“Soy bien intencionado, soy un hombre anciano y sé lo que estoy haciendo. Soy presidente y pondré a este país nuevamente en pie”, dijo Joe Biden en una conferencia de prensa el jueves pasado, cuando se defendió de un informe del fiscal especial Robert Hur que lo exoneró de cargos penales en una investigación sobre documentos confidenciales cuando era vicepresidente de Barack Obama, pero que lo describió como “un anciano” con “mala memoria”. “Mi memoria es buena”, afirmó, justo antes de caer en otro error verbal.
Mientras entregaba su visión del conflicto en Medio Oriente, Biden, de 81 años, confundió Egipto con México, cuando declaró que Abdel Fattah El-Sisi, de Egipto, era el presidente de México y lo culpó por no ofrecer mayor acceso a las rutas de escape desde la Franja de Gaza para los refugiados que huyen del asedio de Israel. La confusión intensificó el debate respecto de si es que, por su edad, Biden es apto para volver a ocupar la Oficina Oval tras las elecciones de noviembre próximo, donde busca la reelección y su más probable rival será el republicano Donald Trump, de 77 años.
“Nunca ha habido un presidente que haya enfrentado este nivel de preocupación por su edad, ni siquiera Ronald Reagan en 1984, que era ocho años más joven que Biden en este ciclo. Es exactamente por eso que es fácil imaginar cómo las preocupaciones sobre su edad podrían ser políticamente poderosas. Pero también significa que nunca antes habíamos observado el efecto político de algo como esto”, escribió el periodista y analista político Nate Cohn en su columna del diario The New York Times, el viernes pasado.
En su informe sobre el manejo de Biden de documentos clasificados durante la administración de Obama, el fiscal Hur dijo que Biden no recordaba las fechas en que se desempeñó como su vicepresidente y ni los detalles del debate sobre el envío de tropas adicionales a Afganistán en 2009, durante su tiempo como funcionario de gobierno.
Pero lo que más molestó a Biden fue que el fiscal afirmó que durante la investigación, el presidente no podía recordar cuándo había fallecido su hijo Beau, quien murió en 2015 producto de un cáncer cerebral. “¿Cómo diablos se atreve a plantear eso?”, afirmó Biden, arremetiendo contra Hur. “Francamente, cuando me hicieron la pregunta pensé: ‘No era asunto suyo’. No necesito que nadie me recuerde cuándo falleció”, agregó en el punto de prensa.
Su memoria es tan “mala”, dijo el fiscal, que no vale la pena iniciar un proceso contra él por mal manejo de secretos nacionales, porque un jurado probablemente “lo contemplaría con simpatía” por considerarlo un “anciano bien intencionado y con mala memoria”. El equipo de Biden rechazó estas afirmaciones y señaló que esa entrevista ocurrió inmediatamente después del ataque del 7 de octubre de Hamas contra Israel, por lo que su atención estaba en otra parte.
La mordaz descripción del fiscal se produjo justo cuando los asesores de Biden intentaban explicar las meteduras de pata verbales más recientes del mandatario demócrata. Un día antes, el jefe de Estado mencionó que conversó en 2021 con el excanciller alemán Helmut Kohl, fallecido en 2017, mientras que el domingo pasado, en un acto electoral en Nevada, confundió al presidente francés, Emmanuel Macron, con el exmandatario François Mitterrand, muerto en 1996.
Para Nate Cohn, “la gravedad del problema de edad de Biden está casi por completo en debate. Esa percepción es mayormente subjetiva, basada en cómo se ve y suena, no simplemente en el hecho de que tiene 81 años (Trump tiene 77)”.
“Incluso los factores más superficiales, como la apariencia o la profundidad de la voz, pueden desempeñar un papel importante en la elección del voto. Biden parece haber cruzado una línea invisible que delimita si un candidato no sólo es viejo, sino ‘demasiado’ viejo en opinión de muchos votantes; Trump no lo ha hecho”, analiza el columnista del Times.
Las encuestas han demostrado que la edad se perfila como el mayor inconveniente de Biden en su esperada competencia con Trump. Una encuesta de enero realizada por NBC News encontró que el 76% de los votantes tiene preocupaciones importantes o moderadas sobre la salud física y mental del mandatario demócrata.
Los partidarios demócratas han defendido a Biden y han cuestionado la edad y la aptitud del probable rival republicano de Biden, Donald Trump, quien también enfrenta una acusación por su manejo de materiales clasificados, además de otros procesos judiciales. El exmandatario fue investigado por retener documentos oficiales en su mansión de Florida y fue imputado de 40 cargos, ya que durante meses se negó a entregarlos.
Trump también se ha equivocado en público, pero de todas maneras las encuestas han mostrado que los votantes perciben a Biden como “demasiado viejo” y no al republicano, a pesar de que tiene sólo tres años menos. Trump recientemente confundió a Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, con Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía; y a Nikki Haley, su rival por la nominación republicana, con la demócrata Nancy Pelosi, la expresidenta de la Cámara de Representantes.
“Cada vez que Donald Trump abre la boca, está confundido, trastornado, mintiendo o algo peor”, dijo T.J. Ducklo, portavoz de Biden, en un comunicado publicado por la campaña de reelección del demócrata.
Biden estuvo bajo investigación desde enero de 2023, tras encontrarse en su vivienda de Delaware y en una oficina privada documentos clasificados de la época en que fue vicepresidente de Obama. Cuando se publicó la noticia de los documentos clasificados, Biden dijo a la prensa que estaba “sorprendido” por el descubrimiento, pero cooperó en la investigación. Debido a esto, y al hecho de que probablemente sería difícil condenarlo, Hur decidió no presentar cargos penales contra él, aunque igualmente concluyó que su memoria “parecía tener limitaciones significativas”.
“Si pierde en 2024, la elección será un raro caso en que algo fuera de lo común (su edad) produjo un resultado fuera de lo común según el estándar de la política habitual. Esto depende, por supuesto, de si se mantienen las noticias económicas favorables de los últimos meses. Si es así, se encontrará en una posición envidiable: como presidente en ejercicio con una economía fuerte e incluso en mejora. Históricamente, eso lo convertiría en el favorito para ganar la reelección”, apuntó Cohn en su columna.
La vicepresidenta Kamala Harris criticó la descripción del fiscal y afirmó que éste tenía “claras motivaciones políticas”. Ello, porque Robert Hur, el fiscal designado para dirigir la investigación sobre los documentos clasificados, fue designado como fiscal general en Maryland por Trump y anteriormente trabajó para dos jueces conservadores muy conocidos.
Con una larga campaña por delante, el asunto se pondrá cada vez más candente para Biden, consideró Robert Rowland, profesor de Comunicación Política en la Universidad de Kansas. “Tiene que convencer a la gente de que tiene las habilidades cognitivas y la fuerza”, dijo el académico a la agencia AFP.
“Un hombre demasiado incapaz de rendir cuentas por la mala gestión de información clasificada ciertamente no es apto para el Despacho Oval”, estimó el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, cercano a Trump. Y jugando con una frase del informe, el también congresista republicano Kevin Hern escribió: “Un ‘anciano bien intencionado y con mala memoria’ que tiene acceso a los códigos nucleares...”.