Avenida Matta Nº 1845, 0.31 horas del miércoles: “Doscientos sujetos desconocidos ingresan a saquear distribuidora de carne Susaron, lo hacen de infantería y vehículos. Al llegar personal policial son recibidos con disparos de arma de fuego; vehículo policial presenta impactos balísticos”. Catorce minutos después, 0.45, en Av. Lo Blanco con Padre Hurtado: “Se ingresa a estación de Metro en construcción y se constata que efectuaron daños, robaron extintores y quemaron un cargador”.

Estos son dos de los cerca de 100 mensajes policiales que circularon este miércoles entre los oficiales de Carabineros, que daban cuenta de una de las noches más violentas de la pandemia. La policía uniformada contabilizó 60 hechos delictuales asociados a protestas y desórdenes públicos, de los cuales 28 fueron barricadas, 13 saqueos y dos ataques violentos a comisarías.

La mayoría de estos hechos, un 66%, se concentró en la Región Metropolitana y, según los antecedentes de Carabineros y el gobierno, se desencadenaron luego del cacerolazo convocado el martes en redes sociales a raíz de la discusión por el retiro del 10% de las pensiones.

El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, dijo a La Tercera que “después del caceroleo, a las 22.00 (del martes) se gatillaron distintos eventos de desórdenes públicos, con mucha violencia. ¿Estallido 2.0? Hay que ser responsables. Los que están haciéndose cómplices de la violencia, tratando de amedrentar a nuestra democracia a través de esta amenaza del ‘estallido 2.0’, tienen que ser claros en decir que no podemos permitir que la violencia amedrente nuestra democracia”.

Los principales puntos donde se registraron barricadas fueron las poblaciones La Pincoya, Lo Hermida, Villa Francia y sectores de Cerrillos, Conchalí y Recoleta. Además, los eventos más relevantes ocurrieron en cuatro puntos: la quema de una automotora en Estación Central, ataques incendiarios a un bus en Recoleta y otro en San Felipe, y acciones violentas contra las comisarías de Peñalolén y Huechuraba. El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, también condenó lo ocurrido: “Ninguna discusión democrática, ninguna causa, ninguna propuesta puede nunca justificar los hechos de violencia como los que se manifestaron”. La jornada dejó 101 personas detenidas.

La preocupación sobre el resurgimiento de los hechos de violencia venía arrastrándose desde el jueves de la semana pasada, cuando Interior comenzó a coordinarse con las policías ante la “inquietud” de que la tensión sobre la discusión sobre las pensiones se volcara a la calle. Por esos días, además, la policía inició un monitoreo para estudiar este eventual foco de conflicto.

De hecho, según antecedentes de Carabineros, los llamados por redes sociales venían sugiriendo un “estallido social 2.0”″ desde el 6 de julio, concretándose algunos eventos menores entre el 9 y 10 de julio, cuando Villa Francia, Recoleta, Padre Hurtado y Cerrillos registraron algunas pequeñas barricadas, que congregaron a no más de 10 personas.

Reuniones y efectivos

En los últimos días, el subsecretario Galli lideró una serie de reuniones con el director de Orden y Seguridad de Carabineros, general Ricardo Yáñez, y el subdirector de Investigación Policial de la PDI, Carlos Yáñez.

En esas conversaciones surgió la información de que los hechos de violencia podrían desencadenarse luego de la votación en la Cámara, durante la jornada de este miércoles.

Para enfrentar nuevos hechos de violencia de este tipo, Carabineros aumentó en un 50% su dotación de Control de Orden Público (COP), pasando de 800 a 1.200 efectivos, además de perfeccionar sus actuaciones de contención.

“Carabineros está actuando oportunamente y ahí la importancia de la detención en flagrancia. Siete de cada 10 delitos terminaron con detenidos”, advirtió Galli. Durante la tarde, las coordinaciones entre Carabineros, Interior, la PDI, Defensa y las Fuerzas Armadas continuaron.

Por su parte, el senador PPD Felipe Harboe sostuvo que “si esto ocurre con toque de queda, ¿que se puede esperar para después?”.