Los coletazos del fallido motín liderado Yevgeny Prigozhin, no cesan y ahora se dio a conocer que el general Sergei Surovikin, jefe de las fuerzas aeroespaciales rusas y el comandante supremo de Moscú en Ucrania, ayudó a planificar las acciones del jefe del Grupo Wagner el fin de semana pasado, que representaron la mayor amenaza para el Presidente Vladimir Putin en sus 23 años en el poder.
Según funcionarios estadounidenses consultados por el diario The New York Times, hay indicios de que otros generales rusos también pueden haber apoyado el intento de Prigozhin de cambiar por la fuerza el liderazgo del Ministerio de Defensa. Además, indicaron que Prigozhin no habría lanzado su levantamiento a menos que creyera que otras personas en posiciones de poder acudirían en su ayuda.
“Si el general Surovikin estuvo involucrado en los eventos del fin de semana pasado, sería la última señal de las luchas internas que han caracterizado al liderazgo militar de Rusia desde el comienzo de la guerra de Putin en Ucrania y podría indicar una fractura más amplia entre los partidarios de Prigozhin y los de Putin. Los dos principales asesores militares de Putin: Sergei Shoigu, ministro de Defensa, y el general Valery Gerasimov, jefe de Estado Mayor”, indicó el periódico.
Surovikin es un respetado militar que ayudó a reforzar las defensas en las líneas de batalla después de la contraofensiva de Ucrania el año pasado, dicen los analistas citados por el diario estadounidense. Fue reemplazado como comandante principal en enero, pero retuvo su influencia en las operaciones de guerra y sigue siendo popular entre las tropas.
Para algunos expertos estas revelaciones generaron dudas, debido a que el general Surovikin se pronunció en contra de la rebelión cuando se hizo pública el viernes, en un video que instó a las tropas rusas en Ucrania a mantener sus posiciones y no unirse al levantamiento. “Le insto a que se detenga”, dijo en un mensaje publicado en Telegram. “El enemigo solo está esperando que la situación política interna empeore en nuestro país”.
Pero un exfuncionario calificó ese mensaje como “un video de rehenes”, indicó The New York Times. El lenguaje corporal del general Surovikin sugirió que se sentía incómodo denunciando a un antiguo aliado, que compartía su punto de vista sobre el liderazgo militar ruso, aseguró.
De hecho, el canal de Telegram Rybar señaló que Surovikin “no ha sido visto desde el sábado” desde que grabó ese mensaje. El canal vinculado al Ejército declaró: “El paradero del ‘General Armagedón’ no se conoce con certeza”. Hay una versión de que está bajo interrogatorio.
Al respecto, The Moscow Times, basándose en dos fuentes cercanas al Ministerio de Defensa, informó que el general Surovikin fue arrestado en relación al motín de Wagner.
Rybar declaró: “El motín armado de Wagner PMC se ha convertido en un pretexto para purgas a gran escala en las filas de las Fuerzas Armadas rusas y una prueba de choque de la lealtad del ministerio”.
También se está purgando a los rangos inferiores de aquellos que mostraron su apoyo al levantamiento de Wagner contra los comandantes de Putin, se afirma.
En un análisis hecho en Twitter, la experta rusa Tatiana Stanovaya escribió que “al comienzo del motín de Prigozhin, era bien sabido sobre una división establecida entre el liderazgo militar de Shoigu/Gerasimov y Surovikin, no tanto una lucha de poder sino una divergencia en la comprensión de la estrategia de Rusia en Ucrania y las relaciones con las Compañías Militares Privadas en general y Wagner en particular”. Si bien esas divisiones persistieron, tuvieron una relación laboral que probablemente fue aprobada por Putin, “lo que sugiere que esta división no fue una rebelión”.
“El motín carecía de objetivos políticos claros o de una preparación adecuada. Parecía un intento desesperado de Prigozhin de proteger a Wagner, con un final potencialmente fatal en Moscú. Si bien Surovikin podría haber sido comprensivo o estar al tanto del plan, se puso del lado del Estado cuando fue necesario”, escribió la directora ejecutiva del centro de estudios R. Politik.
“Es probable que hubiera simpatizantes de Prigozhin dentro del Ejército, pero es más exacto decir que sentían descontento hacia Shoigu y Putin. La cuestión sigue siendo si los que informan a Putin en estos días podrían empañar la imagen de tales simpatizantes, transformándolos en conspiradores a efectos de posibles purgas contra ellos. Intrigantemente, el principal beneficiario parece ser Shoigu: con Prigozhin y Wagner fuera de escena, Putin está ahora inmunizado contra un motín similar”, sostuvo.
