Pese a las amenazas y advertencias del gobierno chino, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, aterrizó el martes en Taipei, la capital de Taiwán, y aseguró que la visita “no contradice de forma alguna la política de Estados Unidos”.

“Nuestra visita es una de las muchas realizadas por delegaciones parlamentarias a Taiwán y se enmarca en la política de Estados Unidos y la Ley de Relaciones de Taiwán de 1979 y los comunicados conjuntos sino-estadounidenses”, indicó en un comunicado en el que ha matizado que Estados Unidos “se opone a cualquier esfuerzo que busque modificar el ‘statu quo’”.

“Nuestra visita honra el compromiso inamovible de Estados Unidos con Taiwán y el apoyo a la democracia”, dijo, pese a que China había advertido durante los últimos días que tomaría medidas “contundentes” en caso de que pisara suelo taiwanés.

La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, es recibida por el ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, cuando llega a Taipei. Foto: AP

En este sentido, ha hecho hincapié en que se trata de un viaje que se enmarca en su gira por distintos países del Indo-Pacífico, incluidos Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón, y que se centra en “la seguridad mutua, la cooperación económica y la gobernanza democrática”. Se trata del viaje de más alto rango de una autoridad estadounidense a Taiwán en 25 años.

“Nuestras conversaciones con las autoridades taiwanesas se centrarán en reafirmar nuestro apoyo a un socio y permitirán abordar intereses comunes. La solidaridad de Estados Unidos con 23 millones de personas en Taiwán es más importante hoy que nunca, a medida que el mundo se enfrenta al debate entre autocracia y democracia”, indicó

A continuación, algunos de los protagonistas de la escalada de tensión entre Estados Unidos, China y Taiwán.

Nancy Pelosi

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha criticado duramente a China a lo largo de sus más de tres décadas en el Congreso. Una vez desplegó una pancarta en la Plaza Tiananmen de Beijing en memoria de los muertos en la sangrienta represión de los manifestantes prodemocracia en 1989. También fue una firme partidaria de las protestas de 2019 a favor de la democracia en Hong Kong, convirtiéndola en blanco de críticas de las autoridades chinas.

El viaje de Pelosi a Taiwán pone el broche de oro a décadas como la principal crítica estadounidense del gobierno de Beijing, especialmente en cuestiones sobre derechos humanos, además de destacar cómo el Congreso estadounidense ha adoptado una línea más dura que la Casa Blanca en sus relaciones con China.

Pelosi, segunda en la línea de sucesión tras la vicepresidenta Kamala Harris, se convirtió en la política estadounidense de mayor rango en viajar a Taiwán desde que el entonces presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, lo hizo en 1997, encabezando una delegación de otros seis legisladores.

China considera que las visitas de funcionarios estadounidenses a Taiwán son una señal que alienta a los independentistas de la isla. Washington no tiene lazos diplomáticos oficiales con Taiwán, pero está legalmente obligado a proporcionarle los medios para defenderse.

Kharis Templeman, experta en Taiwán de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford, dijo a Reuters que Pelosi, de 82 años, estaría buscando cimentar su legado, al tiempo que destaca el apoyo a Taiwán frente a la presión de Beijing. “¿Y qué mejor persona para enviar esa señal que la propia presidenta de la Cámara? Así que está en una posición simbólica muy poderosa para adoptar una postura contra el Partido Comunista de China”, dijo.

Xi Jinping

Taiwán es un tema hipersensible para Beijing, especialmente en temas como las ventas de armas de EE.UU. y el aumento de los intercambios oficiales con Washington. Si bien Estados Unidos mantiene lo que llama una “relación sólida y no oficial” con Taiwán, tiene vínculos diplomáticos formales con China y no con la isla.

En una llamada telefónica la semana pasada, el Presidente chino, Xi Jinping, le dijo al mandatario Joe Biden que Estados Unidos debería acatar el principio de “Una sola China” y que “aquellos que juegan con fuego perecerán por ello”. Biden trató de asegurarle a Xi que la política de Estados Unidos sobre Taiwán no había cambiado, pero dijo que Washington se opone a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo o socavar la paz y la estabilidad en el estrecho.

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, señaló que la visita de Pelosi cruzaría la “línea roja” de Beijing, mientras que el Ejército realizó simulacros con fuego real durante el fin de semana frente a la costa de la provincia de Fujian, justo enfrente de Taiwán.

El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habla virtualmente con el líder chino, Xi Jinping, desde la Casa Blanca en Washington, el 15 de noviembre de 2021. Foto: Reuters

Según explica el diario hongkonés South China Morning Post, la visita ocurre en un momento políticamente delicado para Beijing. Esto porque Xi espera iniciar un tercer mandato como líder en el Congreso del Partido Comunista Chino, pero los estrictos controles de Covid-19 han dejado a la economía en apuros, y las relaciones con Occidente están en una espiral descendente debido al apoyo tácito de China a la invasión de Rusia a Ucrania.

