Nuevos antecedentes han salido a la luz durante las últimas horas sobre el asesinato de Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, controladora de las isapres Banmédica y Vida Tres en Nueva York, el miércoles 4 de diciembre.
El puzzle del crimen de Thompson comenzó a armarse de forma más rauda tras la detención de Luigi Mangione, joven de 26 años, sindicado como el principal sospechoso del homicidio.
Las huellas de Mangione fueron seguidas por casi una semana por la policía estadounidense, hasta que un empleado de un McDonald’s en Pensilvania lo identificó, luego de haber visto la fotografía del sospechoso que había sido difundida en medios de comunicación.
Al ser capturado, la policía le decomisó una “pistola fantasma”, un silenciador, identificaciones falsas, un “manifiesto” con las razones de su ataque y un cuaderno donde detallaba los planes para efectuar el tiroteo.
El joven, miembro de una familia acomodada, habría buscado, al cometer el homicidio, evitar poner en riesgo la vida de otras personas, según habría dejado plasmado en el cuaderno que ahora está en manos de la policía estadounidense y al que tuvieron acceso varios medios estadounidenses.
Mangione, de acuerdo a fuentes de la investigación citadas por CNN, consideró usar una bomba contra Thompson, pero lo descartó porque “podría matar inocentes”.
Una opción que tras conocerse su manifiesto parecía posible de tomar por el joven de 26 años, al mostrar su admiración por Theodore Kaczynski , conocido como el Unabomber, matemático que fabricó artefactos explosivos que envió a distintos académicos de universidades, investigadores y ejecutivos de aerolíneas en Estados Unidos, perpetrando un total de 16 ataques con cartas bomba que mataron a tres personas e hirieron y mutilaron a otras 23 entre las décadas de los 70 y 90.
Por su parte, The New York Times, citando a funcionarios que participaron en la detención, afirman que en el cuaderno describía cómo ir a la conferencia y matar al alto ejecutivo: “¿Qué haces? Golpeas al director general en la convención anual de contables parásitos. Es un acto selectivo, preciso y no pone en peligro a inocentes”.
Motivaciones
De acuerdo al manifiesto de tres hojas en que Mangione devela sus motivos para perpetrar el crimen, el hombre, de 26 años, declara su “animadversión por la América empresarial”. Afirma además que era injusto que Estados Unidos tuviera el sistema de salud más caro del mundo y que ello sirviera para el lucro de unas cuantas compañías, pero no para aumentar “nuestra esperanza de vida”.
“Ha crecido y crecido, pero ¿y nuestra expectativa de vida? No, la realidad es que estos (indescifrables) simplemente se han vuelto demasiado poderosos y continúan abusando de nuestro país para obtener enormes ganancias porque el público estadounidense les ha permitido salirse con la suya”, dice Mangione en el manifiesto.
En cuanto a los avances en la investigación policial, CNN cita dos fuentes que aseguran que las huellas dactilares encontradas en el lugar de los hechos coinciden con las que le han sido tomadas al propio sospechoso, pero a pesar de eso sus abogados aseguran que se va a declarar no culpable, al menos de los delitos por los que se le persigue en Pensilvania, relativos a documentación falsa y a posesión ilegal de arma.
El informe policial realizado tras su detención cree que “probablemente se ve a sí mismo como una especie de héroe que finalmente decidió actuar ante las injusticias” y expresó su preocupación de que otros pudieran verlo como un “mártir y un ejemplo a seguir”. Mangione dejó de comunicarse con sus amigos y familiares hace unos seis meses. Su madre presentó una denuncia por desaparición el mes pasado.
Su defensa legal también ha adelantado que van a negarse a la “extradición” desde el estado de Pensilvania, donde ha sido detenido, al de Nueva York, donde se le podría juzgar por el asesinato en un proceso que duraría varias semanas, según The New York Times.