Un testimonio publicado por el diario La Nación da cuenta de un momento crítico en la historia de la relación entre Chile y Argentina. Se trata de una persecución entre helicópteros, y dos casi coaliciones entre naves rivales, en medio del conflicto por las islas en el Canal de Beagle.
Corría septiembre de 1980, y el conflicto del Beagle estaba en pausa: ya hace un año que, a través de la “mediación papal”, Santiago y Buenos Aires se comprometieron a no hacer uso de la fuerza para solucionar la disputa, a través del Acta de Montevideo. Así, se había vuelto a un statu quo militar anterior a 1977, en espera de la resolución definitiva del caso.
“Sin embargo, mientras el cardenal Antonio Samoré negociaba con las partes, las dos Armadas pretendieron mantener el control de la zona en conflicto. Tanto la Argentina como Chile patrullaban cada día las islas Picton, Lennox y Nueva, las más importantes joyas en disputa, además de otros islotes en los canales fueguinos”, señala el diario transandino.
El día clave de estos episodios es el 15 de septiembre de 1980, cuando entre patrullajes y desconfianza, marinos argentinos y chilenos se encontraron frente a frente en zona de conflicto. El testimonio de sus protagonistas, aviadores argentinos, retrata el evento. “Miguel Fajre, joven aviador naval argentino con el grado de teniente de corbeta, pilotea un pequeño helicóptero Alouette SA 316B de combate construido en Francia. Patrulla en solitario los canales fueguinos. Despegó desde la cubierta del Crucero ARA General Belgrano en un vuelo de rutina. Va maravillado por el paisaje austral”, relata el medio argentino.
A pesar de que normalmente ese helicóptero tiene capacidad para varias armas, esta vez vuela desprovisto de armamento, fungiendo como “spotter”, la nave que observa para el Crucero General Belgrano. Junto a él lo acompaña el cabo Rubén Cirillo, que cumple como mecánico de la nave. Ahí, reciben una orden desde el Belgrano: ir a la Isla Gable. Camino al objetivo, observa cuatro lanchas torpederas chilenas rodeando la costa en dirección al Crucero. Informando de esas cuatro lanchas al capitán del Belgrano, este último le da una sola orden: “intercéptelas”.
El diario La Nación apunta: “El Alouette inicia su vuelo táctico de combate y alcanza a las lanchas torpederas chilenas. Primero las sobrevuela a baja altura y luego se sitúa detrás de ellas. Los navíos chilenos mantienen su curso navegando en columna directo al islote Snipe, que se encuentra a doce kilómetros de distancia”.
Las lanchas siguen siguiendo al Belgrano, y Fajre recibe otra alerta: un helicóptero perteneciente a la Aviación Naval chilena, un Bell Jet Ranger, se aproxima al crucero para simular un ataque. Fajre “no duda en romper su vuelo e iniciar la persecución sobre el helicóptero naval chileno”, apunta el medio. Así, se aproxima al vehículo chileno y pasa por delante “con riesgo de colisión”, forzando al chileno a evadir al Alouette. “Esta vez, ensaya una arriesgada maniobra: vuela de frente hacia su contrincante, a la misma altura y con rumbo de colisión. El helicóptero trasandino (chileno) lo imita, los dos pilotos sostienen sus comandos, pero a último momento, ante la inminente tragedia, el chileno rompe su trayectoria”, indica La Nación.
Ahí, Fajre pasa a otro espacio, y arriesgándose hace un giro violento para continuar la persecución, forzando al helicóptero chileno a alejarse. Luego de la maniobra, se comunica con el crucero y le indica que el helicóptero enemigo no portaba armamento y tomaba rumbo a territorio chileno.
Pero esto no es todo, porque un rato después otra llamada desde el Crucero General Belgrano alerta a Fajre de un nuevo helicóptero, otro Bell Jet Ranger chileno, volando rumbo a la nave. “Esta vez Fajre no espera para sorprenderlo y, como hace instantes, se muestra de frente y vuela hacia el Bell Jet Ranger con rumbo de colisión, a su misma altura. Si ninguno de los dos helicópteros rompe su línea de vuelo, chocarán en el aire, se destruirán las dos naves y morirán todos sus tripulantes”, señala La Nación.
El mismo protagonista, el entonces teniente de corbeta Miguel Fajre, contó al diario argentino: “El cabo principal Rubén Cirillo, conmocionado por lo que nos tocaba vivir, observaba la escena atento a mis indicaciones. Me aproximé desde 900 metros de frente al otro helicóptero achicando distancias, 800, 700, 600, 500, 400, 300 metros... y no le iba a aflojar nunca. Cien metros antes de una colisión segura, el Bell Jet Ranger rompió su línea de vuelo y viró hacia la derecha con rumbo sur. Yo realicé un viraje cerrado y comencé a perseguirlo”. En ese entretanto, desde la lancha argentina Indómita observan lo que ocurre en el aire y no dudan de retratar la acción con una foto, en la que se ve al Alouette volando a cuarenta metros de distancia del vehículo chileno, y forzándolo a retirarse.
Para terminar el día, una última acción casi retoma el problema. “A continuación, el Alouette toma rumbo hacia el Crucero Belgrano. Fajre observa a los dos helicópteros Bell Jet Ranger agruparse, uno detrás del otro, manteniendo una distancia de cien metros entre sí, en la lejanía. Las siluetas aumentan y se da cuenta que regresan con rumbo al crucero, todo parece que va a comenzar de nuevo…”, apunta el diario, antes de señalar que, a casi dos kilómetros de distancia, terminan cambiando su rumbo al sur: “Han pasado quince minutos interminables, una eternidad”.
En el diario argentino concluyen así: “Es el final de un episodio que en su momento no tuvo mayor trascendencia pero que bien podría haber desatado la guerra entre la Argentina y Chile”.