"¿Dónde está la OEA? ¿Dónde está la OEA"?, vociferaban el lunes algunos bolivianos que respaldaban la candidatura del expresidente Carlos Mesa (2003-2005) en las afueras del Hotel Presidente, en pleno centro paceño y donde estaba instalado uno de los centros de cómputos del Tribunal Supremo Electoral, al mando de dar los resultados departamentales. Durante las últimas horas, un ambiente tenso ha invadido Bolivia en medio de acusaciones de supuesto fraude electoral que surgieron la noche del domingo después de que el escrutinio de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) llegara al 83%, para luego detenerse, reavivando el temor de una "intervención", rumor que había rondado en las semanas previas a las elecciones. Según esos resultados, Evo Morales lograba un 43,9% y su rival Carlos Mesa un 39,4%, lo que llevaría a una segunda vuelta el 15 de diciembre.
Fue la misma OEA la que alertó de la detención de los cómputos que debían actualizarse cada tres segundos. Tras dicha "alarma", Mesa -exvocero de la demanda marítima-, convocó una conferencia de prensa en la que declaró que "el gobierno está intentando a través del TSE eliminar el camino a la segunda vuelta establecido el domingo a través del conteo rápido realizado por ViaCiencia y Jubile. Estoy llamando a la movilización de Comunidad Ciudadana (CC), comités cívicos, partidos políticos, para que estemos en todos los TED (Tribunales Electorales Departamentales) y el TSE para exigir que no se repita el 21F (21 de febrero de 2016, día del referendo en el que el 53% rechazó la tercera reelección de Evo)".
Incidentes
Y así fue. Durante la jornada del lunes el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) hizo un llamado a "desobediencia civil" mediante un cabildo nacional y vigilias en los TED y sedes del TSE del país para evitar un fraude, lo que generó algunas movilizaciones en varios puntos del país. A esto se sumaron las declaraciones de Brasil, Argentina y Estados Unidos que solicitaron reiniciar los recuentos electorales para generar las "garantías" de transparencia.
Durante la noche, las suspicacias aumentaron luego de que la TREP restableciera la actualización del conteo: Con el 95,43% de las actas verificadas, Morales lograba el 46,41% contra el 37,06% de Mesa, diferencia de 9,35 puntos que acercaba a Morales a los 10 puntos establecidos para no llegar al balotaje.
Tras la entrega del nuevo conteo, aumentaron los enfrentamientos entre adherentes de Morales y Mesa, mientras la prensa paceña anticipaba que el actual mandatario alcanzaría la diferencia para mantenerse en el poder.
El ex hotel Radisson en la Plaza Bolivia, donde el TSE realiza el conteo, fue lugar de ataques con piedras de los manifestantes que acusaban fraude electoral ante la arremetida de Evo Morales en las urnas.
En distintas zonas del país, en tanto, se llevan a cabo vigilias convocadas por plataformas ciudadanas para la "defensa del voto". Algunos centros de TED, como en Pando, habían sido tomados por los manifestantes en descontento al resultado parcial.
Se espera que el resultado final podría estar entre lunes y martes, aunque también podría tardar hasta siete días.
La incertidumbre la instaló la noche del domingo el propio Evo Morales en el Palacio Quemado, donde se declaró ganador ante varios adherentes que llegaron con banderas del MAS para respaldar el resultado. "Un nuevo triunfo más, ganamos una vez más, cuatro elecciones consecutivas ganamos en Bolivia, histórico, inédito. Entendemos las informaciones preliminares, pero tengo mucha confianza en el campo, vamos a esperar hasta el último escrutinio del voto nacional para continuar nuestro proceso de cambio", dijo el mandatario, que no quiso responder preguntas.