Algunos mandatarios africanos arribaron a Rusia el miércoles para asistir a una cumbre con el presidente Vladímir Putin, y en la que plantearán una propuesta de paz para la guerra en Ucrania, mientras el Kremlin busca aliados en medio de los combates.
En la antesala de la reunión, Moscú acusó a las potencias occidentales de presionar a otros jefes de Estado africanos para que no acudieran a la cumbre.
Putin dijo que la cumbre de dos días que inicia este jueves en San Petersburgo es un gran evento que ayudará a reforzar los lazos con un continente de 1.300 millones de habitantes que tiene cada vez mayor presencia en la escena mundial.
“Hoy, África se presenta con confianza creciente como uno de los polos del mundo multipolar emergente”, dijo Putin en un comunicado emitido por el Kremlin. “El foro dará un mayor impulso a nuestra asociación política y humanitaria durante muchos años”.
El miércoles, Putin mantuvo una reunión con el primer ministro etíope Abiy Ahmed. Dijo que Rusia triplicará con creces la cantidad de estudiantes etíopes que recibe, cubriendo los costos de su educación.
Estados Unidos y el Programa Mundial de Alimentos han presionado al gobierno de Etiopía desde que suspendieron el envío de alimentos al país africano este año al descubrir el robo a gran escala de la ayuda. Exigen reformas para que el gobierno deje de controlar la distribución de la ayuda. Mientras tanto, se denuncia que crece el hambre en la región de Tigray y otras zonas luego de dos años de conflicto.
Putin también se reunió con el presidente egipcio Abdel Fattah el-Sissi, y elogió el creciente comercio bilateral, que representa aproximadamente un tercio del comercio de Rusia con África.
El-Sissi señaló que Rusia ha estado construyendo la primera central nucleoeléctrica de Egipto e hizo hincapié en el “carácter especial de las relaciones” entre ambos países.
“Estoy seguro de que la cumbre Rusia-África logrará resultados significativos”, afirmó.
Las 54 naciones africanas constituyen el bloque más grande de las Naciones Unidas y han estado más divididas que cualquier otra región en las resoluciones de la Asamblea General que critican las acciones rusas en Ucrania.
Esta es la segunda cumbre Rusia-África desde 2019. El número de jefes de Estado que asisten se ha reducido de 43 en ese entonces a 17 ahora debido, según el Kremlin, a las crudas presiones occidentales para desalentar la participación de las naciones africanas.