Con la orden de prisión emitida para una condena de 12 años por corrupción, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ya prepara su ingreso a la Superintendencia de la Policía Federal en la ciudad de Curitiba, donde tendrá que cumplir su prisión. El Partido de los Trabajadores (PT) negoció con la Policía Federal los términos de la detención de Lula que será sin esposas ni rejas.
Así, para el ingreso de Lula y el inicio del cumplimiento de la pena, el expresidente estará aislado del resto de los reclusos "sin cualquier riesgo para su integridad moral o física", según el mandato del juez que ordenó su encarcelamiento, Sergio Moro. La decisión se explica "en razón a la dignidad del cargo ocupado", puesto que se trata de la prisión de un expresidente, un hecho sin precedentes en la historia de Brasil.
Esta celda especial evitará que Lula sea conducido a un presidio común como sí lo hicieron el resto de los condenados por la corrupción en Petrobras. El "calabozo" que fue adaptado para recibir al expresidente tiene una cama, una mesa y un baño exclusivo. Además, el juez Moro determinó que en ningún caso se utilicen esposas para detenerlo. Según el diario O Globo, el ex mandatario tendrá un horario reservado de dos horas para pasear en el patio de la prisión.