El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva recibió el miércoles dos muestras simbólicas de apoyo mientras busca nuevos aliados antes de la segunda vuelta electoral del 30 de octubre contra el actual mandatario Jair Bolsonaro, en la que aspira a volver a tomar las riendas del país.
Simone Tebet, una candidata centroderechista que ocupó el tercer lugar en los comicios del domingo con el 4% de los votos y tenaz opositora a Bolsonaro, y el expresidente Fernando Henrique Cardoso, quien sigue siendo una figura sumamente respetada en el ámbito empresarial, anunciaron que respaldarán a Lula.
“Por mi amor a Brasil, por la democracia y por la Constitución, por la valentía que nunca me ha faltado, me disculpo con mis amigos y compañeros que me suplicaron que mantuviera la neutralidad en esta segunda ronda”, dijo Tebet en una conferencia de prensa en Sao Paulo. “Lo que está en juego es mucho más grande que cualquiera de nosotros”.
Tebet habló de un país “dividido por los discursos de odio y la polarización ideológica”, exhortó a sus casi 5 millones de votantes a unírsele en apoyo a la democracia, y anunció que hará campaña activamente en favor de Lula.
El candidato izquierdista por el Partido de los Trabajadores estuvo cerca de obtener una victoria definitiva en la primera ronda del domingo, recibiendo poco más del 48% de los votos, frente a 43% para el derechista Bolsonaro. Desde que concluyó la primera vuelta electoral, ambos candidatos han estado buscando apoyo adicional en todo el país y en las esferas políticas.
Horas antes el miércoles, Cardoso, de 91 años, dijo que votará por Lula en nombre de “una historia de lucha por la democracia y la inclusión social”, y publicó viejas fotografías en las que aparece al lado de Lula mientras distribuían volantes a favor de la democracia durante la dictadura militar, que gobernó el país de 1964 a 1985.
El analista político Carlos Melo dijo que las muestras de apoyo eran simbólicas y podían significarle votos cruciales a Lula.
“Tebet logró conseguir votos durante la elección, construyó su propio patrimonio político, no el de su partido”, dijo Melo, profesor de ciencias políticas en la Universidad Insper de Sao Paulo, quien también resaltó la popularidad de la senadora entre las mujeres. En tanto, Cardoso podría ayudar a afianzar la popularidad de Lula entre las élites empresariales e intelectuales que aún están renuentes a aceptarlo.
Lula pasó 19 meses en prisión como parte de una enorme pesquisa de corrupción conocida como Lava Jato, la cual se centró en el Partido de los Trabajadores y trastocó la política brasileña. Posteriormente el Supremo Tribunal Federal anuló las condenas de Lula en medio de acusaciones de que el juez y los fiscales manipularon el caso en su contra.
El expresidente Michel Temer y el influyente grupo agroindustrial en el Congreso se sumaron el miércoles a los gobernadores de tres estados del sureste de Brasil, la región más rica y poblada del país, en expresar sus muestras de apoyo a Bolsonaro.