
Los escenarios que se abren para la guerra en Ucrania tras dura ofensiva bélica de Putin
Ucrania vivió en la madrugada del lunes uno de los mayores ataques con drones desde la invasión a gran escala de Moscú. El presidente estadounidense, Donald Trump, acusó a su par ruso de “volverse loco”, pero no ha dado indicios de estar dispuesto a brindar asistencia militar a Kiev.

Por tercera jornada consecutiva, Rusia lanzó un ataque masivo contra Kiev entre la noche del domingo y la madrugada de este lunes, al igual que contra otras ciudades en Ucrania, casi una semana después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hablara por teléfono con su par ruso, Vladimir Putin, con el fin de conseguir un alto el fuego.
Rusia disparó un récord de 355 drones iraníes Shahed, así como nueve misiles de crucero, en una creciente campaña de drones dirigida a ciudades y comunidades de Ucrania. El portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuriy Ignat, confirmó que fue el mayor ataque con drones desde que Moscú lanzó su invasión a gran escala en febrero de 2022.
El ataque se produjo luego de las críticas de Trump a Putin, a quien acusó en redes sociales de volverse “completamente loco” en su intento de conquistar Ucrania. “Algo le ha pasado a (Putin). ¡Se ha vuelto completamente LOCO!”, dijo Trump sobre el presidente ruso en Truth Social. “Siempre he dicho que quiere TODA Ucrania, no solo una parte, y quizá tenga razón, pero si lo hace, ¡llevará la caída de Rusia!”.

En su mensaje, Trump también aprovechó de criticar al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, al señalar que “no le hace ningún favor a su país con sus palabras. Todo lo que dice causa problemas; no me gusta, y más vale que pare”.
Por su parte, Zelensky dijo en redes sociales que “solo una sensación de total impunidad puede permitir que Rusia lleve a cabo tales ataques y siga aumentando su escala”. “Al aumento de los ataques rusos se debería responder con mayores sanciones”, añadió.
Esto debido a que durante la última semana, Rusia ha dirigido al menos 1.390 drones y 94 misiles contra objetivos en toda Ucrania, según informó la Fuerza Aérea ucraniana. Los ataques han causado la muerte de al menos 30 civiles y herido a más de 163.
El Kremlin intentó el lunes restar importancia a los comentarios de Trump, atribuyéndolos a una “sobrecarga emocional”, aunque agregó que Moscú estaba “muy agradecido” al presidente estadounidense por su continuo compromiso en las conversaciones de paz.
“Este es un momento muy crucial, que naturalmente viene acompañado de una sobrecarga emocional por todas las partes y reacciones emotivas”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a los periodistas en Moscú.
Pese a los ataques rusos, Trump, en declaraciones a la prensa antes de abordar el Air Force One el domingo, no dio indicios de estar dispuesto a brindar asistencia militar a Ucrania. También se negó a responder preguntas sobre si los ataques provocarán un cambio de política.

Rusia ha visto claramente una oportunidad a medida que Estados Unidos -durante mucho tiempo el principal arsenal de la resistencia de Ucrania- se retira del proceso diplomático y se resiste a proporcionar a Kiev asistencia militar adicional, según los analistas consultados por el diario The New York Times.
“Durante los últimos tres años, para bien o para mal, las decisiones políticas de Washington han jugado un papel activo, a veces determinante, en el curso de la guerra”, afirmó al periódico Phillips O’Brien, profesor de estudios estratégicos en la Universidad de St. Andrews en Escocia. “Estados Unidos está privando poco a poco a Ucrania de ayuda vital, algo que los rusos comprenden perfectamente y que aprovechan”.
En este contexto, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que Trump se dio cuenta de que Putin le había mentido y esperaba que su enojo “se tradujera en acciones”, pidiendo que se establezca una fecha límite para que Moscú acepte un alto el fuego en Ucrania, respaldado por la amenaza de “sanciones masivas”.
En la misma línea, el canciller alemán, Friedrich Merz -que tiene planeado reunirse con Zelensky el miércoles- afirmó que los aliados occidentales ya no impondrán límites de alcance a las armas entregadas a Ucrania. Eso sí no hizo ningún anuncio sobre el envío de los misiles Taurus a Ucrania.

Ese anuncio del líder alemán podría despejar el camino para que Berlín entregue finalmente sus poderosos misiles de crucero Taurus a Kiev, algo que el gobierno anterior se negó a hacer para no provocar a una Rusia con armas nucleares.
Y los jefes de finanzas del G7 condenaron lo que llamaron la “continua y brutal guerra” de Rusia contra Ucrania y advirtieron que si los esfuerzos para lograr un alto el fuego fracasaban, explorarían todas las opciones posibles, incluyendo “aumentar aún más las sanciones”.
Sin embargo, indicó el diario The Guardian, “teniendo en cuenta que Trump ha rechazado hasta ahora los pedidos de Europa de endurecer las sanciones contra Rusia y la presión para un cese del fuego inmediato de 30 días, Putin ha puesto en evidencia que Washington sigue adelante con su guerra contra Ucrania”.
Kiev argumentó anteriormente que no permitir el uso de armas de largo alcance dentro de Rusia era como si se le pidiera que luchara con una mano atada a la espalda. En abril del año pasado, Ucrania utilizó por primera vez misiles balísticos de largo alcance llamados ATACMS, suministrados por Estados Unidos.
Ayuda a Ucrania
Desde que asumió el cargo en enero de este año, Trump no ha aprobado un solo paquete nuevo de asistencia militar para Ucrania y no ha dicho si gastará los 3.850 millones de dólares que el Congreso ya autorizó para Kiev.
Si bien los últimos envíos de armas prometidos por la administración de Joe Biden siguen en camino al campo de batalla, no hay nuevas armas en proceso. No está claro si la Casa Blanca permitirá siquiera que Ucrania siga comprando armas estadounidenses.

