El Papa Francisco fue admitido en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli de Roma el domingo para una “cirugía programada” en su colon, dijo el Vaticano, la primera vez que el pontífice es hospitalizado desde su elección en 2013, consignó Reuters.
El portavoz Matteo Bruni dijo que el Papa, de 84 años, debía someterse a la cirugía por una afección intestinal que tiende a afectar a las personas mayores y puede causar dolor abdominal.
Tras la operación, conducida por el profesor Sergio Alfieri, jefe de la unidad de cirugía digestiva compleja de este establecimiento sanitario, se publicaría un boletín sobre su estado de salud. Bruni dijo luego en un comunicado que el pontífice “reaccionó bien” a la cirugía. No dio más detalles sobre la operación y no dijo cuánto tiempo permanecería el Papa en el hospital.
El Papa parecía estar en buen estado de salud varias horas antes cuando miles de personas en la Plaza de San Pedro fueron a recibir su bendición dominical y anunció un viaje a Eslovaquia y Budapest para septiembre.
El amplio hospital y escuela de medicina Gemelli, dirigido por católicos y ubicado en la parte norte de Roma, tradicionalmente trata a los papas y una parte de su décimo piso está permanentemente reservada para ellos.
Francisco sufre de estenosis diverticular sintomática del colon, una afección en la que sobresalen bolsas en forma de saco de la capa muscular del colon, lo que hace que se vuelva más estrecho. Además de causar dolor, la afección puede provocar hinchazón, inflamación y dificultad para defecar.
Nacido en Argentina el 17 de diciembre de 1936, a Jorge Bergoglio le habían extirpado el lóbulo superior del pulmón derecho con sólo 21 años a causa de una pleuresía, por ello a veces tiene dificultad para respirar.
También sufre de ciática, que le provoca un dolor que se irradia desde la zona lumbar a lo largo del nervio ciático hasta las piernas. La afección, por la que recibe fisioterapia regular, le ha llevado en ocasiones a caminar con dificultad.
El año pasado, un fuerte resfriado le impidió participar en un retiro de Cuaresma de una semana con asesores en el sur de Roma.
En 2014, un año después de ser elegido Papa, Francisco se vio obligado a cancelar varios compromisos debido a lo que se creyó que era una enfermedad al estómago.
“No le tengo miedo a la muerte”
Este domingo al mediodía celebró la tradicional oración dominical del Ángelus desde la ventana de la residencia Santa Marta del Vaticano para los fieles que se encontraban en la plaza de San Pedro bajo un sol abrasador.
Parecía estar en buena forma física y anunció, emocionado, una visita de Estado a Eslovaquia entre el 12 y 15 de septiembre, su segundo viaje al exterior en 2021 tras el realizado a Irak en marzo.
“No le tengo miedo a la muerte”, había confiado en un libro de entrevistas realizado por un periodista argentino en 2019. Tras la operación al pulmón, Francisco confesó que nunca se sintió limitado en sus actividades ni cansado.
En estos últimos años, no obstante, canceló algunas apariciones y, ocasionalmente, se le nota que camina con dificultad, destacó France Presse.
Desde el comienzo de la pandemia, que golpeó muy duramente a Italia, en febrero de 2020, parecía poco inquieto por su propia salud, a menudo desplazándose sin mascarilla, pese a que tuvo que renunciar a sus paseos habituales entre los fieles durante la audiencia del miércoles.
Aparte de un catarro que lo obligó a cancelar las citas a comienzos de la pandemia, su salud no ha suscitado ninguna preocupación en particular.