El Ministerio de Asuntos Exteriores libanés anunció que presentará una denuncia “urgente” ante el Consejo de Seguridad de la ONU por el “ataque” del sábado contra un equipo de observadores internacionales que atribuye a Israel y que considera que viola el “derecho internacional y humanitario”.
Tras la explosión resultaron heridos una chilena mayor del Ejército, un noruego, un australiano y su traductor libanés.
Beirut criticó que “los ataques contra las fuerzas de paz de la ONU, que se suceden después de los ataques contra periodistas, rescatistas, niños, mujeres y civiles”, según recoge el diario libanés ‘L’Orient Le Jour’.
El ministro de Exteriores libanés, Abdalá Bu Habib, habló con el comandante en jefe de la FINUL, el general español Aroldo Lázaro, y ha emplazado a los países preocupados por garantizar la paz y la seguridad a “garantizar la seguridad de los empleados de la ONU, proteger a los civiles e intervenir rápidamente para poner fin a las violaciones israelíes aplicando plenamente la Resolución 1701 de la ONU” que puso fin a la guerra de 2006 entre Hezbolá e Israel.
También el primer ministro libanés en funciones, Nayib Mikati, condenó este “ataque” y ha tratado lo ocurrido con el general Lázaro, para trasladarle su “solidaridad” y “condenar en nombre del Gobierno libanés este grave incidente”.
Mikati fue informado por el general Lázaro del comienzo de la investigación de la FINUL para esclarecer lo ocurrido, según la nota del Gobierno libanés recogida por la NNA.
Este domingo el Ministerio de Defensa de Australia confirmó que el cuarto herido en el ataque era un miembro de las Fuerzas Armadas australianas que resultó lesionado cuando “realizaba una patrulla rutinaria para supervisar la actividad cerca de la frontera israelí-libanesa”, informa la televisión australiana ABC.
“Defensa está tomando las medidas apropiadas para garantizar la seguridad y bienestar de esta persona”, ha añadido el Ministerio de Defensa Australiano.
Una portavoz de las Fuerzas Armadas noruegas, Hanne Olafsen, confirmó el sábado que un ciudadano noruego resultó herido leve y que se encuentra hospitalizado en Tiro, según recoge el diario ‘Aftenposten’.
Desde Chile, el Ministerio de Defensa informaba de que la mayor del Ejército Antonieta Durán Arriagada viajaba en el convoy atacado y “resultó con lesiones que la mantienen internada, fuera de riesgo vital, en el Hospital Saint George de Beirut”. Durán está acompañada por el embajador de Chile en el Líbano, Carlos Morán.
Escalada de violencia en la frontera
El equipo fue atacado en la localidad libanesa de Rmeish, en el sur del país, cuando patrullaba a pie a lo largo de la Línea Azul de separación con Israel cuando “ocurrió una explosión cerca de su posición”, según informó la Fuerza Interina de las Naciones Unidas para el Líbano (FINUL).
Los tres observadores militares forman parte del Organismo de Naciones Unidas para la Vigilancia de la Tregua (UNTSO), matriz de la FINUL, y colaboran con los ‘cascos azules’ en sus tareas para aplicar el mandato estipulado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
La FINUL informó de que ahora mismo “está investigando el origen de la explosión” sin dar más detalles por ahora de un incidente que, según la agencia oficial de noticias libanesa NNA, podría deberse a un ataque de un dron israelí. Sin embargo, las Fuerzas de Defensa de Israel han rechazado toda implicación en lo ocurrido.
Sea como fuere, la FINUL exige “garantías para la seguridad del personal de las Naciones Unidas” y recuerda que “todos los actores tienen la responsabilidad, según el derecho internacional humanitario, de garantizar la protección de los no combatientes, incluidos el personal de mantenimiento de la paz, los periodistas, el personal médico y los civiles”, de acuerdo con el comunicado.
La FINUL avisó hace solo dos días de una “escalada de violencia” a lo largo de la llamada Línea Azul, la demarcación entre Líbano e Israel establecida por la ONU hace ya casi un cuarto de siglo, y escenario ahora de constantes cruces de artillería entre Israel y las milicias del partido chií libanés Hezbolá prácticamente desde el estallido de la guerra de Gaza.
“Esta escalada ha causado un elevado número de muertes entre los civiles y destruido hogares y modos de vida”, apuntaba la FINUL este pasado jueves antes de instar a todas las partes a que “depongan las armas y comiencen el proceso hacia una solución política y diplomática sostenible”.