Si todo evoluciona como está previsto, el 29 de marzo de 2019 Reino Unido abandonará la Unión Europea. Esto sucedería dos años después de haber activado oficialmente el procedimiento de separación con la UE y casi tres desde el referéndum de 2016 en el que un 52% de los británicos se pronunció a favor de salirse del bloque. Sin embargo, las negociaciones acaban de empezar y aún hay muchos temas pendientes para evitar una ruptura abrupta entre el Reino Unido y los veintisiete.

El viernes, los líderes de la Unión Europea adoptaron las "directrices" para la futura relación con Reino Unido. El mandato obtenido por Michel Barnier, principal negociador de la UE, sostiene que Bruselas quiere negociar un acuerdo de libre comercio con Londres y mantener la libre circulación de bienes, servicios y personas. Por lo menos hasta 2020, fecha que propuso la primera ministra británica, Theresa May, el año pasado para establecer un período de transición en el que los ciudadanos y las empresas se adapten a su nueva relación.

Este asunto también marcó el acuerdo preliminar de diciembre, cuando ambas partes coincidieron en encontrar una solución para la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda y los derechos de los ciudadanos europeos que residen en Reino Unido.

La relación comercial entre Londres y Bruselas es uno de los temas centrales de las negociaciones.

Si bien Reino Unido quiere abandonar el mercado único para poder negociar sus propios acuerdos comerciales, la UE insiste en que el futuro acuerdo de libre comercio debería preservar la individualidad de su mercado único, recordando uno de sus principios básicos en esta negociación: nada de comercio "a la carta". Si no hubiera acuerdo, se aplicarían las reglas de la Organización Mundial del Comercio, lo que equivaldría a la necesidad de repensar un sistema de aduanas y aranceles.

Ciudadanía británica

La cuestión de Irlanda, que ha sido debatida pero nunca se ha resuelto, podría descarrilar todas las negociaciones con el Brexit. La frontera del Ulster será la única que existirá entre Reino Unido y el bloque una vez abandonen la UE dentro de un año. Sobre ello, la semana pasada los británicos aceptaron integrar la opción de un "espacio reglamentario común" que incluya a la UE y a Irlanda del Norte, al menos hasta que se encuentre otra solución satisfactoria. "Los dirigentes evaluarán en junio si la cuestión irlandesa fue resuelta y cómo proceder para una declaración común sobre nuestra futura relación" con Reino Unido, explicó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Por ahora sigue siendo una cuestión sin resolver. Respecto a los ciudadanos, se preservarían los derechos de los más de tres millones de europeos que residen en Reino Unido y del más de un millón de británicos que viven en otros países de la UE.