El Papa Francisco recordó hoy a los “duramente castigados” pueblos de Libia y Marruecos, tras las recientes inundaciones y el terremoto que han sacudido a estos países del norte de África y que han causado miles de muertos y heridos, al término de la audiencia general de los miércoles.
“Mis pensamientos están con el pueblo de Libia, duramente castigado por las violentas lluvias que han provocado inundaciones y desbordamientos, causando numerosos muertos y heridos, así como cuantiosos daños”, dijo sobre el paso del ciclón Daniel en ese país del norte de África, con más de 6.000 muertos y 9.000 desaparecidos sólo en la ciudad de Derna.
Inmediatamente después, Francisco también quiso enviar un mensaje de ánimo “al noble pueblo marroquí que ha sufrido este terremoto”, que hasta ahora ha causado cerca de 3.000 fallecidos y más de 5.500 heridos. “Recemos por Marruecos, recemos por sus habitantes para que el Señor les dé fuerzas para recuperarse después de esta terrible ‘emboscada’ que han sufrido”, afirmó.
La naturaleza parece haberse ensañado con estos países norafricanos. La cifra de muertos por las inundaciones que golpearon la ciudad oriental libia de Derna superó el miércoles las 6.000 personas y se esperaba que siguiera subiendo, según un funcionario de salud, mientras las autoridades trataban de llevar ayuda a la ciudad costera donde miles de personas seguían desaparecidas y decenas de miles se habían quedado sin techo.
Trabajadores de ayuda que consiguieron llegar a la ciudad, que se quedó aislada el domingo cuando inundaciones repentinas destruyeron la mayoría de las carreteras de acceso, describieron escenas de devastación en el centro de la ciudad, donde equipos de búsqueda y rescate revisaban edificios derruidos de departamentos en busca de cuerpos y recuperaban cadáveres que flotaban en el mar.
“Los cuerpos están por todas partes: dentro de las casas, en las calles, en el mar. Allá donde uno vaya, encuentra hombres, mujeres y niños muertos”, dijo Emad al-Falah, cooperante de Bengasi, por teléfono desde Derna. “Se perdieron familias enteras”, comentó a The Associated Press.
La tormenta mediterránea Daniel provocó inundaciones mortales en muchas localidades orientales, aunque la más afectada era Derna. Mientras el meteoro castigaba la costa el domingo por la noche, vecinos de Derna dijeron que habían oído fuertes explosiones cuando colapsaron las represas fuera de la ciudad. Las aguas desbordaron el Wadi Derna, un río que baja de las montañas y atraviesa la ciudad hasta llegar al mar.
“La ciudad de Derna se vio sumergida por olas de 7 metros de altura que destruyeron todo a su paso”, dijo a France24 Yann Fridez, jefe de la delegación del Comité Internacional de Cruz Roja en Libia. “Las pérdidas humanas son enormes”.
Al menos 5.100 personas murieron en Derna, además de unas 100 en otros lugares de la región, según dijo el miércoles Ossama Ali, vocero del Centro de Ambulancias y Emergencias en el este de Libia. Había más de 7.000 heridos, que en su mayor parte recibieron atención en hospitales de campaña habilitados por las autoridades y agencias de ayuda, señaló por teléfono a The Associated Press.
Era probable que la cifra de fallecidos subiera en la ciudad costera, indicó Ali, porque los equipos de rescate seguían recuperando cuerpos de las calles, los edificios y el mar.
La magnitud de la devastación parecía incluso peor de lo que los funcionarios habían pronosticado inicialmente. “El mar arroja constantemente decenas de cadáveres”, afirmó Hichem Abu Chkiouat, ministro de Aviación Civil de la administración que dirige el este de Libia, añadiendo que la reconstrucción costaría miles de millones de dólares, según comentó a The Guardian.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Libia dijo el miércoles que al menos 30.000 personas habían sido desplazadas en Derna, la ciudad más afectada por la tormenta Daniel. Diez mil personas fueron declaradas desaparecidas por agencias oficiales de ayuda como la Media Luna Roja Libia, pero la estimación más alta de 20.000 muertes provino del director del centro médico de al-Bayda, Abdul Rahim Maziq.
Rey de Marruecos dona sangre
En tanto, las cifras de muertos y heridos por el devastador terremoto del 8 de septiembre en Marruecos crecen sin cesar a medida que los socorristas llegan a las aldeas más remotas, desentierran cadáveres y envían heridos a los hospitales. La cifra oficial era de 2.901 muertes el martes, la mayoría de ellas en ciudades y pueblos de montaña. Naciones Unidas calcula que el temblor de magnitud 6,8 afectó a 300.000 personas en Marrakech y en la zona del Alto Atlas.
El terremoto, con epicentro en la cordillera del Atlas, dejó heridas a por lo menos otras 5.500 personas. Hasta el martes, más de 240 de los heridos estaban siendo atendidos en hospitales de la región de Marrakech.
El rey Mohammed VI de Marruecos hizo el martes un despliegue de solidaridad con su país tras el fuerte terremoto, y visitó a algunos de los heridos en un hospital no lejos del epicentro, donde también donó sangre.
El monarca inspeccionó el hospital que lleva su nombre en la ciudad de Marrakech, donde preguntó por los servicios de recuperación y la atención que se presta a los heridos en el temblor del viernes por la noche y las condiciones de los sobrevivientes, dijo la agencia oficial de noticias MAP.
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), unos 100.000 niños se han visto afectados por el terremoto que sacudió la zona centro de Marruecos. El organismo aún no ha podido verificar cuántos niños pueden haber perdido la vida, pero sí ha recordado que en 2022 se calculaba que la infancia representaba casi una tercera parte del conjunto de la población.
La agencia ya ha movilizado personal humanitario para apoyar la respuesta inmediata, pero ha recordado que, más allá del corto plazo, surgen otras necesidades. Así, numerosas familias se han quedado sin hogar en una época del año en que las temperaturas ya comienzan a descender drásticamente durante la noche. Además, también han resultado dañadas instalaciones como escuelas u hospitales, lo que provoca efectos colaterales en los niños, según UNICEF.
El sismo también dañó parte de las murallas que rodean el casco antiguo de Marrakech, el cual fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y fue construido en el siglo XII. Los videos mostraban polvo saliendo de algunas partes de la mezquita Kutubía, uno de los lugares históricos más conocidos de Marrakech. En la ciudad también se encuentra uno de los palacios reales del monarca.