Así, Ucrania está cada vez más preocupada por conseguir más sistemas de defensa aérea Patriot de fabricación estadounidense, ya que las reservas enviadas durante la administración Biden se están agotando, según seis funcionarios ucranianos y occidentales que hablaron con el diario The Washington Post.
Mientras Rusia bombardea Ucrania con drones y misiles de crucero, los misiles balísticos son los más temidos, y solo los Patriot pueden contrarrestarlos con fiabilidad. Los misiles rusos viajan a varias kilómetros por segundo y destruyeron la mitad de la capacidad energética de Ucrania en ataques contra centrales eléctricas en 2023 y 2024, indicó el diario.
Su velocidad y tamaño, además del hecho de que son difíciles de interceptar, han hecho de los misiles balísticos una de las armas más efectivas en el arsenal de Rusia, particularmente contra la infraestructura.
En este contexto, a medida que Ucrania se queda sin misiles interceptores Patriot los bombardeos rusos serán más letales, advirtieron a The New York Times analistas militares.
Mientras, Rusia continúa modernizando su arsenal. Los misiles balísticos rusos Iskander-M ahora despliegan señuelos de radar y siguen trayectorias cuasibalísticas, lo que dificulta su interceptación, según funcionarios y analistas militares ucranianos que hablaron con el diario.

La administración Trump permitió a Alemania reexportar materiales Patriot a Kiev tras la firma del acuerdo sobre minerales por parte de Ucrania en abril. Estados Unidos conserva el poder de veto sobre la reventa de cualquier equipo militar. En las últimas semanas, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, declaró a la prensa que su país entregaría misiles Patriot a Ucrania junto con cuatro sistemas IRIS-T, un arma de corto y medio alcance eficaz contra misiles de crucero, pero no contra misiles balísticos.
A lo largo de los más de 1.000 kilómetros de frente de Ucrania, el ritmo de la guerra se ha consolidado en un patrón brutal y mortífero. Moscú se está reagrupando ante lo que, según soldados y analistas, es el preludio de una nueva y gran ofensiva en los próximos meses cuando comience el verano boreal.
Los combates se han intensificado en las últimas semanas alrededor de Pokrovsk y Kostyantynivka, presionando los bastiones de Kramatorsk y Slovyansk y acercándose a las fronteras de la vecina región de Dnipropetrovsk.
Para apoyar a la infantería, el armamento pesado y de alta tecnología ruso se abre paso a toda velocidad, con bombas planeadoras, misiles y drones, incluyendo nuevos modelos conectados mediante cables de fibra óptica que los hacen inmunes a las interferencias electrónicas. Los defensores se han visto obligados a retirarse de ciudades como Toretsk y Chasiv Yar, donde el costo de mantener el terreno resultó demasiado alto.
Sin embargo, los ucranianos “siguen siendo una fuerza formidable en la defensa”, afirmó a The Financial Times, Franz-Stefan Gady, analista militar radicado en Viena. “Podemos esperar avances graduales de Rusia, pero no colapsos inminentes ni colapso del frente”.
Los ucranianos ahora dependen mucho menos de Estados Unidos para el suministro de artillería, gracias a la mayor presencia europea. Rusia solo tiene una ligera superioridad en fuego de artillería, añadió.
Acuerdo imperfecto
Un estudio del Centro de Geopolítica del banco de inversiones JPMorganChase indicó que el presidente Zelensky “probablemente se verá obligado a aceptar un acuerdo negociado con Rusia en algún momento de este año que congela los combates, pero no llega a un acuerdo de paz integral”.
“Las pérdidas de Putin también son insostenibles. Al ritmo actual de avance, Rusia controlará toda Ucrania en unos 118 años. Por lo tanto, Putin buscará un acuerdo favorable a su objetivo general de controlar finalmente Kiev. 2025 siempre fue el año de la negociación, y el desenlace ya está aquí”, añadió.
“Pero, ¿durará? La durabilidad de cualquier acuerdo dependerá de: cuán satisfecho esté el presidente Putin con las concesiones ucranianas y occidentales (¿obtuvo lo suficiente de lo que quería?). Ambas partes necesitan un acuerdo que puedan defender políticamente".
“Y la solidez de las promesas de seguridad que lo respaldan (¿son suficientes para disuadir nuevas agresiones y permitir que Ucrania se reconstruya con confianza?). Estas están en directa tensión; cuanto más débiles sean las promesas de seguridad, más concesiones tendrá que aceptar Ucrania (neutralidad, desmilitarización, desarme, territorio, etc.) o se arriesgará a volver a la lucha”, indicó el reporte lanzado este mes.
En esa línea, el excomandante militar del país, Valerii Zaluzhnyi, actual embajador de Ucrania en Londres, dijo el jueves que Ucrania debería abandonar cualquier idea de restaurar las fronteras establecidas tras el colapso del régimen soviético en 1991, o incluso las que datan de la invasión rusa a gran escala de 2022.
“Espero que no haya quienes aún esperen algún milagro o señal de la suerte que traiga la paz a Ucrania, las fronteras de 1991 o 2022, y que después haya una gran felicidad”, declaró Zaluzhnyi en un foro en Kiev, según el sitio web de noticias RBK Ucrania. “En mi opinión, el enemigo aún cuenta con recursos, fuerzas y medios para lanzar ataques contra nuestro territorio e intentar operaciones ofensivas específicas”, advirtió.
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