Los Biden: Una familia forjada en el dolor
Pese a que en público parece ser una familia muy unida, la historia del candidato demócrata ha estado marcada por escándalos, acusaciones y muertes.
El énfasis que Joe Biden ha puesto en su familia ha sido evidente en la campaña de este año, enfocándose en cómo conoció a su actual esposa, la profesora Jill Biden, la cercana relación con sus nietos y la pérdida que experimentó cuando murieron su esposa y su hija. El exvicepresidente tuvo tres hijos -Hunter, Beau y Naomi- con su difunta esposa, Neilia Hunter, y a su hija menor, Ashley, con su segunda esposa, Jill.
Aunque la familia destaca por sus estrechos vínculos, ha estado marcada por la tragedia hace décadas. Naomi murió cuando tenía un año en un accidente automovilístico junto a su madre. Hunter y Beau también iban en el auto, pero sobrevivieron.
Joseph, más conocido como “Beau”, era un político que trabajó de cerca con la actual candidata a la vicepresidencia por el Partido Demócrata, Kamala Harris. En 2003, el mayor de los Biden se incorporó a la Guardia Nacional del Ejército. Después de eso, inició su carrera política y fue elegido fiscal general de Delaware, cargo que ejerció entre 2007-2015. Tenía planificado postularse para gobernador del estado en 2016, pero un cáncer cerebral provocó su muerte un año antes. El político de 46 años estaba casado con Hallie Olivere, con quien tuvo dos hijos, Natalie y Robert Hunter Biden II.
Pese a que falleció hace algunos años, el matrimonio Biden se ha encargado de recordar su legado durante la campaña. “Después de que nuestro hijo, Beau, murió de cáncer, me pregunté si alguna vez volvería a sonreír o sentir alegría”, dijo Jill en su discurso en la Convención Nacional Demócrata de 2020.
Robert Hunter, más conocido por su segundo nombre, trabaja actualmente como abogado. El segundo de los Biden ha estado involucrado en numerosos escándalos, principalmente por abuso de sustancias. “Mira, todo el mundo se enfrenta al dolor”, dijo el abogado de 50 años a la revista The New Yorker. “Todo el mundo tiene un trauma. Hay adicción en todas las familias. Estaba en ese túnel, es un túnel sin fin, no te deshaces de él. Averiguas cómo lidiar con eso”, señaló Hunter en la misma entrevista.
En 2017, Hunter se divorció de Kathleen Buhle, con quien tuvo tres hijos, Naomi, Finnegan y Maisy. Poco tiempo después, empezó una relación con Hallie, la viuda de su hermano. “Compartíamos un dolor muy específico, empecé a pensar en Hallie como la única persona en mi vida que entendía mi pérdida”, dijo a The New Yorker. Sin embargo, la relación terminó en 2019, y Hunter se casó con la cineasta sudafricana Melissa Cohen.
En las últimas semanas de campaña, los aliados de Donald Trump intentaron recrear la polémica de las elecciones de 2016, con correos electrónicos sospechosos y supuestas corrupciones, esta vez protagonizadas por Hunter. Sin embargo, las acusaciones nunca tuvieron mucho sentido, y terminaron por ser ignoradas por la ciudadanía.
Ashley, la más joven del clan, se graduó de la Universidad de Tulane y luego se convirtió en directora ejecutiva del Centro de Justicia de Delaware, una organización sin fines de lucro orientada a reformar el sistema de justicia penal. También ejerció como trabajadora social en Delaware durante 15 años.
Actualmente, Ashley se dedica a la industria de la moda. Fundó una empresa de ropa llamada Livelihood en 2017. Está casada con el cirujano plástico Howard Kerin.
Además de sus hijos, el político demócrata tiene una estrecha relación con todos sus nietos, quienes lo han acompañado a diversos eventos de campaña e incluso aparecieron en una sesión de fotos de una entrevista de Jill para la revista Vogue.
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