La ola de transformaciones prometidas por Javier Milei, Presidente de Argentina, sigue su rumbo. Ahora fue el turno de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) que, como en la década del 90, renace de los restos de la ahora desguazada Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y ahora es elevada al rango de Secretaría, solo por debajo de un ministerio.
Junto con el retorno de la SIDE, otros cuatro organismos dependientes de esta última harán su debut: el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) y la División de Asuntos Internos (DAI), reestructurando en su totalidad el servicio de inteligencia del país vecino. Además, el funcionamiento de la estructura quedará a cargo de Presidencia.
Con su emblemática Ley Bases aprobada en el Congreso, la brújula del libertario viró hacia otros aspectos de la vida trasandina. Dentro de las nuevas prioridades, destaca la seguridad como una de las principales preocupaciones de la administración Milei.
Anunciado el lunes, pero oficializado el martes, fue la cuenta en X de la Oficina del Presidente la que definió a grandes rasgos los cambios implementados. Fue el gobierno de la expresidenta Cristina Kirchner la que cambió el modelo a la AFI, y ahora regresa a utilizar las siglas de la SIDE, pero con cambios importantes.
Así lo señaló el gobierno en redes sociales, donde aseguraron que “la desnaturalización del rol de la agencia de inteligencia durante décadas fue total; lejos de poner sus recursos al servicio de la protección del pueblo argentino, el organismo fue utilizado para actividades espurias como el espionaje interno, el tráfico de influencias y la persecución política e ideológica”, en una clara referencia a las investigaciones recientes por supuestas escuchas ilegales, tanto en los gobiernos de los Kirchner como en el de Mauricio Macri.
Funciones y objetivos
No habían pasado muchas horas desde que el exjefe de gabinete, Nicolás Posse, junto con el exjefe de los espías, Silvestre Sívori, fueran echados de la Casa Rosada para que el gobierno iniciara las gestiones de un proyecto que modificará por completo el sistema de inteligencia de Argentino, aseguró el periódico Clarín.
Se trata de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que será “dependiente directamente del Presidente de la Nación” y “tendrá control operativo de cuatro agencias creadas con el fin de transformar y modernizar el sistema de inteligencia, promoviendo la excelencia y el profesionalismo en el desarrollo de sus tareas”, señaló el gobierno en un comunicado.
Este organismo central contará con otros tres bajo su dirección, sumado a una cuarta división de asuntos internos, todo muy inspirado en el modelo estadounidense e incluso el israelí, argumentaron La Nación y Clarín. Algunas referencias más explícitas que otras, se pueden encontrar rastros de la CIA, el Mossad y el FBI.
“Lejos de querer quitarle músculo a los servicios, como quiso hacer el gobierno anterior, en la gestión de Milei aseguran que quieren darle más poder y mayor proyección internacional a la inteligencia argentina”, escribió La Nación. Entre las justificaciones, dijeron al periódico fuentes en la Casa Rosada, destacan recientes amenazas serias contra la integridad del mandatario, lo que llevó, meses atrás, a que Milei dejara de viajar en aviones comerciales a las numerosas visitas oficiales y no oficiales que ha realizado en sus siete meses de mandato.
La aprobación de la nueva estructura de inteligencia contó con la venia del principal asesor de Milei, Santiago Caputo. Él, junto al mandatario y su hermana, Karina Milei, conforman el triunvirato que gobierna al país, asegura la prensa local. Y cumplió un rol crucial en que se mantenga al antiguo director de la AFI como el líder de la rearmada SIDE, añadió Clarín. Se trata de Sergio Neiffert, exsecretario privado y socio del otrora intendente de Malvinas Argentinas Jesús Cariglino, explicó La Nación.
El mismo medio planteó que Caputo influyó directamente en el diseño de la nueva estructura, las misiones y funciones de la SIDE. También participó en su desarrollo el secretario de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete, José Luis Vila. A principios de los 2000, Vila trabajó en la -todavía en esos días- SIDE, además de ser funcionario de inteligencia en Washington. Sin embargo, se alejó del organismo tras la llegada del kirchnerista Óscar Parrilli a la nueva AFI.
Le siguen el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA); la Agencia de Seguridad Nacional (ASN); y la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC). Por sobre todas, y a modo de control, estará la División de Asuntos Internos.
“La compartición en cuatro áreas “permite la eficiencia por especificación, siempre y cuando haya una buena integración. También inhibe que haya un hombre fuerte que controle todo y que pueda tener deformaciones. Impide que crezcan los servicios por fuera del control político del Gobierno”, dijo un alto funcionario a La Nación.
En primer lugar, está la SIA. Y el acrónimo, dijeron algunos al citado medio, no es casual. La evidente similitud de letras con la CIA estadounidense también se expande a las funciones, ya que se dedicará a la “recopilación de información estratégica alrededor del mundo” y a la “cooperación con agencias de inteligencia” de agencias “aliadas”, señaló el Gobierno mediante un comunicado.
A su cargo estará Alejandro Walter Colombo, quien ofició como agregado de inteligencia en la embajada de Roma en la época de Carlos Menem y estuvo a cargo del área internacional de la AFI en los días del expresidente Macri.
La ASN, en tanto, “se encargará de advertir de forma temprana y generar información sobre delitos federales complejos dentro del territorio nacional, así como también de vigilar amenazas coordinadas provenientes de organizaciones criminales y terroristas”, dijo la Oficina del Presidente.
Según La Nación, se trata del “FBI local”, y estará liderado por Alejandro Cecati, cercano a Macri y al siempre vigente Daniel Scioli, actual secretario de Turismo, Ambiente y Deportes en la administración Milei, pero también excandidato presidencial del peronismo. También tiene buena relación con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, complementó el mismo medio.
La última de las tres nuevas estructuras de inteligencia es la AFC, símil de la NSA estadounidense que estará a cargo de prevenir ciberataques. Esta “evaluará, planificará y desarrollará soluciones para la detección y contención de ciberataques contra la infraestructura informática crítica en el país”, planteó el gobierno. Su dirección recaerá en Ariel Waissbein, experto en criptografía y seguridad de la información. Su historial está vinculado al mundo privado y a la tecnología blockchain.
Por sobre todo esto, estará la División de Asuntos Internos, de quien aún no se sabe su líder. “La División de Asuntos Internos va a permitir que cualquier agente pueda denunciar que recibió una orden ilegal. Va a permitir combatir el espionaje ilegal porque ya no va a haber obediencia debida como era hasta ahora”, dijo un funcionario a La Nación.