Cuando la noche del viernes pasado una seguidilla de disparos sonó en las calles de Miami Beach, los asistentes a las discotecas, restaurantes y bares que copaban la ciudad reaccionaron como cabría esperar: huyendo en masa del lugar, relató CBS News. Un hombre había muerto y otro se encontraba herido luego de un intercambio de tiros. Para el sábado, ya se escuchaban voces pidiendo un toque de queda, pero las autoridades prefirieron esperar. No eran ajenas a este problema, considerando que en años previos se habían visto situaciones similares, por lo que mantenían un plan de contingencia ante las vacaciones de primavera.

Sin embargo, el hilo se terminó de cortar el domingo, cuando un nuevo ataque se registró en Ocean Drive, ubicado en South Beach. Un hombre le disparó a otro, el que falleció más tarde en el hospital. Decretaron un toque de queda que se aplicó desde las 23.59 horas del domingo 19 hasta las 6.00 horas de este lunes, y se espera que la Comisión Municipal evalúe si repetirla para el próximo fin de semana, cuando con toda seguridad, creen las autoridades, se vuelvan a repetir situaciones como las que se vieron estos días.

Fin de semana violento

Para combatir la violencia que, según los dirigentes del lugar, llega de mano de los spring breakers, turistas que viajan a Miami Beach durante las vacaciones de primavera donde muchos de ellos son estudiantes universitarios que aprovechan el receso estudiantil, decretaron un toque de queda durante la noche del domingo para el área de South Beach,l “en respuesta a los dos tiroteos y las multitudes excesivamente grandes y revoltosas, y para mitigar la conducta peligrosa e ilegal”, aseguraron en un comunicado de prensa las autoridades de la ciudad.

Dicha área es conocida como una de las más populares entre los asistentes a las fiestas que se dan en esta fecha, lo que incluye Ocean Drive y otras zonas del distrito en el que se concentran aglomeraciones hasta la madrugada, detalló Miami Herald.

Una multitud camina por Ocean Drive durante las vacaciones de primavera, el 18 de marzo de 2023, en Miami Beach. Foto: AP

La medida la anunció la administradora municipal, Alina Hudak, luego de un mortal tiroteo ocurrido la madrugada del domingo, cerca de las 3:30 a.m. Según Hudak, “incluir toda el área de South Beach (...) en la zona de toque de queda es lo necesario y lo más ajustado para evitar la migración de multitudes masivas de la zona de Ocean Drive a las zonas residenciales circundantes”, argumentó en la orden de emergencia que le permite decretar la medida excepcional hasta por 72 horas.

En la misma línea, clarificando que la violencia surge entre turistas, el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber, publicó un video minutos después de que se tomara decisión. “Como ocurre con la mayoría de los delitos graves en nuestra ciudad, ambos tiroteos se produjeron entre visitantes de Miami Beach y no implicaron a residentes”.

El primero de los dos ocurrió el viernes, cerca de las 22:40, en Ocean Drive. Oficiales de Miami Beach declararon haber escuchado disparos, informó posteriormente el departamento de policía, por lo que acudieron de inmediato. En el lugar encontraron a dos hombres con heridas de bala, los que fueron derivados al hospital más cercano. Uno se encontraba crítico, afirmó la policía. El otro falleció.

El sobreviviente fue detenido, mientras que se recuperaron cuatro armas de fuego en el lugar, informó BBC. Según el alcalde Gelber, las fuerzas de orden han confiscado más de 70 armas durante las últimas tres semanas, consignó Miami Herald.

La madrugada del domingo confirmó el complejo momento de la ciudad floridana. A las 3:30 am, una persona fue baleada y luego trasladada a la Unidad de Trauma Ryder del Hospital Jackson Memorial, lugar donde murió. Un segundo involucrado también fue herido y tratado en el centro médico, detalló el mismo medio. Agentes de policía que acudieron al lugar lograron detener a Dontavious Polk, un hombre de Fort Lauderdale de 24 años sindicado como el supuesto autor del mortal ataque, arresto que lograron persiguiéndolo a pie. Según las autoridades de seguridad, el hecho fue un “incidente selectivo y aislado”.

Una cámara de vigilancia registró el hecho, en el que se ve al hombre sacando una pistola en medio de una abarrotada vereda, disparando a quemarropa y en reiteradas ocasiones a un tercero.

