Si hay tres ideas que pueden resumir al kirchnerismo en estos días son el regreso del histórico “Luche y Vuelve” -frase ocupada por el peronismo tras 18 años de exilio del expresidente Juan Domingo Perón-, el “operativo clamor” y la llamada “proscripción” contra Cristina Fernández de Kirchner, a quien el sector considera como la candidata lógica para las elecciones de este año. Palabras que, luego de la liberación durante este jueves de los fundamentos que condenaron a la vicepresidenta de Argentina por el Caso Vialidad, probablemente se amplificarán entre las huestes peronistas. El eco podría crecer especialmente este sábado, cuando sus seguidores se reúnan en Avellaneda bajo el lema “Cristina 2023″, en un intento por levantar la candidatura de CFK.

La motivación de sus adherentes se fundamenta en el anuncio de la exmandataria de que no iba a participar de las elecciones de octubre próximo tras el fallo en su contra en el Caso Vialidad, conocido el 6 de diciembre pasado. Pocas horas habían transcurrido desde que el Tribunal Oral Federal Nro. 2 la condenara a seis años de prisión y la inhabilitara de por vida para ejercer cargos públicos cuando lanzó una bomba que pocos anticipaban.

“El 10 de diciembre del 2023 no voy a tener más fueros, así van a poder dar la orden de que me metan presa. Sí, presa, pero nunca una mascota. No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta, ni a senadora, mi nombre no va a estar en ninguna boleta. Termino el 10 de diciembre y me vuelvo a mi casa, la misma de la que salí un 25 de mayo de 2003, para acompañar a quien fue mi compañero”, dijo el 6 de diciembre de 2022, lo que contradecía la teoría de que Cristina Kirchner postularía al menos al Senado para volver a ganar el fuero que la mantiene alejada de la prisión. Tres semanas más tarde, retrocedió en su tajante declaración y aclaró que no hablaba de un “renunciamiento” o una “autoexclusión”, sino que se refería a que había ocurrido una “proscripción”.

Alta exposición política

Tres días consecutivos, iniciados este jueves y finalizados el sábado, serán los que el entorno de la vicepresidenta buscará aprovechar para impulsar la eventual -y no confirmada por ella- carrera de Cristina Kirchner, los que culminarán con un evento que buscará abiertamente llamar a iniciar la campaña 2023.

La seguidilla de apariciones públicas y en la prensa local se inició este jueves, con la entrega por parte del Tribunal Oral Federal N2 de los fundamentos de la condena contra Cristina Kirchner y Lázaro Báez en el Caso Vialidad. Compuesto por 1.600 páginas, el documento asegura que se juzgó y probó “un hecho de corrupción estatal” donde se acreditó la presencia de “integrantes de las más altas esferas del Poder Ejecutivo Nacional, de la Dirección Nacional de Vialidad y de la Administración General de Vialidad Provincial de la Provincia de Santa Cruz, en connivencia con un empresario de la construcción dedicado a la obra pública”.

Personas se manifiestan contra la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, frente a su residencia en Buenos Aires, en agosto de 2022. Foto: Reuters

Ya conocidos los argumentos, se abrió un plazo de 10 días en los que la vicepresidenta podrá apelar el veredicto ante la Cámara de Casación. Y desde ya se escucha el uso de la palabra “proscripción” entre los seguidores de la política.

El propio Presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo durante su discurso del 1 de marzo ante el Congreso que el fallo busca “la inhabilitación política” de su compañera de fórmula, eso sí, evitando la palabra “proscripción”.

Desde el Poder Judicial, Andrés Basso, Jorge Gorini y Rodrigo Giménez Uriburu, los jueces que condenaron a CFK, desecharon la teoría de un supuesto lawfare contra la vicepresidenta, calificándolo como “una coartada para eludir, ante los poderes judiciales democráticos, la rendición de cuentas por la comisión de delitos de corrupción”. Según el trío, esta acusación no es más que “una teoría conspirativa” que “no niega ni explica los hechos que fueron comprobados”, consignaron medios locales. “No es otra cosa que un argumento falaz”, aseveraron.

Según La Nación, el entorno de Cristina Kirchner recibió la noticia asegurando que eran “patrañas y barbaridades sin ningún tipo de apoyo jurídico”, relató el diario argentino. A diferencia de la lectura de la sentencia, en esta oportunidad la presidenta del Senado no ofrecería una declaración en vivo y transmitida a través de redes sociales, sino que se tomará su tiempo para responder. ¿Cuándo sería eso? Cercanos a Fernández de Kirchner afirmaron que podría ocurrir este viernes, en su próxima salida en público.

Se trata de una conferencia magistral en la localidad de Viedma, Río Negro, la cual será brindada por la propia vicepresidenta. Bajo el título de “¿Hegemonía o consenso? Ruptura del pacto democrático en una economía bimonetaria: inflación y FMI, crisis de deuda y fragmentación política”, se espera que alguna mención haga a los argumentos de los jueces que la condenaron judicialmente. “Si bien por el título de la clase que va a dar no parecería y siempre es difícil saber qué va a decir Cristina, seguramente algún pasaje habrá”, explicó a La Nación un colaborador.

