Como era de esperar, el resultado del plebiscito de este domingo en Chile generó repercusiones en el resto de la región, donde algunos líderes miraban con atención el proceso constituyente. Al constatar la ya evidente victoria del Rechazo, uno de los primeros en comentarla fue Eduardo Bolsonaro, hijo del Presidente de Brasil, que compartió un video de desmanes en la Alameda, producidos por supuestos simpatizantes del Apruebo.
“Terrorista izquierdista, aquellas personas que se llenan la boca para hablar de democracia, Estado democrático de derecho y libertad, se ‘manifestaron pacíficamente’ luego de perder el plebiscito en Chile”, comentó el también diputado federal.
En plena campaña electoral, los cercanos al Presidente Jair Bolsonaro destacaron la diferencia entre las estimativas de las encuestadoras chilenas contra el resultado que tuvo lugar este domingo, intentando trazar paralelos con las elecciones de octubre en Brasil.
“No es solo en Brasil donde las encuestas se equivocan feo”, escribió en Twitter el diputado Osmar Terra, exministro de Ciudadanía en el gobierno de Bolsonaro. Según él, “las encuestas pronosticaban que el Rechazo perdería con un 46%”: una aseveración falsa, ya que en los últimos cinco meses ninguna encuesta dio por ganadora a la opción Apruebo.
En la misma dirección, el ministro de Comunicaciones de Bolsonaro, Fabio Faria, publicó en la red social: “Pequeño detalle: todos los institutos de encuestas erraron por 20 puntos”. Sin embargo, la última encuesta de Black & White le dio una victoria de 58% al Rechazo, alejándose por cuatro puntos del resultado final.
“Felicitaciones a Chile por no aceptar una Constitución izquierdista. La prensa emparejada quería y daba como cierta la victoria; las encuestas erraron por absurdos 20 puntos. ¿Cuántas semejanzas hay con Brasil”, escribió Alexandre Ramagem, delegado de la Policía Federal y director de la Agencia Brasileña de Inteligencia.
Con miras a las elecciones del 2 de octubre, el bando bolsonarista lleva meses observando cómo las encuestas dan por perdedor al actual presidente, y por lejos. En una encuesta divulgada este mes, Lula sigue siendo el máximo favorito, sacándole 13 puntos de ventaja a Bolsonaro: 44% a 31% de la intención de voto.
En el diario Correio Braziliense, del Distrito Federal de Brasilia, también se comentó la votación de este domingo, en un artículo llamado “El recado que viene de los chilenos”. “Su observación es muy importante adelante de un escenario electoral brasileño en el cual el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva es favorito, con una narrativa vuelta hacia el pasado, o sea, a los logros de sus dos mandatos, y una agenda opaca en relación al futuro, como quien desease asumir el poder con carta blanca para promover reformar políticas e institucionales”, comentó el diario.
Según el medio, la situación de Chile sirve como advertencia para el frente de izquierda que se formó en torno al expresidente brasileño. “Lula necesita presentar su alternativa para el futuro y rechazar la veleidad de que Brasil va a dar un gran giro a la izquierda”, advirtió el artículo.
En el otro extremo del arco político, el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dio a conocer sus opiniones respecto del triunfo del Rechazo en nuestro país. Según él, faltó un liderazgo claro en el proceso, señalando que “le cortaron las alas desde el viejo Congreso de Piñera, antes de arrancar como proceso constituyente”.
Comparando la Convención Constitucional chilena con otras experiencias, el mandatario señaló: “En nuestros países la derecha mintió tanto o más que en Chile contra el proyecto constitucional en el momento en que se iba a someter a referendo, pero el proceso constitucional estuvo claro, y tuvo quien lo defendiera. Tuvo un liderazgo claro, firme, como el liderazgo del comandante Chávez en 1999 en Venezuela, el liderazgo del Presidente Rafael Correa en su momento en Ecuador, o el liderazgo del Presidente Evo Morales en Bolivia, hubo un proyecto claro de país de futuro, y hubo un liderazgo claro”.
El mandatario venezolano, que ya se ha mostrado crítico con el Presidente Gabriel Boric en situaciones anteriores, lamentó también que quedase vigente la “Constitución de la dictadura de Pinochet”. “Si hubiera habido un proceso popular constituyente originario, plenipotenciario, soberano, con un liderazgo claro, con un proyecto absolutamente popular de cambio radical del neoliberalismo, tengan la seguridad de que otro gallo cantaría hoy, y el pueblo chileno estaría celebrando una gran victoria”, aseguró.
Desde la prensa peruana, en tanto, vieron el caso chileno como una advertencia para el Presidente Pedro Castillo, que en más de una ocasión ha contemplado la idea de convocar a una Asamblea Constituyente. En ese sentido, hay que considerar que la Carta Magna de Perú entró en vigor en 1993, en reacción al autogolpe liderado por Alberto Fujimori y la posterior disolución del Congreso.
En una editorial llamada “Ecos del sur”, el diario El Comercio calificó la votación como un “terremoto político” para toda la región. “El sacudón rebasa las fronteras del país sureño y estremece a diversos sectores políticos que a lo largo y ancho del continente han venido sosteniendo de un tiempo a esta parte que las constituciones son una especie de lista de deseos en las que basta colocar una aspiración para que se haga realidad”, comentó la columna.
Refiriéndose a los partidos y movimientos que ostentaron la mayoría en la Convención, el diario peruano criticó su “agenda maximalista”: “En un momento que ya era difícil para ese país -por los problemas en La Araucanía, por la inflación, por el descontento desbordado de la gente con sus gobernantes anteriores-, trataron de incendiar la pradera… y los chamuscados terminaron siendo ellos mismos”.
En Argentina destacaron el silencio del gobierno de Alberto Fernández, junto con la percepción desde la Cancillería. “Es un golpe para Boric. La diferencia va a agrandar a la ultraderecha que quiere seguir con la misma Constitución y no cambiar nada”, habría señalado una fuente diplomática a La Nación.
En el mismo medio, un editorial destacó las dificultades que se vienen para el gobierno de Boric y los mandatarios de la región en general: “Gobernar en semejante contexto se transforma en una tarea casi imposible. A esas condiciones poco envidiables, Boric incluso le suma un arma de doble filo. Llegó a la Presidencia, en marzo pasado como la cara del cambio, la cara del futuro no solo de Chile, sino de América Latina. Era la esperanza de renovación, la expectativa de respuesta a tantas demandas sociales desatendidas. Ayer, esa posibilidad parecía cada vez más remota”.
“Desde marzo, Boric y su gabinete descubren a diario que gobernar es un dolor de cabeza tras otro. No está solo. En Perú, en Colombia, en Bolivia, en Ecuador, Pedro Castillo, Gustavo Petro, Luis Arce y Guillermo Lasso se topan con el mismo escenario: muchas demandas, muchos problemas, muchas divisiones y pocos recursos y habilidad política para cumplir promesas”, apuntó el diario argentino, concluyendo que, “dominado por los desafíos internos, Boric tiene poco tiempo para la ‘patria grande’”.