Según la psicología, de las creencias generalizadas sobre las conductas características de hombres y mujeres derivan expectativas sobre los roles que cada uno debe tener en la sociedad. Así, la conducta masculina está orientada a la coordinación y el control, es decir, liderar, mientras que las mujeres cumplen funciones de cooperación. Este fenómeno se observa tanto a nivel social, como corporativo y político.
En cuanto a este último aspecto, pese a que actualmente las mujeres siguen siendo minoría en los altos estamentos de los gobiernos a nivel mundial, en los últimos años han sido varias las mujeres que lograron llegar a la primera línea de la política en sus países.
Según la ONU, la gran mayoría de los países no han sido gobernados nunca por una mujer. Aunque en 2015 se proyectaba que esa brecha se cerraría en 30 años, nuevas estimaciones indican que tomaría al menos 107 años.
Más de la mitad de las mujeres jefas de Estado o de gobierno están en Europa, donde casi todos los países nórdicos están encabezados por una mujer. En América hay tres mujeres líderes, la mitad de las que estaban en el poder en 2015. En América Latina, las mujeres ocupan un tercio de los escaños en los Congresos Nacionales y aproximadamente la mitad en México, Bolivia y Costa Rica.
Otras tres mujeres son jefas de Estado en Asia, una en África y una en el Pacífico. Ningún país árabe ha tenido una mujer jefa de gobierno o de Estado. Entre las mujeres que ocupan el cargo más importante en sus territorios, destacan algunas que, gracias a sus habilidades de liderazgo o su gestión, han logrado posicionarse en el escenario regional o global.
Sanna Marin, primera ministra de Finlandia
La política de 35 años asumió en diciembre de 2019, convirtiéndose en la primera ministra más joven del mundo, además de ser la persona más joven en ocupar el cargo en la historia de Finlandia. Su trayectoria política empezó en 2012, cuando fue elegida concejal para el ayuntamiento de Tampere, la ciudad más grande del país. En 2014 fue designada segunda vicepresidenta del Partido Socialdemócrata, y un año después fue elegida para el Parlamento por el distrito de Pirkanmaa, donde fue reelegida cuatro años después.
Marin llegó a formar parte del gobierno en junio de 2019, cuando quedó a cargo de Transporte y Comunicaciones. Unos meses después, Antti Rinne renunció al cargo de primer ministro y su partido la designó como candidata.
Desde una coalición de centroizquierda, Marin formó un sólido gobierno donde las caras más visibles son mujeres. Los cinco partidos que forman la coalición están liderados por mujeres, y cuatro de ellas son menores de 35 años.
Aunque se ha mostrado comprometida con el feminismo y el medioambiente, su administración se ha visto marcada por la pandemia. Sin embargo, su previsión y gestión de la crisis han recibido numerosos elogios a nivel internacional.
Zuzana Strapáková, Presidenta de Eslovaquia
En 2019 y con 45 años, la denominada “Erin Brokovich eslovaca” se convirtió en la persona más joven de su país en obtener el cargo y la primera mujer en lograrlo en democracia. La madre de dos hijas adolescentes tiene un fuerte perfil proeuropeo y ecologista, y ha dedicado su vida a la lucha contra los abusos y la corrupción.
La abogada -que actualmente se encuentra divorciada- empezó su carrera en el sector público en los 90, cuando fue vicealcaldesa de la pequeña localidad de Pezinok. Sin embargo, más tarde orientó su trabajo hacia el sector de las fundaciones y ONG.
En 2013, una victoria en el Tribunal Supremo contra un vertedero ilegal en Pezinok, tras 14 años de batalla legal, la convirtió en un rostro conocido en Eslovaquia. Sin embargo, no empezaría su carrera política hasta 2017.
Angela Merkel, canciller de Alemania
Física de formación y canciller en su país desde 2005, se dice que Merkel es la mujer más poderosa del mundo. En su país ha logrado mantener un nivel relativamente constante de popularidad, mientras que su imagen como promotora de una firme disciplina presupuestaria le ha traído distintas reacciones por parte de sus vecinos europeos.
Mientras que muchos líderes se han visto fuertemente golpeados por la pandemia, la imagen de Merkel fue favorecida, gracias a su rápida respuesta y efectivo manejo de la crisis, que le permitieron llegar a tener una tasa de mortalidad mucho más baja que el resto de los países europeos.
Katerina Sakellaropoulou, Presidenta de Grecia
La mandataria, que asumió en marzo de 2020 como la primera Presidenta del país, buscaba enfocar su gobierno en la protección de los derechos civiles y el medio ambiente. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, la nominó como una candidata no partidista que tendría un amplio respaldo por parte de todo el espectro político. Finalmente, Sakellaropoulou fue elegida para el cargo por 261 votos a favor, 33 en contra y seis abstenciones.
Grecia tiene a muy pocas mujeres en puestos de alto nivel dentro de la política, y el primer ministro había sido criticado por formar un gobierno con casi solo hombres, que ocupan 17 de los 18 ministerios.
La abogada de 64 años fue nombrada vicepresidenta del Consejo de Estado -el tribunal administrativo más alto del país- en 2015, y desde 2018 que lo encabezaba. La mandataria griega es especialista en derecho medioambiental y ha enfocado su carrera en la defensa de las libertades civiles y los derechos de las minorías y refugiados.
Ana Brnabić, primera ministra de Serbia
La política de 45 años, que es la quinta persona abiertamente homosexual en presidir in gobierno, ejerce su cargo desde junio de 2017. Al finalizar sus estudios secundarios, abandonó Yugoslavia para estudiar en Estados Unidos. En 2002 regresó a Serbia y trabajó en la promoción de energías renovables.
En 2016 empezó su carrera política, cuando fue nombrada ministra de Administraciones Públicas y Asuntos Locales. Hace tres semanas fue aprobado su nuevo gobierno, una coalición en la que casi la mitad de los miembros del gabinete -10 de 21- son mujeres.
Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelandia
Tras graduarse en Estudios de Comunicación por la Universidad Waikato, Ardern viajó a Reino Unido para trabajar como asesora del exprimer ministro Tony Blair, y en 2009 fue elegida presidenta de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas.
En 2017 asumió el cargo de primer ministra, además de liderar los departamentos de Seguridad Nacional e Inteligencia, Arte, Cultura y Patrimonio, y Reducción de la Pobreza Infantil.
En los últimos meses, Ardern ha sido aplaudida por su éxito en el control de la pandemia, que ha sido relacionado a su estrategia de eliminar la curva en lugar de aplanarla. Así, la primera ministra neozelandesa impuso duras restricciones cuando había apenas seis casos confirmados en su país. Además de ordenar un confinamiento a nivel nacional, prohibió la entrada de extranjeros y obligó a los neozelandeses que regresan a ciertas partes del país a aislarse por 14 días. Gracias a su estrategia, ha recibido halagos de diversos líderes y organismos a nivel mundial, incluida la Organización Mundial de la Salud.