A partir del miércoles 3 de abril, el sultanato de Brunei castigará con la pena de muerte por lapidación el adulterio y la infidelidad, de acuerdo a lo informado por las autoridades.
La homosexualidad ya es ilegal en Brunei, pero ahora se convertirá en un delito capital.
Los grupos de defensa de los derechos humanos reaccionaron con estupor a este último paso en el endurecimiento de la ley de esta nación rica en recursos, que practica un Islam más estricto que sus vecinos Malasia e Indonesia.
La mezquita del sultán
El pequeño sultanato implementará el nuevo y severo código penal, que también modificará la sanción por robo al establecer la amputación de la mano derecha por un primer delito y el pie izquierdo por el segundo.
Al respecto, Amnistía Internacional instó a Brunei a que "detenga de inmediato" la aplicación de estas penas nuevas. "Legalizar semejantes penas crueles e inhumanas es algo atroz", dijo en un comunicado Rachel Chhoa-Howard, responsable de este país en la organización de derechos humanos.
"Algunas de las posibles" ofensas "ni siquiera deberían considerarse crímenes, incluido el sexo consensual entre adultos del mismo género", añadió.
El sultanato anunció las medidas por primera vez en 2013, pero la aplicación se retrasó para que los funcionarios resolvieran los detalles y por la oposición de organizaciones de derechos.
Ya en 2015 Brunéi prohibió las celebraciones excesivas de Navidad por temor a que los musulmanes se desviaran.