Cuando el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, cumple la sexta parte de su condena por corrupción que lo mantiene retenido en Curitiba, los fiscales especiales de la operación Lava Jato presentaron un recurso ante la justicia para que el líder del PT puede cumplir el resto de su sentencia en un régimen semiabierto.
La modalidad implica que Lula podría estar de día en libertad y durante la noche volver a la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba.
Sin embargo, el exmandatario anunció que está semana que no aceptará la posibilidad de optar a este beneficio, pero según consignó el diario Folha do Sao Paulo, su familia y su novia, la socióloga Rosângela da Silva, le habrían pedido exjefe de Estado que sí lo haga.
El equipo, liderado por el persecutor Deltan Dallagnol, baso su solicitud en el buen comportamiento que ha tenido Lula desde que esta detenido y en que ha cumplido la sexta parte de su condena de ocho años y diez meses. "Se trata del derecho del penalizado de, una vez cumplidos los requisitos objetivos y subjetivos, pasar al cumplimiento de una pena en el régimen más benéfico", indica el oficio firmado por el equipo de fiscales.
El golpe de la Corte Suprema
El día jueves la Corte Suprema de Brasil votó -con seis votos positivos y tres en contra- a favor de un habeas corpus que podría gatillar la anulación de condenas en el caso de corrupción Lava Jato.
El fallo del máximo tribunal brasileño podría beneficiar al líder petista, quien se encuentra en una cárcel de Curitiba cumpliendo una condena de ocho años y diez meses desde abril de 2018.
La Corte concedió un habeas corpus al exgerente de Petrobras, Márcio de Almeida Ferreira, en el sentido de que, en un proceso en el que alguno de los acusados colabore con la justicia en perjuicio de otro, este deberá presentar por último sus alegatos finales, lo que no se cumplió en muchos de los juicios de la Lava Jato.