A 11 semanas del inicio de las protestas en Hong Kong, la rebelión prodemocracia amenaza con extenderse y complicar aún más a Beijing. Este lunes, las autoridades Macao, un territorio chino que goza en teoría de la misma autonomía política que la excolonia británica, frustraron una simbólica convocatoria en apoyo a los manifestantes de esta última Región Administrativa Especial, para evitar cualquier contagio de "actos ilegales", según reconoció la Policía de Seguridad Pública de Macao.
Sería una manifestación "en silencio" contra la "presunta violencia policial en Hong Kong", según detalló el diario Macau News. Sin embargo, la vigilia en apoyo a los manifestantes de la vecina Hong Kong no llegó a celebrarse, informó ayer la televisión pública TDM. La convocatoria, no obstante, terminó con la detención de siete personas y el despliegue de decenas de agentes y vehículos policiales. Un ciudadano anónimo había convocado a los macaenses el lunes a las 20.00 en la céntrica Plaza del Senado, pero medio centenar de policías se apostaron en los accesos para verificar las identidades de los transeúntes y evitar la concentración.
Las autoridades de la excolonia portuguesa, famosa por sus casinos, habían prohibido esta convocatoria al considerar que es ilegal apoyar públicamente al movimiento de protesta contra el proyecto de ley de extradición de Hong Kong, en el que también se reclaman otras demandas orientadas a mejorar los mecanismos democráticos de esa ciudad. El Jefe de la Policía de Seguridad Pública, Wong Wai Chong, dijo que la institución concluyó que "la organización de la planeada vigilia quería expresar su apoyo a las actividades ilegales en Hong Kong", lo que "podría hacer que algunos residentes de Macao copien el modus operandi de los manifestantes violentos y expresen sus puntos de vista y demandas de una manera que viole la ley de Macao", señaló Macao News. Al respecto, el único diputado portugués del Legislativo local, José Maria Pereira Coutinho, dijo al diario Hoje Macau que la prohibición de la vigilia fue "una decisión política", pero descartó que haya un "riesgo de contagio" de las protestas.
De hecho, el diario hongkonés South China Morning Post destacó que el antiguo enclave portugués, a una hora de viaje en ferry desde Hong Kong, siempre ha sido visto como la Región Administrativa Especial con mejor comportamiento bajo el dominio chino, en gran parte debido a su sociedad más conservadora. Pero en declaraciones a ese periódico, Bosco Wong, un joven de 23 años originario de Macao, se mostró a favor de las protestas en Hong Kong. "Su lucha por la libertad y la democracia también es nuestra lucha", afirmó.
Pero antes que Macao, fue Taiwán el que manifestó su apoyo a las protestas en Hong Kong contra la reforma de la ley de extradición. Un respaldo que vino nada menos que de la Presidenta Tsai Ing-wen, quien en junio señaló: "Un Taiwán libre apoya un Hong Kong libre".
A juicio de los expertos, la crisis de Hong Kong amenaza con convertirse en un significativo elemento de influencia en las presidenciales de Taiwán, que se celebrarán en enero de 2020, sometidas ya a los efectos colaterales de la creciente pugna que mantiene el gobierno local y Beijing.
En medio de este escenario, la jefa del gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, ofreció ayer un nuevo llamado al diálogo que fue rechazado de inmediato por varios activistas del movimiento opositor en esa Región Administrativa Especial de China. "Queremos llegar a la sociedad lo antes posible", dijo Lam, a quien los manifestantes llevan semanas exigiendo que dimita y cuya popularidad, según un reciente sondeo, está en el punto más bajo registrado entre cualquiera de los líderes que Hong Kong ha tenido desde su regreso a soberanía china.
La transferencia de Hong Kong y Macao a China en 1997 y 1999, respectivamente, se llevó a cabo bajo el principio de "un país, dos sistemas", que es precisamente a lo que ahora se oponen los detractores de Lam, quienes también exigen que su proyecto de ley de extradición sea retirado de forma efectiva y definitiva.