Nunca había esperado que un profesor de geografía en secundaria llegara tan lejos en política, cuando aceptó el cargo de gobernador de Minnesota. Esta vez, Tim Walz salió de la “escala estatal”, y se volvió el nombre más buscado del día cuando la actual candidata presidencial por el Partido Demócrata, Kamala Harris, lo escogiera a él como su compañero de fórmula para las elecciones de noviembre en EE.UU.
A sus 60 años, Walz lleva una consistente carrera en política, pasando años como representante y otros más como gobernador en “El Estado de la Estrella del Norte”, y gracias a sus logros a nivel estatal, es considerado como una de las cartas más progresistas dentro de su partido. Fue este martes que se confirmó que él sería el candidato a vicepresidente por el Partido Demócrata, y tendrá al frente al republicano Donald Trump y su compañero de fórmula J.D. Vance. En su opinión, “un par de tipos raros”.
Infancia rural
A pesar de hacer su carrera en Minnesota, Walz nació en 1964, en West Point, Nebraska, un pequeño pueblo de 3.500 personas.
A los 17 años se enlistó como voluntario en la Guardia Nacional, una institución a la que generalmente se llama para las emergencias a nivel estatal. Tras prestar servicio durante 24 años, Walz se retiró después de alcanzar el rango de Sargento Mayor de Comando.
De alumno a profesor
Después de sacar un título de Ciencias Sociales, Walz entró a enseñar geografía en una escuela secundaria de Minnesota. Además de las clases, empezó a entrenar al equipo de fútbol americano del recinto: como en una película, pasaron de lo más bajo de la tabla a salir campeones estatales en dos años.
Frente a críticos que dicen que se ve mucho más viejo de lo que debería representar su edad, Walz les respondió un día en X: “He supervisado un comedor escolar durante 20 años. Créanme, es un trabajo que no se deja sin que se te caiga un pelo”.
Un perfil más progresista
Comparado con las otras figuras demócratas que estaban en las apuestas para compañero de fórmula de Harris, Tim Walz es reconocido como uno de los más progresistas. El martes, cuando se hizo oficial su nombramiento como candidato, un grupo de jóvenes pro Harris, NextGen Pac, destacó al respecto: “Ha hecho pasar leyes muy importantes, para proteger nuestros derechos, pelear por la justicia climática y construir una economía más fuerte para la gente común. Además, fortaleció los derechos de aborto, estableció licencias remuneradas por enfermedad y familiares y promulgó 40 iniciativas climáticas”.
En distintas ocasiones, Walz ha hablado abiertamente sobre los derechos reproductivos. Promulgó un amplio proyecto de ley sobre el derecho al aborto que convirtió a Minnesota en el primer estado en codificar el derecho al aborto, después de que Roe vs. Wade fuera revocado. También ha hablado a favor de tratamientos de fertilidad como la fecundación in vitro. Él y su esposa se sometieron a siete años de tratamientos de fertilidad antes de tener a su hija en 2001, a quien llamaron Hope (Esperanza).
Cariño y odio por las armas
En tanto veterano y cazador, Walz no tiene problemas en decir que tiene armas y las usa recreativamente. Ahora bien, cuando se trata de su legislación, el político ha sido atacado y alabado por partes iguales. En un principio, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) le otorgó una “A”, la mejor nota para ponerlo en una lista de los 20 mejores políticos para aquellos que poseen armas.
A pesar de eso, poco tiempo después fue Walz quien denunció a la NRA por su lobby en contra de las leyes de control de armas. Asimismo, apoyó leyes para controlar las armas, además de la ley contra las armas de asalto.
Así, dos años después, la misma NRA lo dio una “F” en su “rating”. Al respecto, Walz tuiteó: “Sí, es cierto. Soy un veterano, un cazador y poseo armas. Pero también soy un padre, y durante muchos años, fui un profesor. La NRA me puso una nota A, y ahora tengo una F. Y duermo igual de bien”.
El origen de la palabra “weird”
En los tiempos en que Joe Biden era el candidato demócrata, la idea fuerza de su partido para derrotar a Trump era acusar que “es una amenaza para la democracia”. El tono de la campaña, hasta entonces, había sido serio, grave y terrorífico.
Curiosamente, fue Walz el que, accidentalmente, pasó al ataque: en una entrevista, hace unas semanas, se refirió a Donald Trump y J.D. Vance como “esas personas realmente raras” (really weird people). En Politico detalló: “Cuando competimos con el republicano genérico, las carreras son siempre muy peleadas, pero ya no hay ‘republicanos genéricos. Estos sujetos son raros, y una vez empiezan a competir, su rareza se revela, sobre todo si miramos al nominado (Trump)”.
La palabra “weird”, de ahí en adelante, se volvió moneda corriente entre los demócratas. En otra entrevista, refiriéndose a Trump y sus discursos, Walz señaló: “Solo hay que escucharlo. Se pone a hablar de Hannibal Lecter, y que hay que electrocutar tiburones, y cualquier cosa loca que salte por su mente. Y creo que hasta ahora le estábamos dando demasiado crédito”.
Este cambio de tono, de uno que miraba a los republicanos con miedo, en los tiempos de Biden, con el que ahora los ve con extrañeza, terminó por imprimirse en toda la campaña de Harris, y hasta se aprecia en sus comunicados de prensa, que llevan por título “J.D. Vance es un raro (y quiere prohibir el aborto a nivel nacional)”.