No protestan en contra del alza a los impuestos a los combustibles como los "chalecos amarillos" en Francia, pero suelen ser comparados con ellos. Se trata de un movimiento ciudadano en Noruega, creado en Facebook, que protesta contra los "excesivos" peajes urbanos y sus altos costos.
Pero este movimiento va un paso más adelante que el de sus pares franceses. Desde su creación en 2014, el ahora partido "Acción Popular en favor del no aumento de los peajes urbanos" (FNB) amenaza con alterar el panorama político al presentar candidatos en 11 comunas y cuatro regiones del país para las elecciones locales del 9 de septiembre, pero también podría romper con la coalición de gobierno antes de esa fecha.
Según el Party Barometer de VG, el FNB ya es la quinta fuerza política en Noruega, con un 6% de respaldo, igualando al Partido Socialista (SV). De hecho, en Bergen, la segunda ciudad en el país, el FNB obtiene el 25,4% en las encuestas y es el partido con más apoyo en ese lugar.
Y el principal afectado por el crecimiento de este movimiento ciudadano es el Partido Progresista (FRP), actualmente en la coalición gobernante desde 2013. El Partido Progresista es definido como "proautomovilistas" y anti-impuestos, pero ha perdido parte de su electorado, puesto que los votantes se han sentido traicionados ante los elevados costos del transporte y de los peajes urbanos.
"Los peajes de carretera en Noruega se han utilizado principalmente para financiar proyectos de infraestructura específicos (especialmente puentes y túneles). También se han aceptado comúnmente como una medida para prevenir la congestión y la contaminación del aire en los centros de las ciudades", dice a La Tercera Kjersti Kræmmer, experta de la agencia de análisis noruega Respons Analyse. Se calcula que este año se recolectarán alrededor de US$ 1.500 millones en peajes, un aumento del 40% en los últimos cuatro años.
Para los automovilistas, la llegada al poder del FRP en 2013 significaba una oportunidad, puesto que entre sus promesas estaba la mejora y creación de nuevas carreteras, la eliminación de las restricciones a la propiedad de automóviles y la reducción de impuestos y el número de cabinas de peaje. Sin embargo, Kræmmer advierte que desde el gobierno, el FRP "ha podido alentar mayores planes de desarrollo vial, pero solo a través de compromisos". De hecho, desde que el FRP está en el poder, el número de cabinas de peaje aumentó un 44%.
Un factor importante es que en 2015 se creó un acuerdo en el que los municipios pueden hacer tratos con el gobierno para el financiamiento de proyectos de infraestructura, en especial de transporte público, pero solo si se comprometen a un crecimiento cero en el uso de automóviles y sus emisiones. Así, muchas ciudades noruegas han aprovechado esta oportunidad con proyectos de alto costo, donde la única forma de recaudar los fondos necesarios es a través de los peajes. Eso ha llevado a que las tarifas de los peajes sean más caras, y que se instalen más cabinas.
Precisamente eso es lo que explica el apoyo hacia el partido que está en contra de los peajes. "Muchos automovilistas creen que es injusto que ahora tengan que pagar peajes para ir trabajar o hacer sus cosas cuando no están viendo algún beneficio concreto", dice Kræmmer.
La popularidad del FNB tiene preocupado al gobierno, puesto que los peajes se han convertido en el principal tema en las elecciones de algunas localidades. Y el FRP es consciente de la amenaza de este movimiento ciudadano. Incluso, algunos analistas sostienen que el FRP podría terminar dejando el gobierno ante su delicado nivel de respaldo.