Un analista político con sede en China continental familiarizado con el pensamiento de Beijing dijo al diario que la prioridad era evitar cualquier interrupción importante en la relación con Estados Unidos antes del congreso del partido.

“Los lazos entre China y Estados Unidos no pueden deteriorarse más y ese fue el tono establecido por el partido antes de que (se informara sobre el posible viaje de Pelosi a Taiwán)”, comentó el analista, que no quiso ser identificado debido a la delicadeza del asunto. “Beijing tiene serias preocupaciones sobre la escalada de la situación, especialmente en caso de un conflicto accidental”.

George Magnus, economista e investigador asociado del Centro de China de la Universidad de Oxford, señaló al mismo diario que Beijing y Washington estaban en una situación difícil.

La visita de Pelosi a Taiwán “es claramente vista por China como un desafío, y para Estados Unidos es la demonización de un viaje de un político de alto perfil”, dijo. “Ambos parecen sentir la obligación de reaccionar y resistir, respectivamente”.

Magnus apuntó que Xi “querría parecer que tiene el control y es firme en su manejo de lo que se considera una provocación” frente a los desafíos internos y externos cuando buscaba otro mandato en el congreso del partido.

“Aunque creo que es poco probable que su reelección como jefe de Estado y el partido estén seriamente en riesgo, el hecho de que no se le considere capaz de hacer frente a EE.UU. podría socavar su estatus y libertad de maniobra, y podría alentar a sus oponentes ahora o en su nuevo término”, añadió.

Joe Biden

El Presidente Joe Biden y su homólogo de China, Xi Jinping, mantuvieron la semana pasada una larga y sincera discusión sobre Taiwán, en medio de la creciente tensión bilateral y a pesar de la antigua esperanza del mandatario estadounidense de estabilizar la relación de país a país más importante del mundo.

“Sobre Taiwán, el Presidente Biden subrayó que la política de Estados Unidos no ha cambiado y que Estados Unidos se opone firmemente a los esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo o socavar la paz y la estabilidad a lo largo del Estrecho de Taiwán”, indicó un comunicado de Washington.

En mayo de 2022, Biden respondió afirmativamente cuando se le preguntó si Estados Unidos defendería militarmente a Taiwán. Poco después, la Casa Blanca aclaró rápidamente que la posición de Estados Unidos sobre Taiwán no había cambiado y reiteró su compromiso con la política de “Una sola China”. De manera similar, ha contradicho declaraciones anteriores de Biden sobre el apoyo militar a Taiwán.

Según The New York Times, Pelosi ha colocado a Biden en una posición incómoda. Ella y su personal insisten en que la presidenta de la Cámara de Representantes, como líder de una rama separada pero igualitaria del gobierno estadounidense, tiene derecho a ir a donde quiera.

La Presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, habla frente a un avión de combate de producción nacional durante su visita a una Base de la Fuerza Aérea en las islas Penghu, el 22 de septiembre de 2020. Foto: AFP

Por su parte, Biden no quiere que se vea que dicta a dónde puede viajar la líder de la Cámara. Ha señalado que cuestiona la sabiduría del viaje. “Creo que los militares piensan que no es una buena idea en este momento”, dijo el mandatario.

Desde el acuerdo diplomático intencionalmente ambiguo adoptado cuando Washington reconoció a China gobernada por los comunistas en 1979, Estados Unidos mantiene una política de “Una sola China” que reconoce, pero no respalda, la posición china de que Taiwán es parte de su territorio.

Tsai Ing-wen

Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, planea reunirse este miércoles con la Presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, en una polémica visita que ha generado preocupación sobre una posible respuesta militar de China.

Tres personas familiarizadas con la situación dijeron al diario Financial Times que Pelosi se reuniría con Tsai en Taipei como parte de una visita más amplia a Asia, que comenzó en Singapur el domingo.

La presidenta taiwanesa ha tenido cuidado de emitir declaraciones en el tenso momento político. Liu Tsai-wei, portavoz del principal partido de la oposición, el Kuomintang, dijo que su partido da la bienvenida “a todos los invitados internacionales amistosos con Taiwán”, si bien pidió a Tsai Ing-wen que no “explote esa amistad” para provocar a Beijing.

Elegida en 2016, Tsai Ing-wen fue la primera mujer en alcanzar la presidencia de Taiwán. Pertenece Partido Progresista Democrático, que es el más alejado ideológicamente de la idea de pertenencia a China y por tanto de la reunificación, destaca el diario Corriere della Sera.