(El video principal corresponde a la Escuela Municipal Rosa da Fonseca, en Río de Janeiro, el lugar de votación de Bolsonaro)
Jair Bolsonaro fue durante casi tres décadas un diputado irrelevante, pero su apología a la mano dura encontró eco en millones de brasileños que vieron en él una alternativa a los políticos tradicionales. Bajo el eslogan "Brasil encima de todo, Dios encima de todos", el ultraderechista se plantea crítico de los homosexuales y del aborto, al tiempo que aboga por las privatizaciones y la creación de un bloque liberal en la región.
* "Incapaz de querer a un hijo homosexual"
"Los gays siempre en la mira" lleva por título uno de los capítulos del libro Bolsonaro, del periodista carioca Clóvis Saint-Clair. En el texto, su autor recuerda que en mayo de 2002, en la presentación del nuevo Plan Nacional de Derechos Humanos, Bolsonaro se opuso a los derechos que serían consagrados a partir del documento, como el matrimonio gay y la adopción de hijos por homosexuales, además de la alteración del nombre de los transexuales en el Registro Civil. "Soy radicalmente contrario a ese negocio de la columna del medio", justificó en esa oportunidad. Desde entonces no ha escatimado en ofensas contra los homosexuales, como en 2011, cuando en una entrevista con la revista Playboy dijo que sería "incapaz de querer a un hijo homosexual" y que preferiría que su hijo "muriese en un accidente" a que se presentase con un compañero "barbudo". Sin embargo, durante la campaña sostuvo que no es homofóbico. "Propagan noticias falsas de que les voy a hacer algo malo, por el amor de Dios. ¿Quién no tiene amigos o familiares (gays) y no quiere que sean felices?, afirmó.
* "La violencia no se combate con amor, se combate con violencia"
Desde el principio de su vida política Bolsonaro se ha posicionado en contra del Estatuto de Desarme en Brasil, con el que se prohibía el porte de armas a la población civil, y ha garantizado varias veces que, de llegar a la presidencia, revocaría la ley. "La violencia no se combate con amor, se combate con violencia. Si un bandido tiene una pistola, nosotros tenemos que tener un fusil", dijo en una controvertida entrevista al diario Folha de Sao Paulo en 2017. Otra de las luchas de Bolsonaro es el cambio del Código Penal que permita encarcelar a adolescentes a partir de los 16 años -aunque durante la campaña habló de partir disminuyendo la mayoría penal a 17 como parte de un cambio gradual que sería completado por el próximo mandatario-, así como dotar de "seguridad jurídica" a los policías militares que maten delincuentes en el ejercicio de sus funciones. Para Antonio Sampaio, especialista brasileño en temas de seguridad del IISS de Londres, esta última "es una propuesta con un enorme potencial destructivo", según dijo a La Tercera.
* "Necesitamos redirigir nuestro eje de alianzas"
"Además de profundizar nuestra integración con todos los hermanos latinoamericanos que estén libres de dictaduras, necesitamos redirigir nuestro eje de alianzas", se lee en el plan de gobierno de Bolsonaro. En ese sentido, el político ultraderechista quiere estrechar las relaciones con Chile, Paraguay y Argentina. Y no solo eso. Según informó el diario Folha de Sao Paulo, el excapitán de Ejército también busca crear una "alianza liberal" en Sudamérica, razón por la cual ya habría iniciado contactos con presidentes de la región. En una conferencia de prensa, ofrecida el jueves en los salones de la casa de su amigo Paulo Marinho, en Río de Janeiro, Bolsonaro dijo que ya había hablado con el paraguayo Mario Benítez y el argentino Mauricio Macri, con quien aseguró tendrá "una muy buena relación, y una óptima alianza". En la oportunidad también anticipó que en breve dialogará con el chileno Sebastián Piñera. Si bien Thomas J. Trebat, director del Columbia Global Centers en Río de Janeiro, ve "un poco complicadas" las relaciones en la región con la eventual llegada de Bolsonaro al poder, cree que si tiene éxito en impulsar la economía brasileña "por sí solo sería muy positivo para Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile".
* "Propuestas para liberar el aborto tendrán mi veto"
Bolsonaro ha prometido un estricto apego a los principios religiosos, que resume en un lema de campaña 'Brasil encima de todo, Dios encima de todos', el cual sintetiza su convicción cristiana. En ese sentido, ha declarado que vetará cualquier propuesta para legalizar el aborto. "Repito: si depende de mí, propuestas para liberar el aborto en Brasil tendrán mi veto y el dinero de los brasileños no financiará a las ONG que promueven esta práctica", escribió hace unas semanas en Twitter. Además, en mayo, en Brasilia, dijo que le gustaría crear un programa de planificación familiar. A lo largo de su carrera como diputado, Bolsonaro se ha posicionado a favor del control de la natalidad de los pobres por parte del Estado en varias ocasiones. "Debemos adoptar una política rígida de control de natalidad. No podemos seguir con los discursos demagógicos, gastando los recursos y medios del gobierno para atender a esos miserables que proliferan por toda la nación", dijo en 1992.
* "Asumí el compromiso de privatizar gran parte de las estatales"
En el ámbito económico, su principal propuesta es la reducción de la deuda pública mediante privatizaciones y concesiones al sector privado, así como la independencia del Banco Central. "Estimamos reducir en un 20% el volumen de la deuda a través de privatizaciones, concesiones, venta de propiedades inmobiliarias de la Unión y devolución de recursos en instituciones financieras oficiales que hoy se utilizan sin un beneficio claro a la población brasileña, algunas estatales serán extinguidas, otras privatizadas", se lee en su programa de gobierno. "Asumí el compromiso de reducir el número de ministerios, extinguir y privatizar gran parte de las estatales que hoy existen", escribió en Twitter en septiembre. "De aproximadamente 150 estatales, en el primer año, por lo menos 50, o nosotros las privatizamos o extinguimos", aseguró en un post de Facebook, a comienzos de octubre. Esta información, según consigna el portal G1 de Globo, es diferente de lo que llegó a anunciar en agosto el economista de la campaña de Bolsonaro, Paulo Guedes, que defendió la privatización de todas las empresas estatales.