El miedo se extiende en Beirut tras el segundo bombardeo en el corazón de la capital. Este jueves, un misil israelí golpeó con fuerza un centro médico vinculado a Hezbolá, matando al menos nueve personas. Residentes de la capital libanesa escucharon misiles y una explosión en el distrito de Bachoura, y distintos videos en redes sociales muestran el suelo de un edificio quemándose.
“Este bombardeo ha caído a solo un kilómetro del Parlamento de Líbano y la sociedad civil libanesa percibe que no hay lugar seguro. Hasta ahora, la población desplazada se dirigía hacia barrios donde la presencia de Hezbolá no fuera predominante. Ahora, sienten que cualquier barrio puede ser bombardeado”, destacó Radio Francia Internacional en Líbano.
Desde las áreas residenciales cercanas, multitudes han comenzado a huir, sea por cielo, mar o tierra. Algunos tratan de ir en barco hasta Chipre, si es que tienen pasaporte y acceso al espacio Schengen. Otros –la mayoría– van en autos hasta Siria, otro país en guerra que, de momento, se ve más seguro que Líbano.
“Desde hace varios días, el barrio se convirtió en una ciudad fantasma”, relató Mohamad Sheaito, uno de los pocos habitantes que decidió quedarse en esa zona de Beirut.
En la capital, el ataque que cayó sobre un centro médico fue justificado por tener que ver con la Organización Islámica de Salud, una institución con lazos con Hezbolá. Se trata del segundo ataque aéreo contra Beirut, luego de que los alrededores de la metrópolis fueran golpeados en varias ocasiones.
Desde las Fuerzas de Defensa de Israel aseguraron que están atacando Beirut, y durante la noche lanzaron “advertencias de evacuación” en distintas ocasiones, forzando a los habitantes de la ciudad a salir de sus casas. En Dahiyeh, el suburbio donde murió el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, se escucharon fuertes explosiones y tres misiles cayeron, según indicaron oficiales de seguridad libaneses.
Según el Ministerio de Salud libanés, al menos nueve personas murieron en aquellos ataques, agregando a las 46 que ya habían fallecido en la ciudad en las últimas 24 horas. Un grupo de defensa civil relacionado con Hezbolá aseguró, indica The Guardian, que siete personas en su personal, incluyendo dos médicos, habían muerto en el ataque.
En las últimas dos semanas han muerto ya 14 paramédicos bajo los bombardeos. El lunes, seis paramédicos fueron asesinados en el oeste de Becá, perteneciendo todos a las Organización Islámica de Salud.
La gran parte de estos paramédicos, asesinados por los bombardeos israelíes, están afiliados a los Servicios de Salud Islámicos, sea con Hezbolá como con otros partidos. Distintos grupos de derechos humanos internacionales han destacado que el asesinato de cualquier profesional de la salud está fuera de la ley internacional, más allá de la afiliación política de estos, a menos que estos estén “facilitando” o tomando parte en el combate.
Ya han pasado dos días desde que Irán lanzó 180 misiles contra Israel, y aún se espera un ataque de represalia de parte de este último país. El presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró que no apoyaría un ataque israelí en los sitios nucleares de Irán, en un esfuerzo de Washington por prevenir una escalada en el conflicto.
Desde el diario El País, reporteros en la zona han asegurado que el Ejército israelí lleva varias noches seguidas dando órdenes de evacuación a altas horas de la madrugada. Esto, en los distritos residenciales de los suburbios beirutíes, “haciendo que familias con niños pequeños y gente mayor con movilidad reducida salgan a la calle con lo puesto sin saber si su vivienda sobrevivirá una noche de bombardeos”.
A pesar de la superioridad de Israel en los ataques aéreos, esto no se ha trasladado forzosamente en la tierra, donde el primer día de combates entre los soldados de Israel y Hezbolá llevó a la muerte de ocho miembros de las FDI.
Hasta el momento, 2,3 millones de personas han sido expulsadas de sus casas, y el Ejército israelí ha advertido a más de 20 localidades en el sur de Líbano para que evacúen sus hogares. Según los soldados, estos pueblos son “zonas de guerra”, asegura un comunicado.
Un portavoz militar israelí indicó en X, dirigiéndose a los libaneses de las zonas del sur: “Evacúen sus hogares inmediatamente. Cuidado, está prohibido dirigirse hacia el sur. Cualquier camino hacia el sur supone exponerse a peligros. Cualquiera que esté cerca de miembros, instalaciones y medios de combate de Hezbolá está poniendo su vida en peligro. Está previsto que cualquier casa utilizada por Hezbolá para sus actividades militares sea considerado un objetivo”.