En la ocasión se le entregará un doctorado honoris causa de parte de la Universidad de Río Negro, pero servirá también como antesala del plato fuerte de estos tres días: el acto organizado por agrupaciones kirchneristas en Avellaneda para este sábado, el que tendrá como llamado directo el levantar la candidatura de la vicepresidenta para las elecciones de este año.

Un llamado a Cristina

Bajo el eslogan de los años 70 “Luche y Vuelve”, aliados de Cristina Kirchner convocaron un plenario de la militancia en el predio de Avellaneda de la Universidad Tecnológica Nacional. Instancia que, según el medio Perfil, también será utilizado para el lanzamiento de “La Patria es el Otro”, espacio dentro del Partido Justicialista que intentará incentivar a la exmandataria a buscar un nuevo período presidencial.

La fecha no es azarosa. El 11 de marzo, pero de 1973, hace exactos 50 años, el peronismo volvía al poder de la mano de Héctor Cámpora, expresidente con el que se bautizó luego a La Cámpora, organización kirchnerista fundada en 2006 y liderada actualmente por Máximo Kirchner, hijo del exmandatario Néstor Kirchner y Cristina Fernández. El regreso de Perón, gracias al gobierno de Cámpora, significó el fin de los 18 años de proscripción, comparación que en el caso de CFK, según algunos columnistas argentinos, es forzada y antojadiza.

Así lo cree Pablo Mendelevich, periodista y columnista argentino que escribió en La Nación que “La Cámpora, no se sabe si por ignorancia, picardía, adicción a los relatos o una mezcla de todo eso, hizo por estas horas una ensalada histórica para convocar a un acto, el sábado, en Avellaneda, con el propósito de ‘pedir’ que Cristina Kirchner sea candidata a presidenta en las próximas elecciones”.

Pero no se quedó ahí. “Quiere decir que la tergiversación de los hechos no se limita al absurdo de sugerir una similitud entre la proscripción de Perón durante 17 años y una inexistente proscripción de Cristina Kirchner, sino que La Cámpora, ‘la Orga’, está entregada a la tarea recrear el pasado exclusivamente con materiales emocionales, eslóganes descontextualizados, pinceladas sensibleras. Nada nuevo. ‘¡Luche y vuelve!’”, agregó.

En clave política, el también columnista de La Nación, Carlos Pagni, aseguró que “el reclamo de este sábado no es intrascendente. Los que se reúnen no son sólo los dirigentes de La Cámpora. Es el peronismo de la provincia de Buenos Aires, que incluye a los principales caudillejos del conurbano. Ese bloque postula a la señora de Kirchner. ¿Se mantendría también unido detrás de otro candidato? Es una incógnita importante, que explica la urgencia para que ella traicione su juramento. Sea buscando la presidencia o postulándose como senadora. Esos movimientos condicionan el tablero más allá del peronismo. Si Cristina Kirchner peleara por regresar a la Casa Rosada, Mauricio Macri tendría un argumento muy estimulante para sumarse a la carrera. Para el caso de que busque una senaduría, muchos imaginan una competencia con Elisa Carrió por el mismo cargo. El juego sigue abierto”, analizó.

El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, y la vicepresidenta Cristina Kirchner durante la sesión de apertura de la 141ª legislatura, en el Congreso Nacional, el 1 de marzo de 2023. Foto: Reuters

Desde su sector insisten en que su competitividad es mayor que la del actual mandatario, Alberto Fernández, quien estaría en “modo campaña” según medios transandinos. “No hay condiciones para una reelección de Alberto Fernández este año. La variante moderada está agotada”, dijo esta semana el secretario general de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque. Sobre la posibilidad de que Cristina Kirchner llegue a la papeleta, aseguró que “tenemos que acumular fuerzas para generar las condiciones y que luego ella defina. Más allá de las candidaturas hay que enfrentar un sistema de poder y ello requiere de la unidad de todos los sectores y dirigencia política, sindical y social”.

Mario Secco, intendente de Ensenada que también será parte del evento de este sábado, advirtió que “no nos escondemos atrás de un escritorio a ver cómo nos acomodamos. Hacemos política por nuestras convicciones y, si planteamos el ‘Luche y Vuelve’, es porque nos paramos de manos nuevamente para que CFK tenga el poder”, asegurando, además, que van “a romper la proscripción y vamos a protagonizar la lucha”.

La opinión de que la vicepresidenta es la eventual candidata más competitiva del oficialismo ha estado respaldada de manera constante durante las últimas semanas por las encuestas. Ejemplo de eso es el sondeo realizado por la consultora Solmoirago, que posicionó a Cristina Kirchner liderando la competencia entre las figuras del oficialista Frente de Todos: Con un piso de 22,7% y un techo de 38,7%.

La sigue muy de cerca el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, con el 22,5% de “seguro lo votaría” al que se le suma un 10,4% de “podría votarlo”. El tercero dentro del oficialismo es el ministro de Economía, Sergio Massa, con un menor porcentaje de voto seguro (10%), pero mayor voto probable (21,9%), llegando así a un techo de 32 puntos.