Una “explosión” de contagios y muertes ha sufrido Centroamérica en los últimos días, alcanzando cifras diarias récord en casi todos los países de esta región. La escasez de recursos, la informalidad laboral, la violencia, los precarios sistemas de salud y las crisis sociales y políticas amenazan con profundizar el impacto del virus en la población.
Panamá
Es el epicentro del Covid-19 en la región, con 36 mil casos y 720 muertos en una población de 4,5 millones. Por primera vez desde la llegada del virus el 9 de marzo, el país alcanzó más de mil casos nuevos en 24 horas.
El rebrote obligó a las autoridades a restablecer el 8 de junio las restricciones de movilidad por género y número en las cédulas de identidad que habían sido suspendidas solo por una semana, cuando se iniciaría la “nueva normalidad”. El Presidente Laurentino Cortizo, quien cumplió un año en el cargo el 1 de julio, hizo un cambio de gabinete que incluyó la salida del titular de Salud y formó un nuevo comité asesor para la pandemia.
Guatemala
Al igual que en Panamá, el gobierno del médico Alejandro Giammattei sacó al titular de Salud, pero en esta ocasión por acusaciones de ocultamiento “de los datos reales de la mortalidad” del virus en el principal centro médico de la capital. El país tiene 22.501 casos, con 1.221 nuevos infectados y 920 muertos tras rechazar ordenar un confinamiento total.
Después de más de 100 días de emergencia, el diario Prensa Libre criticó que recién el gobierno asumiera que había un “desfase” en la recopilación de los test del sistema privado.
Honduras
Ante el primer caso el 11 de marzo, el Presidente Juan Orlando Hernández decretó una estricta cuarentena, solo cinco días después de suspender trabajos, clases, eventos multitudinarios, transporte público, ritos religiosos y hasta el ingreso a las playas. Ante los buenos resultados, en mayo se inició un reinicio parcial del comercio, pero el 16 de junio el Jefe de Estado y la primera dama, Ana García, dieron positivo al virus. Hernández fue dado de alta recién la semana pasada. Una encuesta de Borge y Asociados reveló que un 39,7% cree que el Mandatario no ha realizado una buena gestión durante la pandemia.
Nicaragua
La gestión del gobierno de Daniel Ortega es la más criticada de Centroamérica. Tras incitar a marchas masivas y desaparecer más de un mes de la esfera pública, el Mandatario no siguió ninguna de las medidas sanitarias recomendadas por la OMS. Médicos, la prensa, organizaciones sociales y la Iglesia han evidenciado su preocupación por el sistema sanitario y el manejo de las cifras. El sondeo de Borge y Asociados señaló que el 18% de los nicaragüenses dice no tener la suficiente información para no enfermarse de Covid-19, la cifra más alta de la región.
Además, el círculo sandinista ha sido uno de los más golpeados por el virus tras el deceso de Edén Pastora (el “Comandante Cero”). El gobierno confirmó días la muerte de 22 figuras sandinistas.
El Salvador
La pandemia ha profundizado las grietas entre el Ejecutivo de Nayib Bukele y el Congreso. Antes de registrar el primer caso de coronavirus, el Mandatario ya había decretado un estado de emergencia y su estrategia ha sido criticada por “autoritaria”, aunque aplaudida por un sector del país debido a que suspendió ciertas labores.
El 15 de junio, los salvadoreños tenían previsto iniciar una reapertura tras una cuarentena de casi tres meses, pero Bukele anunció que busca una nueva cuarentena, porque en agosto tendrían más de 20 mil casos positivos.
Costa Rica
El país puso en pausa la tercera etapa de reapertura y cerró el comercio tras romper el récord de casos diarios con 294 enfermos. Así, la movilidad de los ciudadanos volvió a quedar restringida. Costa Rica inició un proceso gradual de distanciamiento social y aislamiento de contagios desde marzo y su estrategia ha recibido elogios.