Las huellas del desastre de Chernobyl
El peor desastre nuclear inspiró la nueva miniserie de HBO, mientras la ciudad fantasma de Prípiat atrae a nuevos turistas.
A la 1.23 de la madrugada, el 26 de abril de 1986, las alarmas de la central nuclear Vladimir Ilich Lenin, ubicada a menos de un kilómetro de la ciudad soviética Prípiat, alertó de un "desperfecto técnico" que tiñó el cielo de amarillo tras una explosión que provocó un incendio. La mayor parte de la infraestructura cercana al reactor 4 estaba desmoronándose, mientras los trabajadores comenzaron a sentir un sabor a metal en la boca. Aquello, sin embargo, era solo el comienzo de la peor catástrofe nuclear de la historia.
Minuto a minuto, los efectos de la radiación, equivalentes a 400 bombas atómicas liberados tras el estallido del núcleo RBMK, comenzaron a esparcirse en el ambiente, llegando incluso a ciudades del suroeste de la entonces Unión Soviética (actual territorio de Ucrania y Bielorrusia) mediante "copos de nieve" que en realidad era ceniza contaminada de Chernobyl. En las siguientes horas, 31 personas fallecieron.
"Algunos sectores de Chernobyl se han recuperado, pero hay cientos de kilómetros que tienen niveles tan altos de cesio, estroncio, plutonio y americio radioactivo que no serán seguros para los humanos hasta en miles de años más. Incluso, en áreas no tan contaminadas hemos encontrado mutaciones en plantas y animales, que fueron transmitidos por sus antepasados expuestos a la contaminación, y que son similares a los efectos en humanos como cerebros más pequeños, mayor frecuencia de tumores o cáncer (en especial tiroides), cataratas y problemas de fertilidad", dijo a La Tercera, el profesor de Ciencias Biológicas, Tim Mousseau, de la U. de Carolina del Sur, que ha realizado más de 35 expediciones a Chernobyl y que volverá la próxima semana al lugar.
El lanzamiento de Chernobyl, la miniserie de cinco capítulos producida por HBO y estrenada el 6 de mayo, ha reflotado las consecuencias del accidente nuclear ocurrido hace 33 años. El escritor y creador Craig Mazin recabó libros, informes clasificados de la Unión Soviética e internacionales, además de testimonios de sobrevivientes y científicos nucleares, para realizar la producción filmada en Lituania y Ucrania.
Según la investigación, trabajadores de Chernobyl violaron protocolos de seguridad durante una prueba, lo que provocó un aumento de energía al interior de la planta. A pesar de los grandes riesgos de estar expuesto a la radiación, las autoridades soviéticas decidieron mantener silencio, por lo que rodearon Prípiat, ciudad construida para los trabajadores de Chernobyl, y cortaron las comunicaciones.
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Una sala de clases en una escuela en Prípiat, cercana a Chernobyl.[/caption]
En medio de la Guerra Fría, y tras potenciar la energía nuclear con la construcción de cuatro reactores, la URSS decidió evacuar 36 horas después de la falla nuclear a más de 300 mil personas en autobuses y reconocer internacionalmente la falla -de categoría 7- cuando el 30% de las 190 toneladas métricas de uranio ya había llegado a la atmósfera, afectando cultivos y ganado. Cinco años después, la URSS colapsó.
"El accidente en Chernobyl fue clave para la desintegración de la Unión Soviética; propagó miedo y desconfianza junto a la contaminación radiactiva y convenció a mucha gente que generar electricidad mediante la energía nuclear era demasiado peligroso, pero quizás nunca entendamos las verdaderas consecuencias de Chernobyl", dice a La Tercera, Adam Higginbotham autor de Midnight In Chernobyl: The Untold Story of the Greatest Nuclear Disaster.
El 28 de abril de aquel año fue la primera vez que los ciudadanos escucharon "zona de exclusión", la prohibición de permanecer en un radio de 30 km. desde Chernobyl que dejó a Prípiat como la "ciudad fantasma" más grande del mundo, con trajes antirradiación y mascarillas botadas, paredes descascarándose y agua filtrando. Sin embargo, cerca de 150 personas aún viven en el área.
"La radiactividad está decayendo gradualmente en Chernobyl. Los isótopos radiactivos de cesio y estroncio han reducido el riesgo de radiación en más de la mitad en comparación a 1986. Otro accidente de un reactor nuclear debido a las mismas causas de Chernobyl no puede ocurrir porque ese diseño exacto ya no se usa, aunque hay versiones modificadas, pero pronto se cerrarán", aclara a La Tercera, Alan Flowers, experto en radiación de la Universidad de Kingston, que visitó por primera vez Chernobyl en 1993.
En 2016, el reactor de Chernobyl fue sepultado bajo una nueva cubierta de acero y concreto que intenta contener la radiación, mientras es monitoreada y la limpieza continuará hasta 2065. Según Naciones Unidas, hasta 4 mil personas expuestas a altas dosis de radiación morirán de cáncer.
"Turismo nuclear"
A pesar del riesgo, durante los últimos años se ha registrado un aumento del "turismo nuclear" en Chernobyl. Hay paquetes turísticos que ofrecen excursiones con salidas diarias desde Kiev a Chernobyl (dos horas de viaje) por US$ 100, en que se puede recorrer algunas zonas de la central nuclear, casas abandonadas y medir con un contador Geiger la radiactividad en micro sieverts a la que están expuestos los visitantes. Todo, después de cruzar puntos de control resguardados por militares.
Uno de los sectores más visitados por los turistas es el "puente de la muerte", en la entrada a Prípiat, denominado así porque la mayoría de las personas que llegaron al punto para observar la explosión en Chernobyl murió por las dosis letales de radiación. Sin embargo, la zona tiene una serie de prohibiciones: no se puede comer, tocar la infraestructura, la vegetación, tomar agua u objetos, no se puede utilizar zapatos abiertos o ropa corta o sacar cualquier cosa del lugar. En 2018, más de 70.000 personas visitaron Chernobyl.
Una de las zonas más radioactivas es el Bosque Rojo, denominado así por el color que adquirieron las hojas tras la contaminación. "Los incendios forestales que afectaron al Bosque Rojo hicieron que mayor radioactividad se libere en el lugar. Si una persona se sienta en estos lugares obtendría el impacto equivalente a un año completo de radiación en solo tres horas", concluye Tim Mosseau.
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