre de dos días de la UE es un paso simbólico que señala la intención del bloque de llegar a lo más profundo de la antigua Unión Soviética.

“Un momento histórico”, tuiteó el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel. “Hoy marca un paso crucial en su camino hacia la UE”, dijo, añadiendo: “Nuestro futuro es juntos”.

El paso, que también supone la concesión del estatus de candidato a Moldavia, da el pistoletazo de salida a la expansión más ambiciosa de la UE desde que acogió a los Estados de Europa del Este tras la Guerra Fría.

“Toda la gente de Ucrania está observando y esperando esta decisión”, dijo Ivan Zichenko, un ucraniano de 34 años de la devastada ciudad de Járkov, que ahora vive en Bruselas.

“Es muy, muy importante elevar su moral”, dijo mientras unas decenas de personas coreaban “Ucrania es Europa” en una concentración ante el edificio de Bruselas donde se reunían los líderes de la UE.

Sin embargo, tras la retórica triunfalista, en la UE existe la preocupación de que el bloque siga siendo coherente a medida que se va ampliando.

Luego de comenzar en 1951 como una organización de seis países para regular la producción industrial, la UE cuenta ahora con 27 miembros que enfrentan complejos retos, desde el cambio climático y el auge de China hasta una guerra a sus propias puertas.

El presidente ruso Vladimir Putin dice que la “operación militar especial” lanzada en Ucrania a finales de febrero fue en parte necesaria por la invasión occidental de lo que Rusia considera su legítima esfera de influencia geográfica.

La luz verde de la UE “es una señal para Moscú de que Ucrania, y también otros países de la antigua Unión Soviética, no pueden pertenecer a las esferas de influencia rusas”, declaró el jueves a Reuters el embajador ucraniano ante la UE, Chentsov Vsevolod.

“Hay soldados ucranianos que llaman a casa desde el frente y preguntan: ¿qué está pasando con nuestro estatus de candidato? Es increíble la importancia que tiene para los ucranianos”.

Frustración balcánica

Mientras se esperaba que Ucrania y Moldavia fueran acogidas en la sala de espera de la UE, a Georgia se le dio “una perspectiva europea” pero se le dijo que debía cumplir unas condiciones antes de obtener el estatus de candidato.

Las reticencias a la ampliación de la UE han frenado el avance hacia la adhesión de un grupo de países balcánicos -Albania, Bosnia, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia- cuyos líderes se reunieron por la mañana con sus pares de la UE en Bruselas.

Un borrador de la declaración de la cumbre mostraba que los líderes de la UE volverán a dar “un compromiso pleno e inequívoco a la perspectiva de adhesión a la UE de los Balcanes Occidentales”.

Pero la vía rápida de Ucrania hacia el estatus formal de candidato sólo ha servido para aumentar su sensación de estar marginado, lo que conlleva el riesgo para la UE de que Rusia y China extiendan su influencia en la región balcánica.

El Canciller alemán, Olaf Scholz, dijo esta semana que la UE debe “reformar sus procedimientos internos” para preparar la adhesión de nuevos miembros, destacando la necesidad de que las cuestiones clave se acuerden por mayoría cualificada en lugar de por unanimidad.

El requisito de la unanimidad suele frustrar las ambiciones de la UE porque los Estados miembro pueden bloquear las decisiones o suavizarlas.

A pesar de las oleadas de crisis que han sacudido a la UE, desde la migración hasta la salida de Gran Bretaña del bloque, la unión sigue siendo popular, y una encuesta realizada esta semana muestra que la aprobación de la pertenencia a la UE es la más alta de los últimos 15 años.

Sin embargo, el descontento de la opinión pública va en aumento por la inflación y la crisis energética, ya que Rusia está endureciendo el suministro de gas en respuesta a las sanciones, temas que se tratarán el viernes en la segunda jornada de la cumbre. (Reporte adicional de Phil Blenkinsop, Bart Biesemans, Christian Levaux, Francesco Guarascio, Jan Strupczewski, Charlotte van Campenhout, Kate Abnett y Sarah Marsh; escrito por John Chalmers e Ingrid Melander; editado en español por Flora Gómez y Carlos Serrano)