En los casi dos años que lleva al mando de Ecuador, Lenín Moreno ha logrado "descorreizar" la política de su país, en un giro inesperado frente a la figura de Rafael Correa. En su momento, cuando el ahora expresidente (2007-2017) dirigía la "Revolución Ciudadana", Moreno ejerció como vicepresidente y ambos fueron cercanos. Sin embargo, una vez que el actual jefe de Estado asumió en el Palacio de Carondelet en 2017, tomó distancia de su antecesor. Hoy, son enemigos acérrimos. Pero no sólo eso: Moreno sacó a Ecuador del eje chavista y desde entonces ha adoptado su propio modelo.

Precisamente otras de las mayores sorpresas de la gestión de Lenín Moreno (Nuevo Rocafuerte, 1953) ocurrió la semana pasada, cuando anunció que Ecuador dejará Unasur porque a su juicio se transformó en una "plataforma política" de los gobiernos de izquierda. Incluso anunció que la estatua de Néstor Kirchner situada en el frontis de la sede del organismo en Quito será retirada. Así, el mandatario ecuatoriano ha roto hasta en lo simbólico con Correa.

Hoy, el Ecuador de Lenín Moreno abandonó el "Socialismo del Siglo XXI" y ha respaldado al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, algo impensado en la era correísta. En esta entrevista con La Tercera, vía cuestionario con motivo de su viaje a Chile por la reunión de Prosur, Moreno sostiene que uno de los grandes desafíos de A. Latina es el combate a la corrupción y deja clara su bandera: "Mi gobierno se debe al pueblo".

¿Cuál es la evaluación que usted hace de Prosur? ¿Unasur ya cumplió su ciclo?

Unasur nos vendió un falso sueño de integración y no tiene un camino de retorno. Su desaparición es irreversible pese a los esfuerzos que Ecuador hizo para solventar la situación. Las actividades de la organización se hallan congeladas desde tiempo atrás. Por más de dos años no se pudo elegir un secretario general y, en abril de 2018, seis países decidieron no participar más en sus actividades ni financiar el presupuesto. Ecuador es un firme convencido de los beneficios de la integración, la promueve y la defiende. La Unasur ha llegado a un callejón sin salida; de ello, debemos aprender y denunciar lo ocurrido: la manipulación de la idea de integración en función de intereses ideológicos y partidistas. Hay que construir nuevos caminos para materializar una integración en beneficio de los Estados y de sus pueblos.

El 10 de enero Nicolás Maduro asumió su segundo período, tras unas elecciones que no contaron con observadores. ¿Podría decir que Maduro se ha transformado en un Presidente al mando de una dictadura o usted lo ve de otro modo?

Las elecciones de mayo de 2017 no cumplieron con los estándares mínimos para que el evento electoral pueda considerarse libre y transparente. Por ello, Ecuador llamó en la OEA, en junio de 2018, para que se organice un referendo para ratificar los resultados. Recordemos que durante las elecciones destacados actores políticos estaban -y continúan- en prisión, que no hubo condiciones de igualdad en la participación política ni adecuada observación electoral.

¿Cómo podría resolverse la crisis venezolana? ¿Qué más podría hacer el Grupo de Lima?

Tanto el Grupo de Lima, del que Ecuador no forma parte, como otros actores e iniciativas internacionales buscan facilitar la solución de la crisis en Venezuela desde distintas perspectivas. El Ecuador integra el Grupo Internacional de Contacto donde, conjuntamente con la Unión Europea y otros Estados de la región quisiéramos facilitar caminos para el entendimiento, en un marco de justicia y democracia, entre los venezolanos, y para el envío de ayuda humanitaria a favor de los más necesitados. La resolución de la crisis en Venezuela deberá ser fruto de la acción conjunta de todos los venezolanos, sin exclusiones, a través de mecanismos pacíficos y democráticos.

¿Qué llevó a su gobierno a exigir una serie de requisitos como el certificado de antecedentes apostillado a los migrantes venezolanos?

Ecuador no solo es un país de tránsito de migrantes venezolanos, sino que es un país que les brinda acogida. En 2018, alrededor de un millón de migrantes ingresaron a nuestro país por la frontera norte. La mayor parte de ellos continuaron viaje al sur del continente. A la fecha, unos 250.000 ciudadanos venezolanos permanecen en nuestro país, integrados a la sociedad ecuatoriana. Debo recordar que el Ecuador ha otorgado, a la fecha, visados a 105 mil venezolanos. Respecto a los requisitos exigidos, estos sirven para proteger los derechos de los mismos migrantes.

Cuando usted accedió a la Presidencia en 2017, se lo percibió como el "delfín político" de Rafael Correa. Sin embargo, pronto tomó distancia de él y ahora es su principal enemigo político ¿A qué se debió ese distanciamiento?

El distanciamiento se produjo al enterarnos de la realidad del país; el gobierno anterior engañó a todos, principalmente al señalar que nos dejaban la "mesa servida" en el campo económico. Cuando llegamos no había dinero en las arcas del Estado, salvo ingentes deudas, obras sin terminar y evidencias de corrupción. Por ello, para sacar adelante el país era necesario tener otro tipo de políticas que recuperen la economía, la institucionalidad, la independencia de funciones y la convivencia pacífica entre ecuatorianos. Es por eso que propusimos una consulta popular, en febrero de 2018, en la cual el pueblo ecuatoriano nos dio la razón en las urnas y permitió eliminar reformas que atentaban contra la democracia, como la reelección indefinida. Mi gobierno se debe al mandante, que es el pueblo.

Usted ha emprendido una lucha frontal contra la corrupción. ¿Cuáles son los logros concretos que ha tenido su política anticorrupción?

Ofrecimos una cirugía mayor contra la corrupción y hemos trabajado en ello desde el primer día. Para acabar con la impunidad fue necesario un proceso de reinstitucionalización del Estado pues todos los poderes estaban manejados por el anterior régimen; para ello, convocamos a una consulta popular en febrero de 2018, que surgió de nuestra política de diálogo con todos los sectores, y se aprobó la muerte civil de los corruptos. Hubo corrupción en la década anterior. Hemos entregado a la justicia más de 500 denuncias de posibles actos de corrupción.

¿Podría decir que se trata del principal desafío que enfrenta América Latina en estos momentos?

Los corruptos roban a los más pobres, a quienes más necesitan de servicios y obra pública. Ese dinero arrebatado por la corrupción pudo destinarse a brindar mayor atención en salud, educación, vivienda, vialidad. La casi totalidad de latinoamericanos somos honestos.