La última apuesta de la primera ministra británica, Theresa May, para dar con una solución satisfactoria al Brexit se vio frustrada el miércoles, luego de que su último ofrecimiento no obtuviera el visto bueno de los parlamentarios de la oposición ni de muchos de los miembros de su propio partido.  

Casi tres años después de que el 52% de los votantes de Reino Unido se mostró a favor de abandonar la Unión Europea, May intenta por última vez que su acuerdo de divorcio sea aprobado por el Parlamento británico antes de que finalice su mandato, que ha estado marcado por el Brexit.

El martes, May hizo un llamado a los parlamentarios para que apoyen su propuesta, que ofrecía como incentivos la posibilidad de un segundo referéndum sobre el acuerdo y convenios comerciales más estrechos con la UE.

Parlamentarios conservadores y los laboristas coincidieron en sus críticas al proyecto de ley del Acuerdo de Retiro de May (WAB), que establece los términos de la salida de Reino Unido de la UE. Algunos reiteraron sus llamados a expulsarla del cargo.

"Se nos pide que votemos por una unión aduanera y un segundo referéndum", dijo Boris Johnson, el favorito en las apuestas sobre quién será el próximo primer ministro de Reino Unido.

"El proyecto de ley se opone frontalmente a nuestro programa, no votaré a favor. Podemos y debemos hacerlo mejor, cumplir con lo que votó la gente", agregó.

El punto muerto en Londres supone que no está claro cómo ni cuándo abandonará Reino Unido el club europeo al que se unió en 1973, ni incluso si finalmente llegará a hacerlo. La actual fecha límite para su salida es el 31 de octubre.

El intrincado rompecabezas del Brexit ha dejado atónitos a aliados y a enemigos por igual. Estancada en el proceso, la quinta economía más grande del mundo se enfrenta a posibilidades que incluyen una salida pactada que facilite la transición, un divorcio drástico, elecciones generales o un segundo referéndum.

La libra se debilitaba un 0,2% hasta su nivel más bajo de los últimos 4 meses, a 1,1364 euros.

El banco estadounidense JPMorgan elevó su previsión de un Brexit sin acuerdo del 15% al 25%, apostando por la sucesión de May por Johnson en el cargo, seguida por unas elecciones generales.

"Admitir la derrota"

El líder del laborista Jeremy Corbyn dijo que su partido no podía votar a favor del proyecto de ley, y añadió que la nueva propuesta de May era "en buena medida una reiteración de la posición del Gobierno" en las conversaciones con la oposición que acabaron infructuosamente la semana pasada.

"Es demasiado débil. No ofrece nada verdaderamente nuevo ni atrevido", dijo Kier Starer, portavoz para el Brexit de los laboristas.

"Está claro que se dirige hacia un fracaso estrepitoso, francamente creo que la primera ministra haría bien en admitir la derrota, debería anunciar hoy mismo que no va a proponer la votación porque está claro que va en la dirección equivocada".

May escribió a Corbyn pidiéndole que se comprometiera para que el Brexit pueda llegar a materializarse.

"Hoy he demostrado que estoy resuelta a que el pueblo británico tenga un Brexit", escribió May. "El Acuerdo de Retiro es nuestra última oportunidad de hacerlo realidad", dijo May.

El Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte (DUP), que apoya al Gobierno en minoría de May, dijo que los "defectos inaceptables" de su acuerdo original persisten. Los unionistas temen que el acuerdo de divorcio pueda dar pie a que Irlanda del Norte se segregue de Reino Unido.

Tal es la discordia que algunos parlamentarios del Partido Conservador han puesto en marcha un nuevo intento por echar a May incluso antes de que tenga tiempo de someter a votación su plan para el Brexit, dijo la editora de política de la BBC, Laura Kuenssberg.