La creciente tensión entre Reino Unido y Rusia abre distintos escenarios para la primera ministra británica, Theresa May y también para el Presidente ruso, Vladimir Putin.
La jefa de gobierno británica se encuentra en medio de una crisis interna producto de las negociaciones por la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Mientras que a nivel de política exterior necesita lazos con otros países. En ese sentido, la escritora Anne Applebaum dijo a la BBC que May necesita "revivir" sus alianzas perdidas para ganar suficiente influencia como para frustrar el comportamiento ruso.
Applebaum sostuvo que Reino Unido "necesita formar parte de una alianza" tras el incidente del ex expía en Salisbury y agregó que "desafortunadamente este es el peor momento posible para que Reino Unido abandone la UE, justo cuando Rusia resurge en todo tipo de esferas".
Ajeno a eso, y a cuatro días de las elecciones, el choque con Occidente por el espía envenenado le vendría bien a Putin.
Según la agencia italiana Ansa, mientras crece la confrontación entre Europa y el Kremlin, Putin puede transmitir el mensaje sobre el orgullo que Rusia recuperó progresivamente desde su arribo al poder, en 2000.
El ambiente que reina al interior del gobierno ruso, después de días insistente cobertura mediática del caso Skripal, fue resumido hoy por la portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, María Zajarova: "No es saludable dar un ultimátum a una potencia nuclear".
Aunque Putin se perfila como vencedor en los comicios, en el Kremlin hay un cierto nerviosismo sobre la participación electoral, un elemento clave para dar legitimidad al voto, dentro y fuera del país.
Para Valery Solovei, del Instituto de Estudios Internacionales (MGIMO), citado por Ansa, el roce entre británicos y rusos "desde el punto de vista táctico, puede reunir la población en torno a un líder fuerte".
"Estratégicamente podría luego ayudar en el regreso de los capitales rusos, hoy en el exterior, además de normalizar la relación con algunos oligarcas", concluyó Solovei.