El gobierno argentino de Javier Milei sigue con atención las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre en Estados Unidos y mira con altas expectativas un eventual triunfo del republicano Donald Trump, lo que sacaría a Milei de su actual aislamiento internacional, para convertirlo en el “hombre fuerte” del magnate estadounidense en la región.
No parece casual, entonces, que el cerebro político del gobierno transandino, el asesor Santiago Caputo, haya posteado este lunes una reunión con su equipo de manejo de redes, en la que aparece la clásica gorra de beisbol roja de Trump en el centro de la mesa, según reporta el medio argentino ‘La Política Online’.
“La información que nos llega de Estados Unidos es que Trump está consolidando su ventaja ante Kamala (Harris). No podemos dar opiniones públicas pero ojalá que gane Donald”, dijo al medio citado un funcionario desde un despacho muy importante de la Casa Rosada. Los libertarios están convencidos de que Milei será el “alter ego” de Trump en esta parte del continente.
Si bien Milei aclaró que tendrá buena relación con quien sea que gane, la posibilidad de un retorno de Trump podría cambiar la ecuación en el rol del libertario en la región. Hoy, la administración demócrata de Joe Biden tienen a Lula como interlocutor y defienden una agenda global que Milei acaba de rechazar en las Naciones Unidas.
Como sea, la posibilidad que Milei sea el hombre fuerte de Trump en la región lo pone en una situación de privilegio y genera las condiciones para la disputa de un liderazgo que hoy ostenta Lula y que el argentino no muestra estar interesado en ocupar, al menos por ahora.
“¿Quién dijo que Trump no va a querer llevarse bien con Lula? Este Lula alejado de Maduro y denunciado por Daniel Ortega puede caer muy bien en una futura administración Republicana”, afirmó a La Política Online un embajador que conoce la dinámica política de Estados Unidos.
“No lo veo muy interesado en América Latina. Su prioridad será México y la cuestión migratoria. A Milei lo va a exhibir como un trofeo, como hizo con Bolsonaro pero nada más”, apuntó otra fuente diplomática con experiencia en el tema.
El último antecedente de Trump respecto de Sudamérica fue en medio de la crisis venezolana en donde respaldó al Grupo de Lima para presionar la salida del mandatario Nicolás Maduro y darle apoyo al líder opositor Juan Guaidó. Hoy el escenario es diferente, la región está más fraccionada en lo político y Venezuela no aparece como un tema central en Washington.