El martes, la agencia de inteligencia nacional rusa dijo que retiraría los cargos penales de “motín armado” contra Prigozhin y miembros de su fuerza. Pero si Putin encuentra evidencia de que el general Surovikin ayudó más directamente a Prigozhin, no tendrá más remedio que destituirlo de su mando, dicen funcionarios y analistas.
Algunos exfuncionarios señalan que Putin podría decidir quedarse con el general Surovikin, si concluye que tenía algún conocimiento de lo que Prigozhin había planeado, pero no lo ayudó. Por ahora, indican analistas, Putin parece tener la intención de culpar del motín únicamente a Prigozhin.
“Putin es reacio a cambiar a la gente”, dijo Alexander Baunov, investigador principal del Carnegie Russia Eurasia Center. “Pero si el servicio secreto pone archivos en el escritorio de Putin y si algunos archivos implican a Surovikin, puede cambiar”.
Altos funcionarios estadounidenses sugieren que una alianza entre el general Surovikin y Prigozhin podría explicar por qué este último todavía está vivo, a pesar de apoderarse de un importante centro militar ruso y ordenar una marcha armada sobre Moscú.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, desestimó los informes sobre Surovikin y los calificó como especulaciones y chismes en una conferencia de prensa el miércoles.
Por otro lado, el diario The Wall Street Journal entregó más detalles de la planificación del motín y señaló que Prigozhin planeó capturar a los líderes militares de Rusia como parte del motín, dijeron funcionarios occidentales, y aceleró sus planes después de que la agencia de inteligencia nacional del país se enterara del complot.
El lanzamiento prematuro del complot fue uno de los factores que podría explicar su fracaso final después de 36 horas, cuando Prigozhin canceló una marcha armada sobre Moscú que inicialmente había encontrado poca resistencia.
Prigozhin originalmente tenía la intención de capturar a Shoigu y a Gerasimov, pero el Servicio Federal de Seguridad, o FSB, se enteró del plan dos días antes de que se ejecutara, según funcionarios occidentales.
El general Viktor Zolotov, comandante de la Guardia Nacional de Rusia, una fuerza militar nacional que depende directamente del Presidente Putin, también dijo que las autoridades conocían las intenciones de Prigozhin antes de que lanzara su intento.
“Se filtraron datos específicos sobre los preparativos para una rebelión que comenzaría entre el 22 y el 25 de junio desde el campamento de Prigozhin”, dijo Zolotov a los medios estatales el martes.
Las agencias de inteligencia occidentales también se enteraron temprano de los planes de Prigozhin, al analizar interceptaciones de comunicaciones electrónicas e imágenes satelitales, según una persona familiarizada con los hallazgos que conversó con The Wall Street Journal. Funcionarios occidentales dijeron que creen que el complot original tenía buenas posibilidades de éxito, pero fracasó después de que se filtró la conspiración, lo que obligó a Prigozhin a improvisar un plan alternativo.
Rusia toma el control de Wagner
En las horas posteriores a que el grupo de mercenarios de Prigozhin detuviera su avance sobre Moscú, el Kremlin se dispuso a tomar el control total del imperio global construido por el notorio empresario militar.
El viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Vershinin, voló a Damasco para entregar personalmente un mensaje al Presidente sirio Bashar Assad de que las fuerzas del Grupo Wagner ya no operarían allí de forma independiente. En la misma línea, según el diario The Wall Street Journal, altos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia telefonearon al presidente de la República Centroafricana, cuyos guardaespaldas personales incluyen a mercenarios de Wagner, y le ofrecieron garantías de que la crisis del sábado no descarrilaría la expansión de Rusia en África. Los aviones del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia viajaron desde Siria a Malí, otro de los puestos de avanzada clave de Wagner.
El diario indicó que “la avalancha de actividad diplomática reflejó el intento de Vladimir Putin de minimizar el caos en casa y asegurar a los socios de Rusia en África y Medio Oriente que las operaciones de Wagner allí continuarían sin interrupción, según diplomáticos y oficiales de inteligencia, desertores de Wagner, personas informadas sobre las conversaciones y una revisión de datos de vuelos internacionales”.
Rusia, que durante años negó cualquier asociación con Wagner, parece estar tratando de apoderarse de la extensa red mercenaria administrada por Prigozhin y sus lugartenientes.
“Wagner ayudó a Rusia a construir su influencia, y el gobierno se resiste a renunciar a ella”, dijo al Journal J. Peter Pham, ex enviado especial para la región del Sahel de África Occidental. “Wagner le dio al Estado la negación. La pregunta es si pueden manejar su complejidad y lidiar con un escrutinio adicional”.