El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, inició la visita de Estado que tenía previsto realizar a finales de marzo a China y que fue aplazada por motivos de salud, con el objetivo de “fortalecer” la relación política y comercial entre las dos potencias.
Será un viaje con “mucho trabajo”, en palabras del propio Lula, quien insistió en que “queda mucho por hacer” para lograr “un país mejor”. El mandatario brasileño, que inició a principios de año su tercer mandato, se ha marcado como objetivo volver a posicionar al país en la escena internacional.
Lula ya realizó dos visitas de Estado a China durante sus anteriores etapas en el poder. “Brasil tiene una buenísima relación con China. Estamos juntos en los BRICS. Es nuestro principal socio comercial”, recordó el presidente, en una serie de mensajes en Twitter previos a iniciar el viaje este martes por la mañana.
El Ministerio de Relaciones Exteriores chino confirmó que la visita se prolongará del 12 al 15 de abril y, entre los puntos más destacados de la agencia oficial, figura una recepción a Lula encabezada por el Presidente del gigante asiático, Xi Jinping, que en las últimas semanas también ha recibido a líderes europeos.
El portavoz del Ministerio, Wang Wenbin, subrayó en conferencia de prensa que Beijing concede una gran importancia tanto al viaje en sí como a las relaciones bilaterales con Brasilia. En este sentido, las autoridades chinas aspiran a reforzar la cooperación mutua también en temas internacionales, informan medios oficiales.
Lula, que viaja acompañado de una amplia comitiva de ministros, también participará en la ceremonia de toma de posesión de la expresidenta Dilma Rousseff como nueva presidenta del banco de los BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- y previsiblemente hablará con Xi de la evolución de la guerra en Ucrania.