La campaña de Donald Trump esperaba que el mitin del 20 de junio en Tulsa, Oklahoma, fuera una suerte de relanzamiento después de la caída del Presidente estadounidense en las encuestas tras los fracasos de su gobierno en la respuesta a la pandemia, los efectos del Covid-19 sobre la economía y después de avivar las tensiones raciales en medio de las protestas contra la brutalidad policial causadas por el asesinato de George Floyd en Minneapolis.
Pero no fue así. La Casa Blanca había prometido que el promocionado evento, el primer mitin de Trump en tres meses, se inundaría con hasta 100.000 personas. Las imágenes de televisión, sin embargo, mostraron grandes secciones de asientos vacíos en el BOK Center, un estadio con capacidad para 19.000 espectadores. Según The New York Times, solo asistieron 6.200 personas. Para completar el combo de malas noticias, se supo que seis colaboradores en la organización del acto dieron positivo a Covid-19.
Cuatro días después del acto en Tulsa, el propio Times dio otro balde de agua fría a Trump. Una encuesta hecha por el diario y el Siena College mostró que el candidato presidencial demócrata Joe Biden aventaja por 14 puntos porcentuales al Mandatario de cara a las elecciones de noviembre. El exvicepresidente de Barack Obama registra una intención de voto de 50%, frente al 36% de Trump.
En medio de un cronograma de campaña reducido por la pandemia, Biden lidera por 22 puntos porcentuales entre las mujeres, pero también por tres puntos porcentuales entre los hombres. Está adelante o empatado en todos los grupos de edad y étnicos, y lidera por 21 puntos entre los votantes independientes. La única ventaja confiable de Trump proviene de los republicanos registrados y del único grupo demográfico que le dio una ventaja en los estados industriales del Medio Oeste disputados en 2016: votantes blancos y sin educación universitaria. En ese segmento supera a Biden por 19 puntos. Sin embargo, hoy este apoyo no le bastaría para repetir el resultado en esos estados.
Y sobre la conducción que Trump ha tenido de la crisis sanitaria, las encuestas son categóricas. Según el sondeo del Times, un 58% desaprueba su manejo de la pandemia. La misma cifra arrojan las últimas mediciones de Ipsos y Gallup. En el caso de esta última encuestadora, este índice era de 38% en marzo, justo tras el alza de contagios en EE.UU.
Además, el sondeo del Times muestra que el 55% de los votantes dice que la prioridad federal debería ser contener el virus, incluso si perjudica a la economía, una visión que los alinea con Biden. Ese debate podría convertirse en el foco central de la campaña ante el nuevo aumento de contagios, pese a que el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, aseguró que es “altamente improbable” que Trump pida “cerrar” otra vez la economía de EE.UU. por el coronavirus.
" Trump tuvo mucha suerte durante los primeros tres años de su administración. No hubo una crisis general que pusiera a prueba su temple. Ahora, solo unos meses antes de las elecciones, su suerte se acabó”, dijo a La Tercera Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia. “Trump está acosado por la pandemia y las malas decisiones que tomó, por la economía que está en recesión y por los disturbios raciales para cuyo manejo está mal equipado”, asegura.
Timothy J. Lynch, profesor de política estadounidense en la Universidad de Melbourne, coincide en el análisis. “Trump actualmente enfrenta la mayor crisis de su presidencia. El impacto del Covid-19 ha revelado fallas en la política estadounidense (ideológica, racial, económica) que intentará explotar, como lo hizo en 2016, pero que la pandemia ha dificultado inconmensurablemente”, explica a este medio.
“Si el Covid-19 llegara a su peak (Trump) podría recuperarse. Culpará a los demócratas por el colapso de la ley y el orden y a China por el virus”, comenta Lynch. Y concluye: “¿Ganará en noviembre como están las cosas hoy? No. ¿Podría si los eventos se tornan a su favor? Sí”.