La paciencia de las autoridades chinas parece estar acabándose. Beijing lanzó ayer su advertencia más dura hasta ahora a los manifestantes de Hong Kong, que desafían desde hace dos meses al régimen comunista.

"Aquellos que juegan con fuego, se quemarán". Así lo afirmó Yang Guang, vocero de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao (HKMAO), el organismo del gobierno chino a cargo de los asuntos de ambas regiones especiales, durante una conferencia de prensa que se celebró por segunda semana consecutiva en Beijing. "Tenemos que prestar atención a los extremistas que arrojaron la bandera nacional china al mar, desafiando la soberanía nacional y el principio de 'un país, dos sistemas'. Esto se ha ido de las manos y hay que llevarlos ante la justicia", señaló Yang al hacer un balance de la crisis hongkonesa.

"Al final serán castigados", insistió Yang en la conferencia de prensa, realizada un día después de una jornada de huelga general y manifestaciones en la excolonia británica. Asimismo, Beijing reiteró su apoyo al Ejecutivo hongkonés liderado por Carrie Lam, al que pidió que tome "medidas" para garantizar la seguridad. "Esperamos que los hongkoneses apoyen a Lam, al gobierno y a la ley", resumió.

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Manifestantes (a la derecha) se enfrentan con hombres empuñando palos, el lunes. Foto: AP[/caption]

Según France Presse, se trata de la advertencia más dura formulada por Beijing desde el comienzo de las protestas a principios de junio contra un proyecto de ley sobre la extradición de habitantes de Hong Kong hacia China, que sus detractores consideran una medida contra los opositores al Ejecutivo proBeijing. El proyecto fue suspendido pero las manifestaciones, cada vez más violentas, continúan.

Si bien el 15 de junio Lam anunció que el proceso había sido "suspendido", el 9 de julio su Ejecutivo, en una declaración ambigua, afirmó que la iniciativa había "muerto de muerte natural". Pero el proyecto de ley, según la revista Foreign Policy, no ha sido retirado formalmente de la legislatura, y esa es una de las cinco demandas que los manifestantes están haciendo ahora. Además de la renuncia de Lam, piden también que el gobierno abandone su caracterización de las protestas como "disturbios", una investigación completa sobre el comportamiento de la policía durante las manifestaciones y la liberación de todos los arrestados durante las protestas sin cargos.

Pero Yang Guang fue categórico sobre la postura de Beijing ante la actual situación de la megalópolis, que atraviesa su mayor crisis política desde que la excolonia británica volvió bajo soberanía china en 1997. "No subestimen la determinación del gobierno central de apoyar y salvaguardar Hong Kong", retó el portavoz, que no quiso responder a la pregunta de un periodista de si China renunciará o no al uso de la fuerza para solventar la crisis.

El gobierno chino, que no tolera protestas en China continental, se negó por el momento a intervenir en Hong Kong, dejando a las fuerzas de seguridad locales el control de la situación. Sin embargo, apunta France Presse, el Ejército chino difundió la semana pasada un video que mostraba a los soldados reprimiendo una manifestación en esa región administrativa especial de China, que goza de más libertades y derechos que el resto del país.

De hecho, ayer trascendió que más de 12.000 agentes antidisturbios chinos han llegado a la vecina localidad de Shenzhen para participar en un simulacro de disolución de protestas con vistas a la celebración del 70° aniversario de la fundación de la República Popular China, según anunció el cuerpo policial en la red social Weibo.

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Jóvenes de un movimiento antigubernamental en una conferencia de prensa ayer, en Hong Kong. Foto: AFP[/caption]

"La idea del Ejército Popular de Liberación de China (EPL) en las calles de Hong Kong parecía impensable hace solo unas semanas. Ahora se está considerando una posibilidad", comentó Ben Westcott, analista de CNN. Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China en Beijing, también coincide en esta percepción. "China ha emitido varias advertencias serias las últimas semanas y cada día lo son más. Lo que parecía altamente improbable no hace mucho, ahora no lo es tanto. Si la crisis se agrava, no podría descartarse del todo un despliegue del Ejército, aunque para China sería la última de las opciones", explica a La Tercera.

A juicio de Ríos, las opciones de Beijing ante la crisis en Hong Kong se reducen básicamente a tres. "La primera es dejar que la protesta se encauce y vaya perdiendo fuerza. La segunda, abrir una vía de diálogo a nivel local con los sectores más accesibles, lo cual no es fácil, porque es muy heterogéneo, pero aislaría a los más radicales. La tercera es acentuar la represión con el objeto de neutralizar unas movilizaciones controladas por los sectores más intransigentes", detalla.

El eventual envío del Ejército, advierte Michael Raksa, de la escuela S. Rajaratnam de estudios internacionales de Singapur, "comprometería seriamente la legitimidad política de Xi Jinping y del Partido Comunista chino, a nivel interior como exterior, con una condena internacional similar a la que provocó la represión en la Plaza Tiananmen, en Beijing, en 1989". Pero para un régimen que no tolera ninguna protesta interior, la agitación hongkonesa "significa una grave pérdida de prestigio", señala el experto a France Presse. Con todo, Gideon Rachman, columnista del Financial Times, apunta que el despliegue del EPL "causaría una pérdida espontánea de confianza, provocando que las empresas internacionales se retiraran del territorio".

A juicio del politólogo hongkonés Dixon Sing, "Beijing ha adoptado una estrategia de intimidación y se mantiene a la espera, al menos hasta septiembre (comienzo del nuevo año administrativo)".