El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este lunes, fecha en la que se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, un nuevo plan de seguridad para la Amazonía.

El plan del Gobierno brasileño incluye medidas para combatir delitos como el acaparamiento público de tierras, la minería ilegal, la tala, caza y pesca en territorios indígenas, y propone áreas de protección ambiental. El objetivo es llegar a niveles cero de deforestación para 2030: “Es un desafío que estamos decididos a cumplir”, aseveró.

“Estos delitos que degradan el medio ambiente son alimentados y, al mismo tiempo, alimentan un verdadero ecosistema criminal: tráfico de drogas, de armas y de personas, el lavado de activos, el trabajo esclavo, el sicariato y la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes”, declaró Lula en un discurso en el Palacio de Planalto.

Así, ha indicado que esta efemérides es “una demostración de que Brasil está haciendo su parte” para evitar una crisis climática unidireccional sin precedentes, cuyo trabajo depende de toda la humanidad. “Este Día Mundial del Medio Ambiente tiene un valor simbólico extraordinario, no solamente porque es la primera conmemoración ambiental de nuestro Gobierno, sino porque señala que el medio ambiente vuelve a ser una prioridad después de cuatro años de abandono”, manifestó.

“Una vez más se ha convertido en una prioridad porque la supervivencia, no solo de nuestro país, sino de nuestro planeta, depende en gran medida de cómo Brasil cuide sus biomas, especialmente la Amazonía”, debido a que Brasil tiene la mayor potencia medioambiental del mundo al contar con la selva tropical más grande y la biodiversidad más rica, ha aseverado.

En este sentido, aclaró que “no debe haber contradicción entre el crecimiento económico y la preservación del medio ambiente”, puesto que los recursos públicos “existen para incentivar el desarrollo del país, dinamizando la economía, pero nunca para financiar delitos ambientales”.

Lula ha asegurado que en la Cumbre del G7 fue “categórico al afirmar que Brasil volverá a ser una referencia mundial en sostenibilidad y enfrentamiento al cambio climático”, y cumplirá con los objetivos de reducción de emisiones de carbono y cero deforestación. Así, ha hecho referencia en que la COP30 de 2025 se celebrará en la ciudad brasileña de Belém y que en agosto de este año acogerán la Cumbre de Países Amazónicos para la búsqueda conjunta de un modelo de desarrollo sostenible.