Ante el avance del virus, los madrileños quedaron el viernes bajo fuertes restricciones de movilidad, unas medidas resistidas por las autoridades locales y de difícil aplicación en una hormigueante conurbación de más de 4,5 millones de personas.

El confinamiento perimetral a la capital y nueve localidades vecinas, epicentro de la pandemia en España, comenzó a las 22.00 horas locales (17.00 horas de Chile) “por un período inicial de catorce días, pudiendo ser prorrogado” en función de la evolución epidemiológica, señaló el boletín oficial de Madrid, que adoptó una orden del Ministerio de Sanidad.

Estas medidas se producen al término de un enfrentamiento político de alto voltaje entre el gobierno central de izquierdas, partidario de endurecer las medidas ante la alta incidencia de la enfermedad en Madrid, y el ejecutivo regional, de signo conservador y muy reticente entre otras cosas por el perjuicio económico esperado.

“Gracias por el caos, Pedro Sánchez”, tuiteó Isabel Díaz Ayuso, presidenta regional madrileña, cuyo ejecutivo considera que las medidas son de difícil ejecución. Desde Bruselas, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, subrayó el “momento de extraordinaria gravedad” de Madrid.

Las restricciones significan que los vecinos sólo podrán salir de su municipio en determinados casos, como ir a trabajar o estudiar, ir al médico y atender a personas dependientes.

En cualquier caso podrán moverse libremente dentro de sus municipios y no se verán confinados en sus casas, como ocurrió en primavera en toda España.

Tampoco se prevén restricciones de vuelos internacionales desde Madrid, donde se dan un tercio de todos los casos y decesos del país, que acumula durante la pandemia casi 790 mil contagios y más de 32 mil fallecidos.

Las autoridades madrileñas anunciaron en una rueda de prensa en la jornada que acataban “la norma que nos impone el gobierno”, pese a que “van a generar un gran caos”, según el responsable regional de Justicia, Enrique López.

Pese al visto bueno, la aplicación se enfrenta a una serie de obstáculos de carácter judicial y operativo.

Sin multas los primeros días

Alegando una “invasión de competencias” y una “limitación de derechos fundamentales” que debe afrontarse con “especial mesura”, la región de Madrid presentó este viernes ante la Audiencia Nacional, un alto tribunal, un recurso donde pide suspender las restricciones ordenadas por el gobierno.

La presentación del recurso no paraliza la aplicación de las limitaciones de movimientos, ya que la Comunidad de Madrid no pidió medidas cautelares.

En el escrito presentado, el ejecutivo regional alega que las limitaciones carecen de validez jurídica, ya que no fueron aprobadas de manera unánime en una reunión celebrada el miércoles entre el gobierno central y las 17 regiones del país, competentes en materia de gestión sanitaria.

El segundo bemol es que no habrá multas para las infracciones hasta que un tribunal de ámbito regional valide esta limitación de derechos constitucionales. La policía se limitará por el momento a informar y advertir a los ciudadanos.

Controlar los movimientos, tarea titánica

Con tantas excepciones a la norma, entre ellas la posibilidad de desplazarse para trabajar, el desafío de mayor calibre está en cómo controlar un área urbana tan extensa, con gran densidad de población y un nutrido tejido industrial, en donde se producen a diario 2 millones de desplazamientos.

Tal como están diseñadas las normas hasta el momento, una persona podrá por ejemplo recorrer 15 km en tren suburbano para trabajar en el centro de Madrid, y luego ir de compras o tomar una cerveza con sus amigos en cualquier barrio del municipio capitalino, donde viven 3,2 millones de personas.

“Son tantos los agujeros, que hacer un control de los ciudadanos y de los motivos por los que se están desplazando va ser muy difícil”, avisó el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

La otra crítica de las autoridades regionales es que ahora podrán circular por todo el municipio de la capital los vecinos de aquellos barrios con la peor incidencia del virus que habían sido confinados perimetralmente desde el 21 de septiembre.

“Lo que ha permitido esta orden ministerial es incrementar la movilidad” dentro de la capital, incidió el responsable regional de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.