La líder de Hong Kong, Carrie Lam, no descartó el martes pedir ayuda a Beijing, mientras el centro financiero asiático lidia con meses de protestas antigubernamentales a menudo violentas que están dañando su economía.
Lam dijo que China quiere que Hong Kong resuelva sus propios problemas, pero señaló que bajo su Constitución, conocida como Ley Básica, podría pedir ayuda del Ejecutivo.
"Si la situación se vuelve tan grave, entonces no se pueden descartar opciones", dijo Lam en una rueda de prensa tras el fin de semana de violencia que paralizó la ciudad.
"Pero en este momento, yo y mi equipo estamos muy comprometidos en asegurarnos de que podemos usar nuestros propios instrumentos (...) para tratar de restaurar el orden en Hong Kong", agregó, al tiempo que sostuvo que no hay planes de expandir las leyes de emergencia introducidas el viernes.
Las protestas, que no muestran signos de disminuir, representan el mayor desafío popular para el presidente chino Xi Jinping desde que llegó al poder en 2012 y es la crisis política más espinosa de Hong Kong desde que Reino Unido devolvió el territorio a China en 1997.
Lam dijo que las protestas están dañando severamente la economía. "Los diversos sectores de Hong Kong entrarán en una severa temporada de invierno", sostuvo.
Decenas de miles de manifestantes salieron a las calles de Hong Kong el fin de semana con máscaras, a pesar de que Lam había prohibido su uso bajo las leyes de emergencia de la era colonial invocadas el viernes. Los manifestantes han estado usando máscaras para proteger su identidad y sus rostros de los gases lacrimógenos de la policía.
Lo que comenzó como una oposición a un proyecto de ley de extradición ahora retirado se ha convertido en un movimiento prodemocrático contra lo que se ve como el fuerte control de Pekín sobre la ciudad.
China desestima tales acusaciones y dice que gobiernos extranjeros como Reino Unido y Estados Unidos han avivado el sentimiento en su contra.