Una cinta en la escena del crimen en Ocean Drive, luego de que una persona fuese asesinada y una segunda resultara herida el viernes. Foto: AP

El hecho gatilló el consiguiente toque de queda desde las 23.59 horas del domingo hasta las 6.00 horas de este lunes. Medios locales informaron que durante ese período, los visitantes debían salir de las tiendas comerciales antes de la medianoche, mientras que los hoteles tenían permitido funcionar hasta después, pero sólo para atender a sus propios clientes.

Los servicios de emergencia y las personas que van y vienen del trabajo eran las únicas excepciones a la norma transitoria, y la venta de alcohol para consumo fuera del local de compra se prohibió desde las 18:00 del domingo.

“Se aconseja a los residentes que regresen a la ciudad antes de las 23.59 horas, para evitar posibles retenciones de tráfico una vez que el toque de queda haya entrado en vigor”, recomendaron las autoridades en un comunicado.

Un problema de años

La decisión no es nueva para la ciudad. De hecho, este es el tercer año consecutivo que se utiliza esta herramienta como una manera de controlar lo que las autoridades han denominado como una multitud “más grande de lo que podemos manejar”.

Durante 2021, cuando las medidas para intentar frenar el Covid-19 se encontraban vigentes en gran parte del mundo, la policía de Miami Beach utilizó gas pimienta contra multitudes que salían de fiesta de manera “descontrolada”, acusaban. El sábado 20 de marzo de aquel año, al menos una docena de arrestos se registraron durante el toque de queda fijado desde las 20:00 de ese día.

“Demasiados vienen, realmente, sin la intención de seguir las reglas y el resultado ha sido un nivel de caos y desorden que es algo más de lo que podemos soportar”, dijo en aquellos días a CNN el alcalde Dan Gelber. “Los agentes comenzaron a dispersar a las multitudes a las 8:00 p.m. y finalmente lograron un nivel satisfactorio de cumplimiento”, complementó el departamento de policía al mismo medio.

Semanas atrás, el gobernador Ron DeSantis aseguraba que Florida era un “oasis de libertad” durante la pandemia tras abrir las puertas al turismo, momento en que masas de personas acudieron a playas y establecimientos nocturnos.

Un año después, la situación escaló aún más. Para 2022, la presencia de armas se disparó, junto con los heridos de balas. Durante el domingo 20 de marzo, tres personas resultaron heridas en una calle repleta de turistas en el barrio de South Beach, reportó Los Ángeles Times. Un día después, a una cuadra de distancia, dos mujeres fueron encontradas lesionadas por un impacto balístico. Gelber aseguró que en cuatro semanas se encontraron más de 100 armas.

Una joven baila junto a sus amigas este domingo frente a Wet Willies en Miami Beach, Florida. Foto: AP

La polémica, sin embargo, siempre ha rodeado tanto al accionar de los asistentes como al de la policía. Mientras los segundos reclaman por el descontrol desatado en estas fechas, los primeros han levantado acusaciones de supuesto racismo a la hora de controlar a las multitudes. En los años previos, y en el contexto de celebraciones y fiestas, la sección asignada para Miami-Dade de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP) pidió la dimisión del jefe de policía de la ciudad luego de que se difundieran videos en los que se veían a agentes golpeando a asistentes negros. Acusaciones que se repitieron cuando la policía utilizó equipos SWAT y armamento lacrimógeno contra el mismo grupo de personas para despejar Ocean Drive, recordó Miami Herald.

De regreso en el presente, el alcalde Dan Gelber ha asegurado que, simplemente, no quieren tener visitas en esta temporada del año. “Como he dicho muchas veces, no pedimos vacaciones de primavera en nuestra ciudad. No queremos vacaciones de primavera en nuestra ciudad. Son demasiado alborotadoras, provocan demasiados desórdenes y, sencillamente, son demasiado difíciles de vigilar”, dijo a medios locales. “Aunque la mayoría viene aquí para disfrutar de las comodidades de Miami Beach... los pocos que vienen con malas intenciones y la presencia de armas crea una situación totalmente intolerable”, agregó.

Según las autoridades, este año se prepararon con una mayor presencia policial en las calles, pero alegan que la prevención es insuficiente. Afirmación que hacen porque en los dos tiroteos del fin de semana, la policía estaba tan solo a segundos de distancia. “Está claro que ni siquiera una presencia policial sin precedentes pudo evitar que se produjeran estos incidentes”, dijo el alcalde a los medios.

“Esto ocurre todas las vacaciones de primavera y nos lo esperábamos”, complementó Bobby Hernández, presidente de la Orden Fraternal de Policía de Miami Beach. “Podrías poner a 50.000 de nosotros ahí fuera. Eso no va a detenerlo”, aseveró.