Varios fueron los cuestionamientos que la Argentina de Mauricio Macri recibió en las jornadas previas al inicio del G20. En especial, tras las fallas en el operativo de seguridad en la frustrada final de River Plate y Boca Juniors, solo una semana antes del inicio de la cumbre mundial que se desarrolló de manera histórica en Buenos Aires.
Sin embargo, el clima que se percibía en Costa Salguero y el rostro de los funcionarios de la Casa Rosada ayer tras el cierre del foro, denotaban, además de alivio, la satisfacción sobre el trabajo de quien jugó como un verdadero arbitro internacional en el marco de una dura ofensiva entre Estados Unidos y China, producto de la guerra comercial y otras polémicas materias.
"Hemos alcanzado un acuerdo inédito en medio de una batalla comercial y de intereses contrapuestos, por lo que es digno de destacar a Argentina y a Macri como el árbitro mundial", dijo a Infobae Pedro Villagra Delgado, uno de los sherpas artífices de las negociaciones del G20.
Y es que horas antes del discurso final, la preocupación de parte de las autoridades era evidente sobre la posibilidad de no avanzar en un consenso. Pero fue en una conferencia previa sostenida por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el canciller, Jorge Faurie, que revivieron las esperanzas. "Hemos logrado avances importantes", apunto Faurie.
"Obviamente, el G20 fue para Macri la oportunidad de salir de una agenda local muy sesgada hacia cuestiones domésticas", comentó a La Tercera el analista político Sergio Berensztein. Además, según el experto argentino, "su mayor logro fue el gran apoyo de la comunidad internacional y ese es un dato objetivo, porque simboliza el retorno de Argentina al mundo. Aunque no creo que esto le agregue apoyos en lo interno de cara a las elecciones", agregó.
Señales de triunfo
"La organización salió muy bien y ese es un punto importante para empezar. Salió mejor que la anterior de Hamburgo 2017, que se caracterizó por la violencia en las calles y la ausencia de consensos", señaló a La Tercera el analista político Julio Burdman.
Otro de los puntos que aporta en un balance positivo al líder de Cambiemos, fue el tratamiento que logró en las reuniones bilaterales sobre el tema de la tardanza de la entrada de Argentina a la OCDE. "Todo el mundo acepta el ingreso", dijo Macri, demostrando su malestar con respecto a esta materia.
Además, la visita de Donald Trump y la manifestación de su cercanía con Macri; las felicitaciones de parte de la titular del FMI, Christine Lagarde, y los nuevos compromisos en materia de inversión obtenidos tras una serie de reuniones, aportan de una u otra forma al capital político de quien aspira a la continuidad en 2019. Y es que con su desplante en el G20, el mismo Macri demostró que a veces se puede quedar bien con todos, especialmente luego de señalar que "Argentina no ve a China como una amenaza sino como una oportunidad". Habrá que esperar si ese mismo desplante le sirve para reconquistar a los argentinos, que hoy lo tienen con una desaprobación del 65%.