Tiendas de lujo, restaurantes elegantes y los principales bancos franceses saltan a la vista en la famosa avenida parisina Campos Elíseos, que conecta la Plaza de la Concordia -donde asesinaron en la guillotina a María Antonieta y a Luis XVI durante la Revolución Francesa- con el mítico Arco del Triunfo, construido a inicios del siglo XIX.
Una calle con mucha historia, que es el centro del glamour de París, pero que también ha sido lugar de manifestaciones ciudadanas, a lo largo de la historia de Francia. Sin embargo, al menos por ahora, ya no será más el epicentro de las masivas protestas de los "chalecos amarillos" que se iniciaron el 17 de noviembre.
El primer ministro francés Edouard Philippe, anunció este lunes la prohibición de que los "chalecos amarillos" se movilicen en los Campos Elíseos, y en ciudades como Burdeos y Toulouse, como una medida para fortalecer la seguridad frente a la creciente violencia que se ha registrado los últimos sábados. En caso de un manifestación, "procederemos a la dispersión inmediata de todas las multitudes", advirtió el premier francés.
"La avenida más bella del mundo desfigurada", escribió el diario Le Parisien. Luego del "Acto 18" de los "chalecos amarillos", las imágenes que circularon mostraron tiendas como Boss, Louis Vuitton y Longchamp destruidas y saqueadas después de la manifestación del sábado. Además, el lujoso restaurante Fouquet's, famoso por haber acogido la victoria de Nicolas Sarkozy en 2007, fue quemado, al igual que un banco.
La Cámara de Comercio de París indicó que 91 negocios sufrieron consecuencias tras los disturbios, de los cuales el 80% tienen daños severos.
Tras las amplias críticas que recibió el gobierno frente a los eventos violentos que se desarrollaron el sábado, el Elíseo admitió el domingo que el sistema de seguridad desplegado había fallado, y que las actuales medidas demostraron ser "insuficientes". Philippe anunció también la destitución del jefe de la policía parisina, Michel Delpuech.
Sin embargo, Philippe dejó claro que no confunde a los violentos con el resto del movimiento. "Lo que estas personas quieren no es el diálogo. Su único reclamo es la violencia, y los manifestantes pacíficos deben distanciarse de estos disturbios", dijo.