En lo que va del año, nueve estados en EE.UU. han aprobado mayores restricciones al aborto, un fenómeno que ha sido calificado como una "ola antiaborto", especialmente en los estados conservadores del sur y medio oeste del país.
El último caso fue el de Louisiana, que esta semana aprobó una legislación que permite el aborto solo hasta que se detecte un latido fetal, lo que ocurriría a las seis semanas de embarazo, antes de que muchas mujeres incluso se enteren de que están embarazadas. Además, castiga a los médicos con dos años de prisión en caso de que realicen abortos.
A diferencia de los casos anteriores, la ley fue redactada por un senador demócrata y fue apoyada por el gobernador del estado, John Bel Edwards, también demócrata. Aquello es algo poco común entre personeros de la oposición a Donald Trump, puesto que los republicanos tienden a tomar la bandera para restringir el aborto.
Así, Louisiana se sumó a otros estados, como Georgia, Kentucky, Mississippi y Ohio, que también este año aprobaron la "ley del latido fetal". Missouri dio luz verde días atrás a una legislación que permite el aborto hasta las ocho semanas de gestación. Sin embargo, Alabama aprobó hace dos semanas la norma más restrictiva del país: prohíbe el aborto incluso en casos de violación e incesto, y castiga con hasta 99 años de cárcel a los médicos que lo practiquen.
Los legisladores conservadores buscan desafiar el histórico fallo de la Corte Suprema en 1973, Roe vs. Wade que definió la legalidad del aborto a nivel federal hasta las 24 semanas de gestación, cuando se considera que el feto es capaz de vivir fuera del útero. Con una Corte Suprema de mayoría conservadora luego de que Trump nombrara a dos jueces, se espera que el máximo tribunal falle en contra del derecho al aborto en una futura deliberación, si algún caso llega a la Corte Suprema.
De todas formas, por ahora algunas de estas leyes no entrarán en vigor hasta varios meses más, ya que han sido bloqueadas por jueces federales. De hecho, la norma de Louisiana solo se aplicará si la ley de Mississippi es confirmada por un tribunal federal de apelaciones, luego de que un juez federal la bloqueara temporalmente el viernes.
El efecto Hollywood
Además de las manifestaciones que han suscitado estas leyes, la millonaria industria del cine también castigaría económicamente a estos estados. En particular Georgia, que se ha convertido en un importante destino de filmación en la última década. Netflix y Disney ya indicaron que están evaluando si continuarán realizando producciones en Georgia, puesto que muchos actores y empleados no estarían de acuerdo con la legislación del estado.
El director ejecutivo de Disney, Bob Iger, dijo el miércoles a Reuters que sería "muy difícil" para la compañía continuar filmando en Georgia si se aplica la ley de aborto. "Creo que muchas personas que trabajan para nosotros no querrán trabajar allí y tendremos que prestar atención a sus deseos al respecto. Ahora mismo lo estamos viendo con mucho cuidado", señaló.
El lunes, el director de contenido de Netflix, Ted Sarandos, advirtió que la compañía "reconsideraría toda nuestra inversión en Georgia" si la ley entrara en efecto.
"Tenemos muchas mujeres que trabajan en producciones en Georgia, cuyos derechos estarán severamente restringidos por esta ley", dijo Sarandos, quien además señaló que trabajarán junto con la organización Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) para "luchar en la Corte".
"Dado que la legislación aún no se ha implementado, continuaremos filmando allí, al mismo tiempo que apoyaremos a los socios y artistas que elijan no hacerlo", sostuvo Sarandos.
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